1 Y 2 DE DICIEMBRE

El Gran Recapte busca voluntarios

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Beatriz Pérez

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En los últimos meses, la crisis económica ha perdido protagonismo debido al tsunami político que vive Catalunya. La situación es de tal excepcionalidad, que el interés mediático está centrado en el 'procés'. Y, sin embargo, la precariedad y la cronificación de la pobreza son ya parte de nuestra realidad.

Dan la voz de alarma entidades como la Fundació Banc dels Aliments, que necesita 25.000 voluntarios en toda Catalunya para la novena edición del Gran Recapte d'Aliments,los próximos 1 y 2 de diciembre. De momento, se han apuntado unas 17.000 personas de esas 25.000 que urgen. Pero faltan 8.000 y el Banc dels Aliments llama a no bajar la guardia. Para hacerse voluntario hay que registrarse en www.granrecapte.com.

Esta gran campaña masiva de recolección de alimentos prevé cubrir más de 2.500 puntos de recogida en Catalunya bajo el lema 'Tones de voluntat'. El objetivo es, en palabras del director del Banc dels Aliments de Barcelona, Lluís Fatjó-Vilas, «contribuir a la mejora de las condiciones de vida de las personas en situación de pobreza, en un aspecto capital como es la alimentación». En la provincia de Barcelona, la fundación necesita 17.000 voluntarios para elGran Recapte y, por ahora, se han apuntado 10.000. Faltan 7.000. La entidad confía en que se alcanzarán las cifras deseadas a la espera de que mucha gente se apunte en el último momento.

El director del Banc dels Aliments de Barcelona es claro: la población está superando la crisis, pero la pobreza se está cronificando. «La gente tiene la sensación de que la economía se está arreglando y de que la situación no es tan grave —advierte Fatjó-Vilas—. Pero hay muchos en situación de vulnerabilidad y es difícil salir de esta rueda». Además, destaca un nuevo fenómeno, inexistente años atrás: el de personas con trabajo (muchas veces, con contratos temporales) que, pese a ello, se enmarcan dentro del colectivo vulnerable.

La entidad llama a movilizarse los días 1 y 2 de diciembre con motivo del Gran Recapte.Este evento representa el 25% de los alimentos que los bancos de alimentos y las entidades catalanas recolectan anualmente. «El Gran Recapte, en Catalunya, es solo comparable con La Marató de TV-3 -señala Fatjó-Vilas-. Para el Banc dels Aliments, el Gran Recapte supone cubrir tres meses de necesidades alimentarias para personas necesitadas. La Unión Europea (UE) cubre los otros nueve meses. Necesitamos alimentos porque hay mucha pobreza. Nosotros contribuimos a paliarla, pero no la solucionamos».

Red de trabajo

El Gran Recapte es indispensable para el Banc dels Aliments. Pero los voluntarios también. «Ellos son el núcleo. Si no hay voluntarios, no hay Gran Recapte», apunta Sabine Hindersin, responsable de campañas solidarias del Bancs dels Aliments de Barcelona. «Este evento nació hace nueve años y pronto nos dimos cuenta de que ya no era del Banc, sino de los voluntarios. Es bestial lo que la ciudadanía llega a ayudarnos», añade. El año pasado, en Barcelona, 17.500 voluntarios recolectaron durante los días del Gran Recapte 3.122 toneladas de alimentos. En toda Catalunya, a través del trabajo de 25.000 voluntarios, se recogieron 4.374 toneladas. La entidad espera, como mínimo, repetir las cifras del año pasado.

El Gran Recapte, como explica Hindersin, se lleva a cabo en mercados y supermercados a través de grupos de unos 11 o 12 voluntarios (más un coordinador). A los clientes que entran se les da una bolsa blanca y se les pide que destinen parte de su compra al Banc dels Aliments. «Los voluntarios son indispensables, pero también los donantes», destaca. Los productos que más necesita ahora mismo la fundación son aceite, leche y conservas.

Pese al esfuerzo conjunto, aún queda mucho trabajo por hacer. Para atender el 100% de las necesidades de los 137.156 barceloneses que, de media, acudieron al Banc dels Aliments de la provincia en el 2016, la entidad necesitaría 66.000 toneladas, pero solo alcanzó a repartir un total de 17.914. Es decir, cubrió el 27% de sus necesidades.

Y además del compromiso ciudadano, entidades como el Banc dels Aliments necesitan la complicidad de las empresas. A poco más de dos semanas del Gran Recapte, la fundación no tiene una nave donde hacer la clasificación de los alimentos tras la recogida. «Hace cuatro años podíamos escoger las naves. Este año, con recuperación económica muchas empresas no quieren asumir el compromiso de dejarte una nave de 8.000 metros cuadrados durante dos meses», cuenta Oriol Dolader, responsable de la logística del Banc dels Aliments de Barcelona.

Es por eso que la entidad se verá obligada este año a llevar a cabo la clasificación en una pequeña nave que tiene en la Zona d'Activitat Logística (ZAL) de la Zona Franca de Barcelona, dedicada durante el resto del año al almacenaje de los alimentos procedentes de la UE.

Las toneladas de alimentos recogidas en el Gran Recapte requieren un gran espacio para poder trabajar después. Además de los miles de voluntarios que se involucran (6.215 en la fase de clasificación solo en Barcelona) y de las toneladas de alimentos que se recogen, el Banc dels Aliments destaca también la contribución de las cadenas de distribución durante el Gran Recapte. Por un lado, hacen una aportación extraordinaria del producto. Por otro, asumen toda la logística necesaria para la entrega de materiales y el posterior traslado a las sedes de la fundación. Esto implica una movilización de 250 tráileres de gran tonelaje o 3.500 furgonetas.

La pobreza, en cifras

Los bancos de alimentos atienden a 209.441 usuarios en toda Catalunya. Son centenares de miles de personas que no pueden acceder a una dieta suficiente, segura y saludable.

En la provincia de Barcelona, el Banc dels Aliments cerró el 2016 habiendo atendido a 127.642 personas por mes. Sin embargo, casi un año después (el 30 de octubre de este 2017), atendió mensualmente a 124.648 personas. Se trata de una bajada de solo 3.000 personas. La entidad certifica un freno en el descenso de personas atendidas en comparación con años anteriores. ¿Qué quiere decir esto? Que, pese a las mejoras económicas, la pobreza se está cronificando. El número de pobres más que bajar, se mantiene.