La clave

El futuro es ayer

ALBERT SÁEZ

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Fue en los años 60 cuando el Club de Roma lanzó su primer informe de prospectiva, que intentaba anticipar el futuro para condicionar las decisiones del presente. Ese papel fue el primero en poner sobre la mesa dudas sobre la sostenibilidad del sistema económico. La consecuencia de aquel documento fue la crisis del petróleo de 1973, provocada por el alza del precio del crudo cuando se supo que en el futuro sería un bien escaso.

Siguiendo esa estela, en la década de los 90 proliferaron los análisis de prospectiva que advirtieron de la difícil sostenibilidad de la economía europea. Del informe Delors salieron las ideas básicas que llevaron a la ampliación y a la moneda única como cordones de protección para salvar el Estado del bienestar en un área económica envejecida y poco competitiva. Pero el futuro ha llegado inexorablemente. La UE representa hoy el 8% de la población mundial, el 20% del PIB y el 50% del gasto social. Ese es el núcleo del problema. Podemos seguir años y años tirándonos los trastos a la cabeza con argumentos cargados de tópicos, persuadidos de que nuestros males provienen de la rigidez de Merkel, de la indolencia de los países del sur, del chovinismo francés o de la piratería chipriota. Pero eso no solucionará nada.

Hoy es mañana

Los problemas de hoy provienen de las decisiones de ayer. Dos agravaron la tendencia negativa del sistema europeo. La primera surgió en Chicago con Friedman y llegó con la saga que empieza en Margaret Thatcher y acaba en Aznar pasando por Kohl, Chirac y Berlusconi. Consistió en sustituir el gasto por la reducción de los tipos de interés como base del estímulo económico desde el poder político. La gente se endeudó porque el dinero valía poco y en lugar de repartir la riqueza se repartió el crédito. La segunda decisión que nos llevó a Chipre es obra de los altermundistas partidarios del desarme arancelario para extender el crecimiento a las zonas más desfavorecidas del planeta. Se hizo desordenadamente y en casos extremos como Rusia y China se liberó de cargas fiscales al estraperlo y la esclavitud. Mal negocio. Hoy es ese negro mañana.