Jordi Serra quiere evitar la trampa de una candidatura anti Albiol en Badalona

Al candidato del PSC a la alcaldía de Badalona, Jordi Serra, se le ve relajado. Ha estado cuatro años picando piedra en la oposición y eso, teniendo en cuenta que venía de haber gobernado la ciudad los cuatro anteriores, quiere decir que las perspectivas son suficientemente halagüeñas como para no tirar la toalla.

Serra es muy consciente que, en el esquema berlusconiano de la política con el que dibuja la realidad el actual alcalde, lo último que debe hacer para conseguir el cambio político en la ciudad y conseguir que la etapa de Albiol haya sido un paréntesis para Badalona es cerrar un acuerdo preelectoral “todos contra Albiol” que le permitiera a éste hacerse la víctima.

En vez de eso, el candidato socialista propone llegar a las elecciones municipales, medir las fuerzas de cada uno, y a partir de aquí –entonces sí- dibujar los pactos pertinentes, que obviamente van a pasar por una gran coalición de fuerzas que pueden ir de ICV-EUiA a CiU pasando por ERC, como mínimo.

“Pero en todo caso no se trata de echar a Albiol, como él quiere hacer ver, sino de hacer algo distinto con la ciudad, de forma que los badaloneses dejen atrás la estigmatización que supone tener de alcalde una persona prepotente como él y que está en el Ayuntamiento desde 1991, hace 24 años”, asegura.

La inmigración esta vez ya no será clave

El candidato socialista tiene claro que, a diferencia de cuatro años atrás, cuando Albiol consiguió crear un marco mental muy focalizado con el ámbito de la inmigración, en esta ocasión, con una Badalona que ha perdido tres mil habitantes –ahora tiene 217.000-, las cosas irán por otro sitio, aunque el popular lo intente de nuevo. Y que al menos algunos de los que confiaron en el candidato popular en 2011 ahora van a entonar una especie de ‘mea culpa’ afirmando “a mi no me va a engañar más”.

Si llega al poder, Jordi Serra cree que el relato de ciudad que hay que construir es el de una ciudad que, teniendo Barcelona muy cerca, quiere mantener su personalidad.

En el ámbito económico, específicamente, propone que empresas industriales de talla media para las que Barcelona les queda demasiado grande puedan encontrar cobijo en los polígonos industriales de la ciudad, que en estos momentos –según él- “languidecen”. Y también quiere reforzar el apoyo municipal al pequeño comercio, muy tocado en la ciudad por la crisis.

En el ámbito social, poner orden en la recurrente cuestión de los libros de texto no pensando en su gratuidad para los alumnos sino con un “plan de socialización” de los mismos así como recuperar la gratuidad de la teleasistencia.

Urbanísticamente apuesta por resolver una cuestión histórica, la de los laterales de la autopista en la zona del Sant Crist, y en el ámbito de la hacienda local, contener la deuda que asegura que en cuatro años ha subido más de lo debido, aunque Albiol afirma exactamente lo contrario.

En precampaña desde hace meses

Jordi Serra, a diferencia de su rival/posible socio Ferran Falcó que es diputado en el Parlament, se dedica en exclusiva a las tareas municipales y eso hace que pueda llevar a cabo, en una sola semana hasta tres actos “con gente de fuera del partido”, aclara. A eso se ha dedicado los últimos meses.

Primer partido en las europeas del año pasado con 13.000 votos, los socialistas de Badalona dicen ser la agrupación catalana con más militantes, 1.140 –al corriente de pago, que eso es lo que vale-. Ven la recuperación de la alcaldía relativamente factible, sin que esto quiera decir que van a sacar las campanas al vuelo. “Salimos a ganar”, afirma con claridad el candidato socialista.

Serra, por ejemplo, señala que el mismo Albiol les da la razón cuando esconde las siglas de su partido en los carteles de precampaña: “Es que no se siente del PP? O no le conviene que se les asocie con Rajoy?”.

Confían, también, con que un resultado favorable a los socialistas en un lugar lejano territorialmente pero próximo sentimentalmente para muchos badaloneses como Andalucía pueda servir de espoleta hacia el 24 de mayo, dos meses después.  

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