MATARÓ ANTE EL 2018

El alcalde Bote concreta sus grandes proyectos estratégicos para Mataró

El alcalde de Mataró sitúa la ampliación del Mataró Parc, la renovación del Puerto y el Districte Tecnocampus como grandes apuestas del 2018

El alcalde de Mataró, David Bote, vislumbra la capital del Maresme desde el Parque Forestal.

El alcalde de Mataró, David Bote, vislumbra la capital del Maresme desde el Parque Forestal. / JOAN SALICRÚ

Joan Salicrú

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Desde hace meses, el alcalde de Mataró David Bote explica en público y en privado el esquema mental con el que afronta el tramo decisivo de su primera etapa como primer edil de la ciudad. En este dibujo hay una serie de "haberes", que son los 'marrones' resueltos en los dos primeros años del mandato y que procedían de mandatos pasados: llegar a un acuerdo con la empresa gestora del Sorrall para solucionar el contencioso pendiente, aclarar qué pasó con el sobrecoste en el edificio del Rengle -esta semana se han reclamado 1,7 millones de euros al constructor-, emplazar encima del hospital el equipamiento sociosanitario que servirá para dejar atrás el Hospital de Sant Jaume i Santa Magdalena, que ahora sirve como tal; conseguir que los propietarios de la urbanización Can Quirze pagasen las cuotas que debían al Ayuntamiento y que parecía que nunca llegarían a abonar (lo están haciendo en un 98%)... 

Resueltos estos 'pequeños problemas' y consciente de que es hora de afrontar los 'deberes', el alcalde Bote convocó este jueves en el Parque Forestal a los periodistas que siguen la información local para vislumbrar físicamente a la ciudad en su conjunto y apuntar las apuestas estratégicas que intentará acometer en los próximos doce meses (después ya nos situaremos a menos de medio año de las elecciones y será pedir demasiado a los políticos que piensen en el futuro de la ciudad, parece ser). 

La primera: sí, el gobierno está dispuesto a abrir el melón de la ampliación del Mataró Parc y a llevar al pleno una modificación puntual del Plan General para recolocar las zonas verdes de la pastilla C1 y posibilitar así que Tomás Olivo pueda hacer la ampliación que desea, de 30.000 m2. ¿Con qué votos lo hará? Todo el mundo da por sentado que la bancada conservadora y españolista -Ciutadans y el PP- le apoyarán. La llave, porque en las modificaciones urbanísticas no vale construir mayorías con abstenciones sino que hay que conseguir catorce votos afirmativos, la tendrá el grupo municipal de Convergència i Unió, ahora fuera del gobierno local y por lo tanto -como mínimo aparentemente- sin ninguna necesidad de apoyar al PSC. Las relaciones entre los antiguos socios, además, están lejos de haberse recompuesto.

Segundo punto. Como la locomotora comercial -El Corte Inglés- se encuentra embarrancada ahora mismo en el Supremo -donde junto con la Generalitat se presentó en septiembre un recurso de casación contra la anulación de todo el planeamiento urbanístico de la zona decretado por el TSJC-, Bote habla por primera vez de una nueva locomotora comercial, la zona de tiendas del Puerto de Mataró, actualmente bastante desangelada. El quid de la cuestión es que el Consorci del Port, tradicionalmente más preocupado por los amarres que por los comercios, cederá a la práctica al Ayuntamiento la gestión de estas tiendas. Esto quiere decir que, por primera vez, el Ayuntamiento puede meter mano en serio en esta zona. 

Tercer punto, el Distrito Tecnocampus. Aunque inicialmente la pretensión era que el parque tecnológico creciera hacia Barcelona, el hueco que significa la zona de la antigua Iveco-Pegasso aconsejó concentrar las energías en este espacio. Por eso el Ayuntamiento encargó a la urbanista Maria Bohigas un estudio para imaginar varias líneas de desarrollo de la zona, que actualmente es en un 85% zona residencial. De hecho, la inmobiliaria del Banc de Sabadell construye aquí una gran torre que rivalizará con las del Tecnocampus. El gobierno local, de todos modos, lo que quiere es rebajar el porcentaje dedicado a vivienda y ensancharlo para nueva actividad económica -el Tecnocampus queda pequeño, ya tuvo que travesar sus murallas naturales ocupando una parte del edificio del Rengle para el TCM Salud-. En esta zona, la que toca a la Porta Laietana, el Ayuntamiento cederá un terreno a la Generalitat para que pueda construir el anunciado centro de Formación Profesional Dual, que fue una aquesta del gobierno de Joan Mora (CiU) que no queda claro si el nuevo ejecutivo autonómico -cuando lo haya- acometerá en serio o no. Lo que sí sé da por seguro es que en el antiguo Iveco Pegaso irá un nuevo hotel que se sumará a los cuatro actualmente existentes en Mataró -el IBIS, el New Colon, el Atenea y el URH, que todo el mundo conoce como NH-. Más refuerzos para el turismo, un nuevo filón económico que la ciudad descubre poco a poco.

Pero no sólo de grandes proyectos viven los alcaldes. Al iniciar su comparecencia, David Bote recordaba ante los periodistas que una vez el exalcalde Manuel Mas, su mentor político, le dijo que el primer gran problema real como alcalde lo tendría el día que los ciudadanos abrieran el grifo y no saliera agua. Para asegurar que no pase esto, el último pleno municipal -celebrado el 22-D- aprobó que Aigües de Mataró pudiera invertir 7 millones de euros -la mayor inversión municipal durante el mandato- a construir un nuevo depósito de agua en Cerdanyola Nord, para asegurar el flujo y la calidad del agua. Tendrá 7.000m3, encima de los cuales se construirá un parque de 16.000 m2, o sea tres campos de fútbol. No es la única actuación en esta línea que prevé el nuevo ejecutivo local del PSC en solitario, pero sí la más significativa.

Así pues, resueltos los 'marrones' heretados, poner la directa en las grandes apuestas estratégicas sin descuidar el día a día. Esta es la receta Bote para 2018, el año clave en que se juega su reelección.

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