EL FUTURO DE LA BIBLIOTECA POPULAR

Sorpresa en Mataró por la intención del PSC de situar la Biblioteca Popular en Can Xammar

Aspecto de la Plaça de la Muralla de Mataró, donde el gobierno del PSC proponía situar la Biblioteca Popular, actualmente en la Plaça de l'Ajuntament.

Aspecto de la Plaça de la Muralla de Mataró, donde el gobierno del PSC proponía situar la Biblioteca Popular, actualmente en la Plaça de l'Ajuntament. / AYUNTAMIENTO DE MATARÓ

Joan Salicrú

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Emplazar la Biblioteca Popular en la Plaça de la Muralla, un espacio que si bien ha sido conquistado sin duda por parte de la ciudadanía –cada tarde es un auténtico enjambre de niños y niñas- desde un punto de vista comercial nunca ha conseguido despegar.

Esta es la sorprendente propuesta que se acaba de conocer en la ciudad y que supone la primera apuesta fuerte del nuevo gobierno de Mataró, desde mediados de octubre formado únicamente por el PSC después de la marcha de CiU. La idea parece querer demostrar el músculo político del ejecutivo, aunque el número de concejales que lo forman (cinco y el alcalde) es mínimo.

La propuesta, para la cual hay una provisión de 750.000 euros en el presupuesto de 2018,  busca resolver como mínimo dos problemas: la falta de atracción comercial de la Plaça de la Muralla, que desde el cierre de Actua vive en un cierto impasse, y generar un nuevo espacio de oficinas para el Ayuntamiento justo detrás de la Casa Gran, que se liberaría por ejemplo de la Oficina d’Atenció al Ciutadà (OFIAC).

Esta cantidad, que representa el 4,3% del total de lo que el Ayuntamiento podrá invertir en la ciudad en 2018 -17,32 M €-, servirá para llevar a cabo las obras de modificación del espacio que serán necesarias para que el edificio actualmente perteneciente a PUMSA –conocido por albergar en su inicio la librería Actua- pueda devenir una biblioteca.

De todos modos, de forma previa un equipo de técnicos de la Diputació está avaluando si el espacio tiene los condicionantes adecuados para albergar un equipamiento de estas características. Desde el gobierno municipal creen que este equipo dará finalmente el visto bueno, pero hasta el momento no lo ha hecho, con lo cual no es cien por cien seguro que la operación se pueda llevar a cabo.

“En todo caso, poner la partida en el presupuesto se hace para que quede claro el compromiso del Ayuntamiento con el proyecto de integrar la Biblioteca Popular a la red pública. Si no hiciéramos esta previsión y tomáramos la decisión, después iríamos tarde”, ha explicado Juan Carlos Jerez, concejal de Servicios Centrales el cual ha admitido la sorpresa que puede haber generado el anuncio: “Hasta el momento hemos sido muy discretos porque es una operación que requiere estudios previos”.

Jerez admite que, si finalmente el tema se convierte en un escollo para conseguir el apoyo de los grupos necesarios para poder sacar adelante las cuentas para 2018 –que deben aprobarse inicialmente este viernes-, la cuestión podría solventarse también a través de una modificación presupuestaria puntual.

La Fundació Iluro, abierta a esta posibilidad

Desde la Fundació Iluro, con quien el Ayuntamiento firmó en junio un convenio de intenciones para conseguir que la Biblioteca Popular pase a la red pública, su presidente Pere Carles no ve ningún problema en el posible cambio de ubicación del equipamiento, extremo que él conoció la semana pasada. “Nuestra principal voluntad es que la Biblioteca Popular se integre a la red pública, porque entre otras cosas la Generalitat nos recomienda y gasta una gran parte de nuestros recursos. A partir de ahí, estamos abiertos a debatir nuevas posibles ubicaciones; no sacralizamos el espacio actual. Tenemos toda la voluntad de colaborar y estamos dispuestos a hablar”.

En estos momentos, la Fundació Iluro dedica 350.000 euros al año –el 40% de su presupuesto- al funcionamiento ordinario de la Biblioteca, de forma que si consiguiera traspasar el equipamiento a la Diputació de Barcelona liberaría una gran cantidad de energía para dedicarla a otros proyectos.

