65 AÑOS DE LA BIODRAMINA

A toda pastilla

Es más que un medicamento. Su extraordinaria eficacia, su aparición en la época de eclosión del 600 y la pionera estrategia de marketing que lo acompañó lo han convertido en un icono popular en España,

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Michele Catanzaro

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Si a principios de los años cincuenta Joan Uriach le hubiera hecho caso a su padre, la empresa farmacéutica familiar, heredera de una droguería, se hubiera dedicado a fabricar un laxante entre las decenas de otros que estaban en el mercado. Al contrario, este farmacéutico recién licenciado insistió en su idea de producir un medicamento contra el mareo que los aliados habían empleado en el desembarco en Normandía. Gracias a esa determinación, la empresa se convirtió en un gigante y generaciones de españoles pasaron sus viajes en coche y barco con algo más de sosiego.

Ese medicamento se comercializó con el nombre de Biodramina. Solo escuchar este nombre despierta recuerdos de las vacaciones en 600, los viajes en barco a Mallorca, o los primeros vuelos en destartalados aviones. Casi todo el mudo tiene algún recuerdo vinculado con la Biodramina, que también aparece en un sinfín de películas, chistes, libros… Es un caso único: fuera de España, en ningún otro país un fármaco contra el mareo se ha convertido en un trozo de cultura popular.

Desembarco en Normandía

En lo que sí tenía razón el padre de Uriach era en su recomendación de ser curioso. El hijo se fijaba en revistas científicas internacionales, y así se enteró de que una molécula, el dimenhidrinato, había ayudado a los soldados angloamericanos a pisar Normandía sin una indisposición de estómago que los habría convertidos en blancos fáciles.

El fármaco bloquea los impulsos que van del oído al cerebro: nos movemos pero no nos mareamos

"En tiempos como aqullos, Uriach viajó a EEUU, llevó la molécula a España y la lanzó en 1952", explica Javier Navarro, director de salud del consumidor en la farmacéutica Uriach. "Convirtió un producto militar en uno familiar", afirma Genís Sinca, curador de la autobiografía del farmacéutico.

"Fue una bomba para la empresa. Se convirtió en su marca principal", prosigue Navarro. El medicamento se apropió de un mercado en el cual no tenía competidores, y fue el primero y único durante muchos años. A principios se recomendaba incluso para vértigos y otros trastornos. Formaba parte de los fármacos que el médico de familia podía prenscribirla preventivamente. "Los analgésicos y los antibióticos de hoy han cambiado mucho respecto a los años 50. Sin embargo, la misma Biodramina sigue siendo lo más efectivo que hay", observa Navarro.

Sistema de equilibrio

El fármaco dio en el clavo de un proceso, el mareo, que sigue siendo un misterio. "Sabemos muy poco sobre su funcionamiento. Lo único cierto es que el sistema del equilibrio que opera en el oído juega un papel fundamental, porque las personas en las cuales no funciona no sufren nausea", explica Qadeer Arshad, investigador del Imperial College de Londres que se hizo famoso en el 2015 al demostrar que una diminuta descarga eléctrica en la zona del cerebro asociada al equilibrio anula el mareo.

"La teoría más acreditada es que el mareo se da cuando hay un conflicto entre la vista y el órgano del equilibrio", prosigue el investigador. Este conflicto se da con ciertas clases de movimientos y no con otras (por ejemplo, aparece si se mueve la cabeza en círculos pero no si se niega repetidamente con la cabeza) y más en ciertos vehículos (coches y barcos) que en otros (trenes). No se sabe por qué algunas personas son más susceptibles y por qué los niños lo son más que los mayores.

En todo caso, cuando se dan esos movimientos, el oído envía una señal a la parte del cerebro que procesa el equilibrio, que a su vez tiene conexión eléctrica con el centro encargado del vómito. "Según algunas teorías, el vómito sería una manera para eliminar la desorientación inducida por el mareo, y el riesgo correspondiente de ser capturado por un depredador, pero no hay pruebas de ello", argumenta Arshad. "La biodramina bloquea los impulsos que van del oído al cerebro. Nos movemos igual pero el cerebro no lo detecta", explica Navarro.

