Los retos pendientes del sistema financiero

La transición posterior a la crisis no ha terminado. Ni en el sistema financiero español ni en el mundial. Aún existen importantes retos que deben afrontarse y que probablemente modificarán de forma radical el sistema en los próximos años.

FRANCESC PRIOR. DIRECTOR DEL MASTER'S DEGREE IN VENTURE CAPITAL DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DE UIC BARCELONA

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Se cumplen 10 años del inicio de la crisis financiera mundial y cinco del rescate del sistema financiero español, que tuvo su punto álgido en mayo del 2012, con la crisis de Bankia y la salida de Rodrigo Rato.Las consecuencias de la crisis han afectado al sistema financiero mundial seriamente. En primer lugar, el modelo de negocio de los bancos de inversión tradicionales ha desaparecido ya sea por fusiones/adquisiciones o ya por transformaciones en entidades bancarias tradicionales. El resultado final ha sido una mejor supervisión y por tanto la disminución de riesgos sistémicos.

Los supervisores han hecho un gran esfuerzo para adecuar los sistemas de control a los nuevos riesgos planteados por la compleja ingeniería utilizada por las instituciones financieras. A nivel global y en especial en Europa, la simplificación de los productos, o en su caso el establecimiento de procesos que aseguren el conocimiento y adecuación del riesgo del producto financiero al cliente, han sido objetivos clave de las modificaciones regulatorias.

Otro de los desafíos producidos por la crisis ha sido la utilización de nuevas tecnologías por empresas hasta ahora ajenas al negocio financiero, en particular en los medios de pago. En efecto, la crisis financiera ha permitido a nuevos operadores aprovechar el vacío regulatorio para lanzar nuevos servicios más ágiles y eficientes pero no siempre regulados. Ejemplos como bitcoin y Mpesa muestran cómo el sistema bancario está perdiendo su capacidad de intermediación dada su falta de innovación y limitada utilización de las nuevas tecnologías.

En el caso del sistema financiero español, la crisis supuso la práctica desaparición de las cajas de ahorro como entidades de crédito, y con ello la transformación del 50% del sistema financiero (datos del 2007) en grupos bancarios.

La desaparición de las cajas

Actualmente, todas las cajas están integradas en grupos bancarios o han sido absorbidas por bancos. La desaparición de este modelo de negocio se explica principalmente por un problema regulatorio, por la supervisión compartida entre las comunidades autónomas y el Banco de España. El carácter fundacional de las cajas de ahorros y su gestión inapropiada, más en virtud de intereses políticos que los propios de una entidad financiera, precipitaron su crisis. Esta gestión inapropiada se materializó en primer lugar en la fuerte concentración crediticia producida en la fase previa de burbuja en el segmento inmobiliario que superó en el 2007 el 60% del conjunto del crédito al sector privado y se aproximó al 100% del PIB. Adicionalmente, las cajas se financiaron principalmente en los mercados de capitales, ante la imposibilidad de financiar sus activos por medio de depósitos bancarios.

A partir del 2007 se produjo un importante crecimiento de la morosidad, en especial en los créditos a promotor inmobiliario, que desembocaron en problemas de solvencia y de liquidez en amplios segmentos del sistema bancario español y, en particular, en el segmento de cajas de ahorros.

Concentración del sector

La reestructuración y desaparición de las cajas ha llevado a que a final del 2017, tras la absorción del Banco Popular por el Banco Santander y BMN por Bankia, cinco grupos bancarios concentrarán en España cerca del 80% de los activos (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell). Esta concentración del sector se ha desarrollado en los últimos años en un contexto difícil por la competencia de otras entidades no bancarias especialmente en negocios de bajo riesgo, como los medios de pago, y el contexto de bajos tipos de interés que ha reducido el margen financiero.

Sin embargo, la transición posterior a la crisis no ha terminado. Ni en el sistema financiero español ni en el sistema financiero mundial, ya que aún existen importantes retos que deben afrontarse y que probablemente modificarán radicalmente el sistema en los próximos años. Según Jaime Caruana, general manager de Bank of International Settlements (BIS) y exgobernador del Banco de España, estos retos se concentran en tres ámbitos: la situación económica y el escenario de bajos tipos de interés o negativos; los problemas no resueltos de la crisis; y la regulación financiera.

El primer reto en importancia es el macroeconómico. Nos encontramos frente a un bajo crecimiento de la productividad global que se combina con un aumento de la deuda tanto pública como privada. En este contexto, también es relevante el escenario de bajos tipos de interés o negativos, situación que se tendrá que resolver con la subida de tipos de interés.

Los riesgos geopolíticos son también retos considerables para el sistema financiero global y español. La gestión del Brexit y su impacto en la City de Londres así como en el sistema financiero europeo, es un desafío de gran envergadura para el sistema financiero mundial.

Proceso inacabado

Finalmente, los retos propios derivados de la gestión de las entidades financieras, como el saneamiento de los balances bancarios, está todavía inacabado en Europa. Esta reestructuración pendiente, que ya se ha completado en EEUU, se debe en parte al menor crecimiento de Europa y a los marcos jurídicos de cada entidad respecto a la reestructuración de la deuda. Este hecho sumado a las ineficiencias del sistema europeo relacionadas con la necesaria disminución de los ratios de costes y el exceso de capacidad, dejan la puerta abierta a procesos de fusiones no solo nacionales (ya que en España hemos alcanzado niveles de concentración muy elevados), sino también internacionales, muy probables sobre todo a nivel europeo.