Barcelona organizará el primer congreso mundial de blockchain

Asistentes al último 4YFN, en Fira de Barcelona.

Asistentes al último 4YFN, en Fira de Barcelona. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Blockchain, la que se considera la última nueva gran tecnología de internet, tendrá su primer congreso mundial en Barcelona. Así lo ha anunciado el secretario de Sociedad de la Información de la Generalitat, Josep Puigneró, que ha explicado que las conversaciones con Fira de Barcelona están muy avanzadas. La feria Blockchain World Forum, por la que pugnaba también Londres, la organiza la Blockchain Ecosystem Network (Becon), una organización mundial sobre blockchain cuyo capítulo catalán celebra este jueves su reunión inaugural. El congreso tiene fecha para el próximo octubre, aunque este jueves se hablaba también de “principios del año próximo”.

Blockchain (cadena de bloques) está considerada como el próximo modo en que internet que puede ofrecer mejorar las condiciones de humanidad. “La mayor revolución en internet desde la propia internet”, según el visionario Marc Andreessen, creador de Netscape y reputado inversor. Se trata de un tipo de software pensado para hacer transacciones sobre bienes, sean estos tierras, servicios, dinero, datos u obras intelectuales, y que todo el mundo tenga conocimiento sobre ello, aunque se mantenga la privacidad del usuario y del contenido gracias al cifrado.

Cualquier transacción se registra en miles o millones de ordenadores y no en un único servidor central. Este registro múltiple permite eliminar intermediarios y proporcionar confianza a toda la comunidad gracias a la transparencia, porque, según sus impulsores, si todo el mundo puede ver algo, hay menos riesgo de que se produzcan malos usos, y si todo el mundo lo tiene registrado, se supone que no hay posibilidad de fraude.

BASE DEL BITCOIN

La tecnología se dio a conocer como base del bitcoin (el dinero virtual utilizado en algunas transacciones de internet que exigen el anonimato) aunque ahora busca que no se asocie solo a la moneda más usada en la Internet profunda. El blockchain se está utilizando como base de nuevas empresas y sistemas de organización, y es pieza clave para entender la llamada “economía de los comunes” o “colaborativa”, que promueven los nuevos partidos políticos, quitando al concepto connotaciones relacionadas con colosos como Uber o Airbnb. El equipo de gobierno de Barcelona en Comú pretende implantarla para preservar los datos ciudadanos.

En Catalunya, varios grupos de emprendedores y tecnólogos llevan ya un par de años trabajando en la adopción del nuevo software y la Generalitat quiere incorporarla como una de las tecnologías de la estrategia Smartcat, cuyo próxima edición aprobará el Govern este mes, según anunció Puigneró.

Ferias como el Mobile World Congress y el 4YFN acogieron este año paneles sobre ella y será la estrella del próximo eFintechShow, el 22 y 23 de marzo, sobre aplicaciones financieras. También se exploran sus aplicaciones en la internet de las cosas y en la logística, así como en inmobiliarias, seguros, voto electrónico, suministro de energía, contratos, registros médicos y gestión empresarial. 

INTERÉS DE LAS INSTITUCIONES

El capítulo catalán del Becon ha diseñado un calendario para explicar esta tecnología y hacerla comprensible a empresas y ciudadanos. Todo es tan nuevo que incluso Becon Global, que tiene su sede en Dublín, nació hace solo nueve meses y está en proceso de expansión por Europa, EEUU y Asia.

“Estamos como en la internet de los inicios de Amazon o eBay”, explicó Nils Veentra, director de BECON Global, que recordó el interés que están tomando en el tema instituciones como el World Economic Forum, que la promociona como una nueva forma de organizar los servicios financieros, sin pasar por intermediarios para hacerlos “más rápidos y eficaces”, pero que desde los sectores de izquierda se pretende que sirva para dar paso a una economía que equilibre mejor la riqueza y sirva para avanzar a un mundo más justo. Así recuerdan cómo hay compañías que permiten registrar la propiedad de la tierra en Ghana o en Honduras, o asegurar la distribución energética a un precio aceptable en Australia. O gestionar la reproducción de música o el arte de modo que sea el autor quien administre completamente su creación.