Trabajos de descontaminación en el ebro

La retirada del lodo tóxico de Flix se inicia sin toda la obra de seguridad

SÍLVIA BERBÍS
FLIX

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Nueve años después de que un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universitat de Barcelona identificara y cuantificara los contaminantes vertidos en el embalse de Flix por la planta electroquímica, actualmente propiedad de Ercros, hoy es el día escogido para que empiecen a sacarse a la superficie los fangos tóxicos.

A pesar de la demora y de lo esperado del inicio de la descontaminación de 700.000 toneladas de residuos acumulados durante más de un siglo, una obra que costará 165 millones de euros, esta arranca sin que estén construidos todos los pozos de abastecimiento de poblaciones con captaciones directas del río contemplados en caso de emergencia, lo que ha crispado los ánimos de los alcaldes. El de Miravet anunció que acudirá a los tribunales.

PUEBLOS EXCLUIDOS / Como esta población, siguen pendientes los pozos de otros municipios de la zona, como Móra d'Ebre, Tivenys, Benissanet, García, Vinebre, Ascó y Pinell de Brai. A la mayoría, la última revisión del plan de emergencia prevé abastecerles con camiones cisterna en caso de que se produzca un episodio de dispersión de vertidos en el río. Tanto Miravet como Benissanet fueron excluidos en esa misma revisión de la zona prioritaria del plan de emergencia al determinar, con nuevos informes, que sus captaciones no están conectadas con el río.

«No estoy de acuerdo y trasladaré esta situación al fiscal de Medio Ambiente para que decida», apuntó ayer el alcalde de Miravet, Josep Bo-

rrell (ERC). Aunque en un primer momento, después de que el director de la obra, Marc Pujol, confirmara ayer el inicio de la extracción, el presidente del Consell Comarcal de la Ribera d'Ebre, Jordi Jardí, hizo pública su «decepción», conforme avanzaron las horas apaciguó su enfado, asegurando que ayer mismo los alcaldes empezaron a recibir cartas con el compromiso de que este mes se construirán sus pozos de abastecimiento.

MARCHA LENTA / «Es cierto que empezarán las obras de descontaminación sin los pozos que se les proyectaron, pero ya se nos ha explicado que la extracción empezará a marcha muy lenta, a la espera de la autorización ambiental y de calibrar los procesos en la planta de tratamiento, de manera que durante este mismo mes se ultimarán las obras alternativas que faltan», reveló por la tarde Jardí.

«RIESGO MÍNIMO» / El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, remarcó que la situación no conlleva riesgo alguno: «Se han adoptado todas las medidas para que el riesgo sea mínimo y hay todas las garantías de abastecimiento alternativo a la población», aseguró. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, que le acompañó en la escenificación del inicio de la limpieza del pantano en Flix, quiso disociar las obras de emergencia «que hay que hacer enseguida» de las «complementarias», que afectan a muchas más poblaciones y fueron previstas como compensación, que el ministerio contempla realizar durante los próximos dos años.

La extracción de los lodos, que contienen elevadas cantidades de compuestos organoclorados, metales pesados y elementos radiactivos, está previsto que dure dos años y ocho meses. Se borrará así el resultado de 116 años de vertidos procedentes de la actividad de la planta electroquímica de Flix, de fabricación de cloro. La actuación tiene un coste previsto de 165 millones de euros, de los que un 70% serán aportados por fondos de cohesión de la Unión Europea si las obras acaban antes de diciembre del 2015. De ahí la puesta en marcha inmediata.

RETO TÉCNICO INUSUAL / La emprendida no es una actuación usual, ni siquiera en el ámbito internacional. «Donde vamos a innovar con este proyecto es en que emprendemos el tratamiento de unos residuos que contienen una mezcla de tóxicos orgánicos y metales pesados, lo que hace que técnica y científicamente sea un reto», explicó ayer uno de los técnicos al cargo de la obra. Ya listos los trabajos previos de aislamiento de la montaña tóxica y habilitada la planta de tratamiento, el clímax de la descontaminación consistirá en la extracción de los residuos mediante una draga.

Tras retirarles arenas y gravas para dejar solo los limos y el agua, serán deshidratados. Los técnicos calculan que un 80% de ese material irá directo a vertedero, mientras que sobre el 20% más contaminado habrá que aplicar las técnicas de desorción, en el caso de compuestos con mucho contenido tóxico orgánico, e inertización para los metales pesados. «Por fin emprendemos uno de los proyectos de restauración más importantes de la historia del continente», exclamó el alcalde de Flix, Marc Mur.