Excursionismo y naturaleza abren el telón de los 'esplais'

El sábado, centenares de monitores y monitoras de 81 entidades y proyectos de Fundesplai celebrarán en El Prat el encuentro anual con el que se abre el curso

CASAL EN BELLVITGE Actividades al aire libre en unas colonias el pasado mes de agosto.

CASAL EN BELLVITGE Actividades al aire libre en unas colonias el pasado mes de agosto.

CARME ESCALES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Canciones y risas entorno a una hoguera de campamentos han acompañado la infancia y adolescencia de muchos adultos que mantienen todavía amistades con sus compañeros de aquellas citas, las tardes del sábado o en verano, con sus monitores de 'esplai'.

El próximo sábado, 18 de septiembre, centenares de monitores y monitoras de 81 entidades y proyectos de ocio federados bajo el paraguas de la Fundació Catalana de l'Esplai (Fundesplai) abrirán el telón de la nueva temporada que con el inicio del curso escolar arranca también para muchos niños y niñas.Marc Alcaraz (Esplugues de Llobregat, 1985) también fue, en su día, uno de ellos. Esperaba con ilusión a que fuera sábado por la tarde. «Entre semana, iba siempre de la escuela a casa, pero el 'esplai', el sábado, era mi espacio de libertad. Allí conversaba con mis compañeros y la gracia estaba en que los monitores nos habían preparado siempre algo nuevo para hacer», rememora. «Esperaba con expectación aquella magia de los monitores al recrear personajes e historias. Cuando eres pequeño, el mundo de la fantasía es muy importante», afirma quien dirige hoy Espurnes, el mismo 'esplai' donde él, cuando era niño, pudo vivir todas esas atractivas propuestas.

El Grup Esplai Espurnes es una asociación juvenil, en Esplugues de Llobregat, con más de 35 años de trayectoria en la educación en valores a través de actividades de ocio. Fue donde Marc Alcaraz creció y, hasta hoy, no se ha desvinculado nunca de él. «Ha sido como una segunda familia para mí», asegura. «Desde los 4 años hasta los 17 fui todos los sábados. Y luego me saqué el título de monitor y elegí mi carrera, la especialidad de Magisterio de Educación Especial, motivado por mi experiencia y vivencias en Espurnes», destaca. «El 'esplai' me hizo más persona, fue la guinda del pastel que te ofrece la escuela y la familia. Los valores aprendidos jugando y relacionándome con los compañeros de 'esplai' es, para mí, el gran punto fuerte de esa propuesta lúdica, valores que no siempre la escuela aporta», reflexiona Marc Alcaraz.

El caso de Alcaraz no es excepcional. Muchas personas que fueron al esplai acaban siendo monitores. «Debes sacarte el título de monitor, pero contigo llevas ya una buena mochila de aprendizaje. Haberlo vivido tú es un valor añadido», precisa el director de Espurnes, que es también el presidente de la federación de esplais de Fundesplai. Desde que él empezó como monitor, hace 14 años, hasta hoy, uno de los cambios que ha vivido este mundo del ocio educativo ha sido que «cada vez llegan más niños y niñas derivados de servicios sociales», destaca Alcaraz.

«Se puede decir que el 'esplai' está asumiendo la función de compensar gran parte de aquello que la sociedad, en estos momentos, no puede dar», añade. Tiempo de calidad, en el que la atención individualizada y su seguridad están garantizados, pero también un desayuno, una comida o una merienda forman parte de esa compensación. «En cambio, cuando yo iba al esplai, de pequeño, lo hacía para pasármelo bien», puntualiza Alcaraz.

CANTERA DE VOLUNTARIADO

«Los' esplais' y proyectos de ocio se organizan de diferentes maneras, en función de la realidad a la que atienden», presenta Asun Gil, que es jefa del departamento de 'esplais' de Fundesplai, que aglutina más de 60 entidades con más de 80 proyectos de ocio. «Una entidad puede tener dos sedes o dos proyectos diferentes y, aunque la federación celebra este año su vigésimo aniversario, hay entidades que forman parte de ella que se crearon hace más de 40 años», explica Gil.

Gran parte de los centros de esplai en Catalunya funcionan con monitores voluntarios. «Gracias a ellos, muchos proyectos tiran adelante, y a día de hoy, seguir generando voluntariado tiene un valor añadido socialmente», considera Alcaraz. «No obstante, en los últimos 10 o 15 años, el sector se ha profesionalizado, especialmente debido a las exigencias formativas que requiere la atención especial del colectivo de menores en riesgo de exclusión social», detalla Alcaraz. Por el esplai Espurnes, que dirige, pasan al cabo del año entre 250 y 300 niños y niñas, entre casales y campamentos. De lunes a viernes, realizan talleres muy variados, como los de expresión teatral o gestión de las emociones, entre otras muchas actividades, en sus instalaciones, y también fuera de ellas.

TEMÁTICA COMÚN

Aunque cada una de las entidades federadas bajo el espectro de Fundesplai se gestiona y organiza de manera autónoma, la federación plantea cada año una temática entorno a la cual organizar, cada una a su manera, las actividades del año. La de esta nueva temporada que ahora se inicia es el fomento del excursionismo y, a través de él, la implicación en la mejora del entorno natural. «Lo hacemos a través de proyectos de aprendizaje-servicio, para que los menores se impliquen», explica la responsable de esplais de Fundesplai, Asun Gil. «Aprenden a participar asumiendo responsabilidades, por lo que el esplai pasa a ser una escuela de ciudadanía, en la que la relación con las familias de los niños y niñas, respetar y mantener sus tradiciones en paralelo a su arraigamiento aquí también tiene mucho peso en el trabajo de las entidades», expone Gil.

Carolina López no fue una niña de 'esplai', casales de verano ni colonias, aunque sí experimentó en los centros de los jesuitas donde estudió convivencias en verano. Pero ella y su pareja han tenido muy claro que aportar a sus dos hijas a Espurnes les conllevaría beneficios. «Ni mi marido ni yo trabajamos el sábado, no las apuntamos por no poder estar con ellas, sino por lo que vimos que ofrecían a los niños y niñas cuando nos interesamos por ello hablando con padres que ya llevaban a sus hijos al mismo esplai», explica López. «Confiamos plenamente en los monitores y nos gusta mucho el ambiente que hay. Les ayuda a formarse como personas», valora la madre. Ella participa activamente en barbacoas, castañadas y otras citas abiertas a los padres. Sus hijas, Marta Rodríguez, de 12 años y Carla, de 15, llevan seis años enroladas en la experiencia de compartir los sábados con sus amigos del 'esplai'. «Están enganchadísimas, y la mayor ya anuncia que se hará monitora», dice Carolina López.