¿A dónde van los del PSC?

ALBERT SÁEZ

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Explicar lo que está pasando en elPSCcomo otro episodio de sumisión al PSOE es excesivamente simplificador. En la trastienda de la actual dirección de los socialistas catalanes hay quien está obsesionado por controlar el partido en Madrid, con o sinCarme Chacón. Ello puede explicar que la negociación de la moción delParlamentquedara en manos de Maurici Lucena y sus peculiares argumentaciones tan poco ligadas a la historia del PSC. Pero eso no explica ni el empecinamineto de la dirección en evitar la abstención ni el perímetro geográfico de los que evitaron votar en contra.

Entre los cuadros socialistas el principal debate no es ya ideológico, o lo es en la medida que la ideología condiciona los votos. La actual dirección está formada por quienes eran alcaldes en el área metropolitana cuando el PSC gobernó la Generalitat con ERC, embarcó a Zapatero en la reforma del Estatut y acabó pidiendo el sí en el referendo junto a CiU contra ERC y el PP. Esa gente considera que el grueso del electorado socialista se perdió en aquellas aventuras y que el desplome del 25-N fue un último capítulo de esa larga historia. Son partidarios, pues, de no dejarse llevar por la marea soberanista y toman las decisiones pensando en los votantes socialistas que han pasado a engordar las urnas de Ciutadans y del PP.

Frente a ellos, los dirigentes territoriales de Lleida, Girona y Tarragona y, curiosamente, de una parte de la ciudad de Barcelona. Son los que consideran que los males electorales del PSC vienen de las enmiendas que la ejecutiva preparó al proyecto de Estatut el mismo día (30 de septiembre del 2005) que lo aprobaban en el Parlament  y que presentó en el Congreso de los Diputados; de la incapacidad del gobierno de Montilla en la negociación de la financiación de 2009 y del abandono del epicentro del catalanismo desde la manifestación de la Diada. Es una lucha tan noble como desigual. La dirección controla las agrupaciones y la militancia. Los díscolos cuentan con los cuadros y con los altavoces mediáticos. ¿Quién lleva razón? Todos y  ninguno.

Las causas originarias

Los orígenes de esta situación pueden ser diversas, Podemos estar ante una simple resaca tras el empacho de poder que tuvo el PSC en la primera década del siglo XXI. También ante un partido que ha perdido la frescura porque en su dirección han pesado más las lealtades que las aptitudes. Pero ello no explica la intensidad del tsunami. Al PSC se la movido también el suelo en el que pisaba tan firme. Su proyecto está intrínsecamente ligado al pacto de la Transición, en la definición del partido y en su ideología. Un partido capaz de hacer 'catch all' con Pasqual Maragall o con Joaquim Nadal, se fragmenta cuando presenta a Obiols, a Montilla o a Navarro.

La fuga hacia Ciutadans y el PP fue tan cierta en 2008 y en el 2010 como que el pasado 25-N, el 6 % de los votantes del PSC se fueron a  CiU, el 8 % a ERC y el 7 % a ICV mientras que el 8 % fue a Ciutadans y solo el 1% al PP. El total de las fugas suman el 53 % en unas elecciones con máxima participación. El drama, pues, es aclarar de donde pueden volver antes: votando que no con C's y el PP o votando que sí con CiU, ERC e ICV. Ese es el dilema, el PSOE no pinta nada en esta historia, de momento.