POLÉMICA EN LA CAPITAL DEL MARESME

El Ayuntamiento de Mataró no tiene conocimiento de un "traspaso encubierto" en el Mirinda

La Tavella denuncia que el actual arrendatario habría subrogado la gestión del bar a otro de las empresas que se habían interesado por el espacio

El bar Mirinda de Mataró, ubicado en la Plaça de Can Xammar, en un local de propiedad municipal.

El bar Mirinda de Mataró, ubicado en la Plaça de Can Xammar, en un local de propiedad municipal. / periodico

Joan Salicrú

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El Ayuntamiento de Mataró niega tener conocimiento de que haya habido un “traspaso encubierto” de la gestión del establecimiento Mirinda, situado en la Plaça de Can Xammar de la capital del Maresme, por parte del actual arrendatario Andreu Rabassa a una de las empresas que mostró su interés para explotar el espacio y que quería presentarse a un hipotético concurso que nunca llegó a convocarse.

La presidenta de PUMSA, la concejala Núria Calpe, sale así al paso de la denuncia efectuada por los promotores del proyecto de La Tavella –que fue el primero en interesarse para hacerse con las riendas del espacio cuando el arrendatario anunció que quería traspasarlo- a través de las redes sociales.

En la mencionada comunicación, éstos hablan de “traspaso encubierto”: “Actualmente, el negocio lo explota, con el nombre de Mirinda, una de las dos personas que se interesaron por el local bajo lo que sospechamos es una fórmula de traspaso encubierta y en negro”.  

Según La Tavella es una persona que trabaja con los promotores del bar La Toneta, una de las tres empresas que presentó a PUMSA su propuesta para relanzar el espacio.

“De esta manera, el Ayuntamiento, vía PUMSA, ha paralizado un proyecto popular y cooperativo que quería revitalizar el centro de Mataró y los alrededores de la Plaça de Can Xammar”, se puede leer en la nota de la Tavella, cooperativa formada por Oriol Montserrat, Joan Jubany e Pep Ferrer, los dos primeros de los cuales están vinculados a la CUP local.

En la comunicación, los promotores de la Tavella también critican “los tres cambios de criterio” que habría llevado a cabo PUMSA durante este proceso, pues relatan que en un primer momento se les dibujó una operación relativamente sencilla, posteriormente se habló de convocar un concurso porque habían otras propuestas encima de la mesa y finalmente se descartó llevarlo a cabo y tampoco se autorizó el traspaso del actual arrendatario a La Tavella.

Petición de aclarar la situación por burofax

Ante las denuncias hechas por los promotores del proyecto de La Tavella y las informaciones aparecidas en la prensa local, la presidenta de PUMSA pidió el 24 de julio vía burofax al arrendatario Andreu Rabassa  -empresario de la construcción- que aclarara la situación legal de la nueva persona que le consta que trabaja en el local.

De momento Rabassa no ha respondido a la solicitud de PUMSA y Núria Calpe asegura que, de no hacerlo antes del 10 de septiembre, el día máximo fijado, se emprenderán las medidas necesarias para “resolver la situación”.

Antes del verano, eso sí, a preguntas de técnicos de PUMSA el propietario sí manifestó verbalmente que la persona solamente está contratada y que por lo tanto todo es perfectamente legal.

El hecho es que en el contrato firmado entre PUMSA y el arrendatario se especifica que éste renuncia al derecho de traspaso y también al de subarrendamiento si no tiene el consentimiento expreso de PUMSA.

Lo que hay que aclarar pues es sí se ha producido o no tal incumplimiento del contrato, cosa que permitiría a la empresa municipal rescindir el contrato con Rabassa antes de que el mismo expire.

“Nos hemos movido cuando hemos tenido la sospecha que se estaba produciendo alguna irregularidad. Por eso hemos requerido al actual arrendatario que aclare la situación y le hemos enviado un burofax, que es una prueba ante un posible proceso judicial”, ha explicado Núria Calpe, que prepara el terreno por si es necesario resolver la cuestión en los tribunales.

Una situación convulsa

El tema viene de lejos, más de un año atrás, cuando el actual arrendatario Andreu Rabassa pidió a PUMSA traspasar el local a otro grupo de personas, los promotores de la Tavella.

De hecho, en noviembre de 2016 ya había llegado a un acuerdo con los impulsores del mencionado proyecto, por el cual estos le abonarían 85.000 euros por el traspaso e hizo la petición al consejo de administración de PUMSA en aquel momento.

Cuando ya se había pagado una parte del traspaso -20.000 euros-, PUMSA tomó cartas en el asunto y, no viendo clara la operación, le pidió a Rabassa porqué quería llevar a cabo tal traspaso. “Dado que el arrendatario actual no explicitó cuales eran los motivos por los cuales quería traspasarse el local, el consejo de administración de PUMSA decidió no autorizar el traspaso”, explica Núria Calpe.

En aquel momento, ya habían llegado a manos de PUMSA tres propuestas de diferentes entidades, empresas o personas que querían explotar el espacio. Pero en aquel consejo de administración solamente tenía como cometido autorizar o no el traspaso y la hipótesis del concurso quedó para un hipotético momento en que el local estuviera de nuevo disponible, esto es, que se hubieran retornado las llaves a PUMSA.   

“Este edificio es público, de una empresa municipal, y se da el caso de que el arrendatario acababa de empezar a pagar totalmente el alquiler de 1.760 euros al mes –después de dos años de bonificación, donde pagaba mil euros, y de seis meses de carencia inicial-. No entendíamos porqué quería hacer un traspaso tan rápidamente”, argumenta Núria Calpe.   

La decisión la tomó el consejo de administración de PUMSA el 30 de marzo, pero da la casualidad que tres días antes, el día 27, llegó a los medios de comunicación locales una nota de prensa en nombre del “Nou Mirinda” por la que se anunciaba la puesta en marcha de un ciclo de conciertos de primer nivel. Según La Tavella, las personas que hay detrás de este cambio son uno de los tres proyectos que quería explotar el local. Con lo cual, la idea del traspaso –a efectos prácticos- se habría producido de todas maneras.

“Es una situación indignante y creemos que le toca al Ayuntamiento investigar qué es lo que ha pasado aquí, realmente. Para nosotros, el asunto huele muy mal y queremos que se llegue hasta al final”, afirma Oriol Montserrat, promotor de La Tavella.      

Por su parte, el actual arrendatario del espacio, Andreu Rabassa, ha explicado a EL PERIÓDICO que prefiere no hacer declaraciones sobre la cuestión y que en todo caso sus abogados emitirán la respuesta que sea conveniente.

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