LOS MECANISMOS DE LA INFECCIÓN

'Xylella fastidiosa': una predicción cumplida

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MICHELE CATANZARO

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Los expertos ya lo alertaron y sus predicciones se han cumplido: la 'Xylella fastidiosa', la bacteria que ha arrasado un sinnúmero de olivos en el sur de Italia, ha llegado a la península Ibérica.

El microbio, no obstante, ya había hecho acto de presencia en España en el 2016, cuando se detectó en centenares de plantas en Baleares. En 2015 ya había aparecido en Francia (Córcega y Costa Azul). Sin embargo, el país más afectado hasta ahora ha sido Italia, donde desde 2013 ha hecho estragos a lo largo de 540.000 hectáreas.

Al otro lado del Atlántico es un viejo conocido: en California afecta a la vid, el almendro y la fruta de hueso desde los años 30 del pasado siglo. De hecho, América es el principal foco de exportación mundial de esta infección que provoca desecación y muerte en más de 200 especies, sobre todo olivos, almendros, cítricos y plantas ornamentales.

No obstante, su afectación varía mucho en función de la cepa. Las cepas detectadas en las Baleares ('Xylella fastidiosa fastidiosa' y 'Xylella fastidiosa multiplex') son parecidas genéticamente a las de Córcega. Estas afectan sobre todo a la vid, el almendro y la fruta de hueso. En Eivissa, en cambio, se detectaron casos de la cepa italiana ('Xylella fastidiosa pauca'), la más peligrosa para los olivos, pero tenían ADN distinto, lo que sugiere que no vinieron de Italia.

CEPA SIN IDENTIFICAR

“Aún no se conoce la variante detectada en Alicante: se está secuenciando y se sabrá pronto”, comenta Alberto Fereres, investigador del CSIC en Madrid, miembro del grupo estatal de expertos en Xylella. “Al haberse detectado en almendro, lo normal es que no sea 'pauca' [la variante italiana]”, argumenta este experto.

Sin embargo, Fereres opina que es probable que se detecten más casos. “No sabemos cuánto tiempo lleva la infección en la Península”, explica. Por esto, este experto no excluye que se encuentre la variante letal para los olivos a lo largo de las próximas semanas.

A priori, la diferencia de ambiente entre España e Italia podía representar una salvaguarda para las plantas ibéricas. La bacteria se transmite de una planta a otra por medio de insectos, especialmente el 'Philaenus spumarius', y este no aguanta temperaturas muy altas.

“En las zonas donde son frecuentes los veranos extremos, como en la provincia de Jaén, es muy difícil encontrarlo”, explica Fereres. No obstante, solo en estas circunstancias se estaría protegido. “En nuestros muestreos hemos encontrado 'Philaenus spumarius' por todos los lados: desde la sierra hasta la costa”, afirma el investigador.

En Guadalest se ha aplicado a rajatabla el protocolo europeo que prevé la destrucción de plantas en 100 metros alrededor de los árboles afectados. No obstante, si se confirma que la enfermedad ya está difundida, erradicarla a base de eliminar plantas será difícil, según Fereres. El investigador apuesta por medidas de contención, como la creación de barreras constituidas por zonas de monitoreo y tratamiento.

SIN REUNIONES DESDE FEBRERO

Fereres se muestra extrañado ante el hecho de que el comité estatal sobre 'Xylella' no le haya convocado desde el pasado febrero. El comité creado por la Generalitat de Catalunya, por el contrario, se ha reunido tres veces desde noviembre del 2016, la última la semana pasada.

El Departament d’Agricultura ha intensificado la toma de muestras en viveros y comercios de plantas catalanes: si en el 2016 se analizaron 814 muestras, en lo que va del 2017 ya se han analizado más de 600, y en ningún caso se ha detectado 'Xylella', según fuentes del departamento.

La eclosión de la Xylella en Italia desencadenó una controversia de alto voltaje. Los planes de contención y erradicación se toparon con activistas encadenados a olivos milenarios y agricultores que no estaban dispuestos a perder las subvenciones europeas.  El caso italiano es un ejemplo de lo sensible que puede llegar a ser la 'Xylella' en un país donde, como en España, el olivo es un sector económico de primera magnitud.