Para gente comprometida

De Manolo Vázquez Montalbán a Risto Mejide o Xavier Sardà. De Josep Pernau a Jordi Évole o Joan Barril. De Margarita Rivière a Ana Pastor o Julia Otero. La historia de estos primeros 35 años de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA se escribe con la pluma afilada o el certero objetivo de una legión de periodistas, columnistas, fotógrafos, diseñadores, infógrafos y editores cuyo denominador común ha sido la adhesión a unos valores compartidos entre el diario y sus lectores: la veracidad, el rigor, el pluralismo, la honestidad, la claridad, la protección de las libertades, los derechos sociales y las minorías, el rechazo de las desigualdades y la codicia, la defensa de la con-vivencia y la cohesión social… Estos eran nuestros principios al nacer en 1978 y, a diferencia del célebre chiste de Groucho Marx, no tenemos otros.

12.489 números de EL PERIÓDICO, con el de hoy, atestiguan los profundos cambios que han experimentado el mundo, Europa, España y Catalunya durante este ya prolongado periodo. Han caído muros, fronteras y dictadores; otros nuevos han venido a sustituirlos. Acabó la guerra fría, pero se desencadenó un choque de civilizaciones de desenlace todavía incierto.  El terrorismo internacional --sea de origen religioso, geoestratégico o de Estado-- es el nuevo enemigo global. Hoy matan más los drones que los soldados.

Los españoles han recobrado sus libertades y han enterrado el miedo a una vuelta al pasado. Han conquistado derechos y acariciado la prosperidad en una economía cuyos frágiles cimientos, sin embargo, ahora ponen en jaque el Estado del bienestar. Han conocido la gloria y rozado la miseria. Y millones de catalanes que durante décadas soñaron que otra España era posible se debaten ahora entre la resignación y la independencia, con sus pros y sus contras.

Si el mundo ha cambiado en estas tres décadas y media, también han evolucionado el lenguaje y las lenguas de EL PERIÓDICO, con la aparición de la edición en catalán en 1997. Se han modernizado la tipografía, la compaginación, la impresión y el tratamiento gráfico e infográfico. Incluso se han multiplicado los canales de transmisión de la información, sumando a la edición impresa y los diferentes suplementos los nuevos soportes digitales, las versiones para móviles y tabletas y, más recientemente, incluso los informativos audiovisuales.

El diario ha mudado de piel, pero no de alma. La esencia de aquel primer ejemplar en blanco y negro, que costaba 20 pesetas en el quiosco, se mantiene intacta 35 años después. Local pero con una visión global, esta continúa siendo una publicación pensada y confeccionada por y para gente comprometida. La novedad es que a partir de mañana esta declaración de principios quedará enunciada, a modo de definición, bajo la cabecera de EL PERIÓDICO, reafirmando así que nuestro único compromiso es el que renovamos a diario con nuestros lectores.