Los tres nuevos propósitos del comercio y el turismo de BCN para el 2018

Aprovechando que se acerca el final de año, desde el sector comercial lanzamos tres propósitos para el 2018: replantear el plan estratégico de turismo, resolver el conflicto de las terrazas y planificar la estrategia de promoción internacional de BCN

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GABRIEL JENÉ. PRESIDENTE DE BARCELONA OBERTA

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Estrenamos ya una nueva temporada capital para el comercio de la ciudad: la campaña de Navidad. Todos sabemos que buena parte de las empresas de comercio y 'retail' cierran un buen ejercicio o no en función de cómo vaya este periodo. Esta Navidad, sin embargo, no podremos ser ajenos a toda una serie de factores que tienen una relación directa en el comportamiento del consumo y, en consecuencia, en el nivel de actividad del sector.

En el último trimestre del año, las movilizaciones ciudadanas y también las altas temperaturas han tenido una incidencia directa en el consumo. Sin embargo, la llegada del frío en noviembre y la celebración de las elecciones en diciembre han ayudado a devolver a la estabilidad y todo hace pensar que tendremos una buena campaña de Navidad, incluso mejor que el año anterior, porque parece que la gente ha pospuesto sus compras en los dos últimos meses.

De hecho, en los últimos tres años, con la implantación del Black Friday, los descuentos se han extendido a más días y ahora ya está presente en la mayoría de sectores de actividad (moda y complementos personales, menaje del hogar, papelería, perfumería, incluso charcutería y óptica). Hemos observado cómo la incorporación de esta jornada promocional americana en el calendario catalán ha modificado poco a poco los hábitos de compra de los consumidores, adelantando las compras de Navidad para poder aprovechar estos descuentos y poder destinar más tiempo al ocio ya la familia durante el puente de diciembre.

Ampliación de servicios

En cuanto a tendencias más prácticas que se observan en el comercio de Barcelona, destacamos la ampliación de servicios por parte de las tiendas para facilitar la compra a sus clientes, desde el reparto a domicilio, a la contratación y adhesión a plataformas de compras y promociones, que aumentan las oportunidades de captar nueva demanda. Y uno de los servicios que está teniendo más éxito es el 'click & collect' o la recogida de paquetes en las tiendas, porque los clientes cada vez quieren esperar menos a tener el paquete en casa, y prefieren hacer la compra por internet y recogerlo en la tienda.

Por otra parte, el turismo de compras es también uno de los motores que podría contribuir a la mejora de la campaña navideña. En los últimos años, por ejemplo, ha servido para compensar la crisis económica interna y esto no ha sido por casualidad, ha sido fruto de la promoción internacional de la ciudad como destino turístico de compras. La singularidad de nuestro comercio conjugado en la trama urbana con la restauración, con la arquitectura y con la cultura como compañeros de viaje ha hecho de Barcelona una de las ciudades más visitadas de Europa desde el punto de vista del 'shopping', también durante la campaña de Navidad.

Encendido de luces

Ahora bien, la promesa de promoción comercial del centro de la ciudad necesita medidas concretas más allá de la preocupación demostrada por los responsables municipales. La promoción de la Navidad precisa de un acto de encendido de luces con proyección internacional, del estilo de las principales capitales como ParísLondres Nueva York, para hacer visible y poner en valor nuestra ciudad en el mundo. Todo ello acompañado de la debida promoción internacional del 'shopping' turístico.

Ahora que estamos a final de año, es quizás el momento de cuestionar la incomprensible medida restrictiva de aperturas de domingos turísticos cuando somos la principal ciudad turística de España. No podemos seguir perdiendo una captación tan importante de recursos en momentos como los actuales, donde las oportunidades hay que valorarlas y crear ventajas competitivas respecto a otras ciudades.

Por último, desde el sector comercial y turístico de Barcelona quisiéramos lanzar tres nuevos propósitos cara al año que comienza: el replanteamiento del plan estratégico de turismo aprobado la pasada primavera, cuya aplicación ya no tiene los mismos supuestos de partida, y, con él, el PEUAT (el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos): es necesario que se revise con el objetivo de que recupere la inversión, principalmente en cuanto a la restricción en la remodelación de determinadas infraestructuras turísticas.

En segundo lugar, resolver el conflicto de las terrazas que está sufriendo el sector de la restauración. Y, por último, planificar debidamente la estrategia a medio y largo plazo que debe servir para definir cómo queremos potenciar y promocionar internacionalmente la ciudad de Barcelona, para que ningún factor externo o coyuntural nos haga perder liderazgo.

En definitiva, la cooperación entre el sector público y privado debe plantearse desde el 2018 como una necesidad emergente. La sociedad civil debe tomar un papel determinante de coliderazgo ante la incertidumbre política e institucional, tal como ha ocurrido en otros momentos de la historia de ciudad.

¡Feliz Navidad!