Mónica Cerdán: "Quien no ve o no oye debe disfrutar también de la ruta"

La profesora de la Universitat Ramon Llull diseña visitas a monumentos de Pedralbes para personas con discapacidad

Mónica Cerdán, en una clase de la Ramon Llull.

Mónica Cerdán, en una clase de la Ramon Llull.

FELIPE VALENZUELA

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Mónica Cerdán Chiscano (Barcelona, 1971), profesora y directora de la cátedra de Turismo Responsable y Hospitalidad de la Universitat Ramon Llull, coordina unas rutas culturales inclusivas por Pedralbes dirigidas tanto a personas con discapacidad (cognitiva, física e intelectual) como a las que no tienen ninguna.

-¿En qué consisten estas rutas?

-Visitamos diversas partes del patrimonio de Pedralbes e identificamos los puntos sensoriales más atractivos del recorrido. Por ejemplo, en una visita al pabellón Güell, cogemos una foto del dragón y la ponemos en relieve. Los que no ven o no oyen deben poder también disfrutar de la ruta. Trabajamos con el distrito de Les Corts, que tiene programas de inclusión desde hace tiempo, para que estas visitas inclusivas  queden implantadas.

-Este no es su primer proyecto.

-Hicimos Alas por el autismo, con Aena y la compañía Vueling, un simulacro para un grupo de familias. Creamos el recorrido que implica llegar hasta el avión desde el hotel, con personal de tierra y una tripulación formados.

-¡Autismo y aviones!

-Vimos que para muchos un viaje a Eurodisney puede convertirse en una cruzada a causa del estrés. Muchas familias no consiguen coger el avión o el propio niño no quiere volver a subir en él por una experiencia negativa. Como en la película Rain Man. En EEUU hicieron bajar a una niña porque se llegó a la conclusión de que sus nervios contagiaban al resto de pasajeros.

-¿Cómo se interesó en el tema?

-Son todo coincidencias. Yo tengo un hijo autista, ya había tocado el tema del turismo y me pareció interesante. Hay familias que realizamos una vida normalizada, pero muchas se desaniman y se quedan en casa porque carecen de estrategias o el grado de discapacidad del hijo es muy alto.

–¿Los alumnos son sensibles a este tema?

Intentamos que los estudiantes hagan voluntariado en estos proyectos. Luego, al hacer las prácticas muchos diseñan varias soluciones para personas con necesidades especiales. Hubo un caso de un alumno que hacia prácticas en un hotel y él mismo creó material para un niño con dificultades. Hay hoteles que trabajan en braille pero para las personas con discapacidad intelectual el diseño universal no está adaptado.

–¿La universidad le da mucha importancia?

En 2018 inicio una asignatura sobre el turismo inclusivo. Así los estudiantes pueden ir a espacios públicos y diseñar rutas específicas o experiencias para clientes en hoteles. Necesitamos personal formado y materiales de comunicación con los clientes, por ejemplo donde se explique los planes de emergencia, adaptarlos a lectura fácil.

-¿Planes para el futuro?

-Actualmente colaboramos en un manual internacional de la Organización Mundial del Turismo, para ofrecer normas a alojamientos y atracciones turísticas y hacer que sean accesibles para todos. Habrá obligaciones y recomendaciones.

-¿Seguirán las rutas culturales?

-Seguiremos trabajando con Les Corts. La siguiente ruta será el 26 de noviembre. Buscamos que la gente con discapacidad sea protagonista de la experiencia. Pero es una actividad abierta a todos. No para grupos exclusivos. No son tontos, son personas con derecho a disfrutar de manera autónoma.