Antropólogo experto en cultura Inuit

Francesc Bailón: «El cambio climático facilitaría la independencia de Groenlandia»

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CARME ESCALES
BARCELONA

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De los 150.000 inuit que quedan en todo el mundo, una tercera parte vive en la isla danesa de Groenlandia. El resto se reparte entre Canadá, Alaska y Rusia. La cultura de los que conocemos como esquimales ha fascinado a Francesc Bailón. Tanto, que, ahora este antropólogo guía viajes culturales al Ártico. A punto de emprender su séptima expedición a las zonas más septentrionales del planeta, Bailón ofrece hoy una conferencia sobre la evolución histórica y cultural de quienes habitan las zonas más frías de nuestro planeta.

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—¿Por qué usted no les llama esquimales?

—Para ellos es una palabra peyorativa. Los llamaron así los indios del norte de América, para quienes eran nómadas que comían carne cruda. Inuit significa ser humano y así decidieron llamarse ellos mismos en 1977, en la primera Conferencia Circumpolar Inuit (ICC), que es la organización que los representa a nivel mundial.

—¿Qué le atrajo de ese pueblo?

—Su manera de administrar justicia me cautivó. Cayó en mis manos un libro de poesía primitiva, con ejemplos de sus duelos cantados. Las dos personas enfrentadas improvisaban canciones. Ganaba quien lo hiciera mejor, aunque fuera el culpable real. Me parece un pueblo rico, y singular, con una gran adaptabilidad y humildad. Muy hospitalarios y con un gran orgullo de pueblo.

—¿Qué queda hoy de su cultura?

—Su lengua. Cada uno de los actuales 19 grupos de inuit tiene sus dialectos. La caza y la pesca les mantiene vinculados a la tierra y, en ciertas áreas, como Groenlandia, siguen utilizando trineos tirados por perros.

–¿Cuándo empezaron a perder elementos de su identidad?

–En los siglos XV y XVI, el hombre blanco les llevó armas de fuego, la religión y el alcohol. En los años 50, los correspondientes gobiernos los desplazaron a ciudades próximas a su hábitat, en teoría para mejorar su sanidad y educación, pero ese contacto les introdujo enfermedades.

–¿Cómo puede modificar el cambio climático la vida de los inuit?

–Con el deshielo, los barcos podrán cruzar el archipiélago canadiense para pasar de Europa a Asia por el Ártico, provocando la huida de la fauna marina, base de la alimentación de los inuit. La contaminación y el calentamiento del agua también hacen migrar a esos animales. Además, sus casas peligran, pues la tundra que las sostiene está sobre una capa de hielo, que tiende a desaparecer.

­—Si son tan adaptables, ¿podrían sacar provecho del deshielo?

—Por incongruente que parezca, en el caso de Groenlandia, gran parte de su independencia podría llegar gracias al cambio climático. El deshielo permitiría explotar sus reservas de uranio, gas y las de crudo que, según los expertos, equivale a la mitad de las de Arabia Saudí. Así podrían prescindir del subsidio de Dinamarca, de quien son ahora autonomía.

–¿Pero su población quiere?

–En el referéndum celebrado el año pasado, un 76% dijo que sí.

'LOS INUIT. CAZADORES

DEL GRAN NORTE'. Centre Cívic Sagrada Família. Provença, 480.

20.00