EL GORDO DE LA LOTERIA DE NAVIDAD 2017

Este es el Gordo, el primer premio de la Lotería de Navidad: 71198

La Lotería de Navidad 2017 riega de millones el pueblo de Vilalba, en Lugo, y el barrio de La Trinidad, en Málaga

La administración de Loterías núm 59 de Málaga ha vendido el numero 71.198 agraciado con el Gordo de Navidad.

La administración de Loterías núm 59 de Málaga ha vendido el numero 71.198 agraciado con el Gordo de Navidad. / periodico

Julia Camacho

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El número 71198 no pasará a la historia de la lotería de Navidad por ser uno de los gordos más madrugadores ni el más tardío, pero sí por ser el que tenga más sabor cañí. Su estela de suerte ha atravesado el país desde Vilalba, el pueblo natal de Manuel Fraga que se ha repartido 520 millones de euros, hasta Málaga, donde el barrio de Chiquito de la Calzada se ha quedado 129 millones. Por el camino, un camionero de regreso desde Galicia ha regado con 10 millones un asilo de Campo de Criptana (Ciudad Real), la cuna de Sara Montiel.

A las 11.54 horas, los niños Yuseff Salhi y Noelia Katiuska Medina han pardo el décimo alambre de la sexta tabla. Era el 71198, el gordo. Instantes después, la alegría desbordó Vilalba (Lugo), famoso en estas fechas por su capón. La administración de loterías El Alcázar, en la céntrica Rúa da Pravia, repartió 130 series del primer premio, unos 520 millones de euros, y el equivalente a 50 años de presupuesto local, según las cuentas del alcalde. Casi todo el mundo en el pueblo llevaba un décimo o bien conocía a algún agraciado.

El bar Cascudo, un local de carretera frecuentado por camioneros y peregrinos, compró 500 de esos décimos (200 millones en premios) para los clientes. La propietaria, Pilar Ferreiro, ha conformado que el premio estaba "muy repartido" entre la gente de la zona, "personas humildes y trabajadoras, que lo necesitan". También el director del colegio Insua Bermúdez adquirió personalmente 109 décimos en la administración para repartirlos entre los 30 trabajadores del colegio. 

A Campo de Criptana el premio se presentó a bordo del camión de Jesús, un voluntario de la residencia de ancianos Sagrado Corazón que siempre suele llevar lotería de los pueblos por los que pasa para repartir con sus compañeros del asilo De los 25 trabajadores de la residencia, 22 llevan el número premiado con el gordo, ya fuera en solitario o compartido.

Euforia

La fortuna ha llegado también al populoso barrio de La Trinidad de Málaga, una zona trabajadora y humilde, devota del Cautivo –una de las imágenes más conocidas de la Semana Santa malagueña—y conocida por ser la cuna de Chiquito de la Calzada, el humorista fallecido hace apenas un mes y que tomó su nombre precisamente de aquí, la Calzada de la Trinidad.

"Estaba de compras y me he puesto a gritar de alegría, los clientes han hecho el pasillo aplaudiendo mientras salía", contaba, aún nerviosa, Lola Jiménez. Junto a unas hermanas, con las que tiene el grupo de whasap con el premonitorio nombre de Nos ha tocado el gordo, Nos ha tocado el gordo, habían comprado varios décimos por toda España. Buscó un sitio "“auténtico", y recaló en la administración La biznaga, nombre del adorno floral típico de la ciudad.

Lola no tenía fijación por ningún número, y dejó la suerte en manos de la lotera, Catalina Durán, que  la noche antes, hablando con su hija embarazada, expresó su confianza en que "el niño venga con un pan bajo del brazo". Por su administración pasaron un par de jubilados que estirarán los 400.000 euros del premio –320.000 tras el paso por Hacienda- para la hipoteca de los hijos. "Creía que nunca tocaba a los pobres", decía uno. A su lado, Manuel, como montador de aire acondicionado casi pierde el sentido tras comprobar la cuantía del premio "Ahora, a vivir más tranquilo".

La fiesta también se ha montado en la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, donde uno de sus empleados compró 70 décimos para repartir entre sus compañeros, incluida la concejala del ramo. "Hipoteca, hipoteca", han cantado sin prestar atención a los atascos prenavideños. También la dueña de la panadería El peso de la harina, abierta hace tres meses, compró 15 décimos para repartirlos entre los clientes con la premonición de que les daría suerte.