La época del 600

La extraordinaria eficacia de la molécula, sin embargo, no explica por sí sola su éxito en España. "Las razones son producto de su época: los años del desarrollismo, del llamado milagro español, la época del 600", afirma Àlvar Martínez, historiador de la medicina de la Universitat de València. "En una época en que Josep Pla empezaba a escribir en Destino sobre el turismo de fin de semana, de carretera, de olor a gasolina… Uriach supo entrever que hacía falta un fármaco contra el mareo", añade Sinca.

"Unas carreteras trazadas en el siglo XIX se llenaron de pronto de coches y autobuses: todo el mundo necesitaba Biodramina", explica el Martínez, que recuerda un mítico viaje de Valencia a Inglaterra en autobús y barco, ya en los años 70, en el cual se hartó de tomar el fármaco antimareo. En los primeros aviones a reacción, también era imprescindible.

Además de la eficacia y de la sincronización perfecta de la Biodramina con su tiempo, un tercer ingrediente explica su inmortalidad. "Uriach se dio cuenta de que los laboratorios norteamericanos invertían en publicidad. Él encargó a los mejores diseñadores gráficos de la época, empezando por Josep Pla Narbona, la publicidad de la Biodramina", explica Sinca.

Fotos de Centelles

"Se hacía mucha cartelería. Crear un personaje [llamado Don Bío] alrededor de un producto hoy parece normal, pero en la época no era nada usual", explica NavarroUriach es un apasionado de arte, que dispone de una de las mejores colecciones privadas de pintura catalana. También encargó la fotografía industrial de la empresa a Agustí Centelles, tras su regreso del exilio. 

"La publicidad, y especialmente la imagen del 'gentlemen' viajero, fue muy eficaz. Encarnaba los aspiraciones de la época: modernidad, Europa, progreso...", afirma Martínez. "El mismo nombre de Biodramina es eufónico: tiene el inolvidable prefijo "bio" y acaba en "ina", como Aspirina, una de las otras pocas marcas que han tenido una suerte parecida", añade.

Cruceros, coches sin conductor y realidad virtual son el frente de la lucha contra el mareo

Hoy la Biodramina ha perdido peso en el conjunto de los productos de Uriach. La marca no ha dejado de sacar otros preparados singulares, como el Aquilea Vigor, un producto natural "conocido como la viagra de Uriach", afirma Sinca, que pone la mano en el fuego por su eficacia. "Toda la línea Aquilea nace de la idea de Uriach de cultivar en su laboratorio de Palau Solità i Plegamans esta planta, una de las más antiguas del mundo", prosigue.  

"Sin embargo, la Biodramina seguirá siendo siempre nuestro buque insignia Aún hoy, 7 de cada 10 euros que se pagan en España para evitar el mareo son de la Biodramina", afirma Navarro. "Está viviendo una segunda época dorada debido al auge de los cruceros e incluso hay casos en trenes de alta velocidad", añade.

Las nuevas tecnologías podrían darle otra vuelta de tuerca a la historia. "Sabemos que en los coches sin conductor hay mayor riesgo de desarrollar mareo, porque los viajeros tendrán más distracciones. El mareo también se da en los usuarios de realidad virtual, aunque no se sabe si es de la misma clase que en los movimientos reales, o es una nueva forma, debido a la sensación de despersonalización que se experimenta", apunta Arshad.

Arshad quiere desarrollar dispositivos para insertar en los reposacabezas que suministren descargas capaces de aturdir el centro de equilibrio del cerebro y así bloquear el mareo. Sin embargo, quizás la vieja Biodramina podría hacer la misma función sin tanto esfuerzo. "Cada vez que uno se toma una, se está tomando una pequeña pastilla de historia", concluye Sinca.