De momento, el cambio de criterio del gobierno local hará que se aplacen las obras de adecuación del edificio de detrás del Ayuntamiento acordadas con la Diputació para que este local pudiera seguir albergando la biblioteca pero lo hiciera de acuerdo con las características que requiere el ente provincial. Los trabajos están valorados en 280.000 euros y estaba previsto que empezaran antes de Navidad.

Pere Carles mantuvo este martes por la noche una conversación telefónica con el alcalde David Bote en la cual, según el presidente de la Fundació, el primer edil de la ciudad le expresó la voluntad de exponerles en breve el proyecto de biblioteca en Can Xammar y la determinación de mantener el convenio firmado en junio pasado.

Hay que tener en cuenta que dicho convenio dispone que la heredera de Caixa Laietana debe poner a disposición del Ayuntamiento sin coste alguno el actual local que alberga la biblioteca. Con lo cual, la nueva propuesta del ejecutivo socialista supondrá un esfuerzo económico que no sería estrictamente necesario para que la ciudad contara definitivamente con una tercera biblioteca pública. 

Quim Fernàndez (CiU): “Quizá estamos vistiendo un santo para desvestir otro”

En el grupo municipal de CiU la idea de trasladar la biblioteca a Can Xammar ha caído como un jarro de agua fría, puesto que hasta el momento en que los concejales soberanistas estaban dentro del gobierno tal posibilidad no se había planteado.

“Sabíamos que al gobierno le preocupa la falta de espacio que ahora tiene la OFIAC en los bajos del Ayuntamiento y que le gustaría tener otro donde concentrar varios servicios a la ciudadanía, pero no que pensara en mover la biblioteca a Can Xammar”, ha explicado Joaquim Fernàndez, presidente del grupo.

El ex primer teniente de alcalde apunta varias cosas. Una: que aunque la propuesta seguramente serviría para dinamizar una zona de la ciudad que lo necesita quizás se está vistiendo un santo para desvestir otro. Dos: que si la biblioteca se sitúa en Can Xammar ésta quedaría más cerca de la Antoni Comas de lo que está actualmente, con lo cual se perdería un poco la noción de centralidad que tiene la Biblioteca Popular. En resumen: “No digo ni que sí ni que no, lo encuentro precipitado. Hay que digerirlo”.

En todo caso, la inclusión en el presupuesto de los 750.000 euros para mover el equipamiento no tendría que ser ‘casus belli’ para que CiU votara a favor de la aprobación inicial de las cuentas o como mínimo se abstuviera. “Nuestro voto favorable o abstención vendrá determinado por si el gobierno respeta los compromisos a los cuales llegamos cuando nosotros estábamos dentro, no por esta nueva propuesta”, afirma Fernàndez, que encabeza un grupo de cinco concejales, claves para sacar adelante los presupuestos.   

De todos modos, personas relevantes del ámbito de CiU como el ex concejal de Promoción Económica, Miquel Rey, han puesto el grito en el cielo ante la propuesta porque entienden que poner la biblioteca en la Plaça de la Muralla es desplazar un equipamiento muy potente a un extremo del casco antiguo, cuando lo que hay que reforzar es precisamente la Plaça de l’Ajuntament.

De momento, el gobierno municipal acaba de convocar un concurso para que especialistas en urbanismo hagan propuestas sobre cómo hacer jugar la manzana de Can Cruzate, donde CiU llegó a sugerir que se instalara “un Guggenheim”.  

Esquerra, también sorprendida por la propuesta

Desde Esquerra Republicana, con cuatro concejales también claves para que los presupuestos de 2018 vayan adelante, su presidente Francesc Teixidó habla también de una cierta sorpresa e improvisación.  

“Aún no tenemos una opinión al respecto. Supimos de la propuesta este martes al ver el listado de inversiones, pero aún no nos lo han argumentado”, ha comentado Teixidó, el cual ha asegurado que a día de hoy aún no está clara qué postura tomarán los republicanos el viernes en la aprobación inicial de los presupuestos. 

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