Cosecha micológica

Las lluvias enderezan la temporada de setas

La campaña se puede alargar hasta mediados de diciembre por la previsión de temperaturas suaves durante el otoño

Las cajas de 'rovellons' ya se encuentran en los puestos de los mercados.

Las cajas de 'rovellons' ya se encuentran en los puestos de los mercados.

Antonio Madridejos / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La reciente dinámica de lluvias y las previsiones a medio plazo, que pronostican un otoño cálido pero en la media pluviométrica, auguran que la temporada de setas en Catalunya será aceptable, incluso mejor que el promedio de los últimos años, según muestra un modelo de cálculo elaborado por investigadores del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC), en Solsona.

"Lo decimos con todas las cautelas posibles -precisa Juan Martínez de Aragón, investigador del CTFC- porque la producción de hongos depende de las condiciones meteorológicas de las semanas inmediatamente anteriores". ¿Y eso qué significa? Pues que, después de un verano bastante cálido y seco de solemnidad, como ha ocurrido este año, una sucesión de tormentas intensas puede bastar para cambiar el panorama otoñal.

Las condiciones previas del año influyen menos. La clave es que llueva en el momento adecuado, destaca el especialista Juan Martínez, del CTCF

"Las condiciones previas del año influyen menos de lo que se piensa", añade el ingeniero forestal. El especialista del CTFC pone como ejemplo el caso de la sierra de Poblet el año pasado. "Tras un verano muy seco se logró un récord de robellón (níscalo) porque llovió cuando tenía que llover", resume.

Una temporada "normal" como la que se espera este año en Catalunya significa que la media por hectárea de bosque puede rondar los 60 kilos de setas, incluyendo las no comestibles o no apreciadas, según los sondeos que el CTFC realiza periódicamente en parcelas distribuidas por diversas comarcas y con vegetación variada. Según Martínez de Aragón, eso significa unas 73.000 toneladas anuales de setas para toda la comunidad. En un año excepcional, como el 2014, se llega a 200 kilos.

Productividad por hectárea

Lo que ya es seguro es que la temporada de setas en el Pirineo no será óptima porque la 'cosecha' durante los meses de julio y agosto fue nefasta. "Las setas que salen a principios de verano casi no se han visto", dice el ingeniero forestal del CTFC. La falta de precipitaciones ha supuesto un retraso de unos 20 días, lo que reducirá la duración de la campaña y lógicamente el promedio de producción en estos bosques, que se suele situar en torno a los 100 kilos por hectárea.

En el resto del territorio, en cambio, la temporada está prácticamente en sus inicios y su desarrollo dependerá en gran medida de las próximas lluvias y del calor. "En algunas zonas, las temperaturas suaves pueden alargar la temporada hasta noviembre y diciembre -explica-. El gran límite son las heladas". Los apreciados 'ceps' y los robellones, por ejemplo, no soportan el frío, mientras que los 'fredolics' son muy resistentes. Y otro factor clave es el viento, añade Martínez de Aragón: "Que haya mucho no es bueno para los hongos".

Las lluvias caídas en toda Catalunya durante el pasado fin de semana harán que las setas empiecen a fructificar en el Prepirineo dentro de unos 15 días, pero "todo dependerá de que no suban las temperaturas y continúe lloviendo", concluye el especialista.