El profesor con plumas

La mano de Georgina T., de 13 años, señala una pantalla de ordenador. "Esto es lo que está pasando ahora dentro del nido", explica. Esta alumna de primero de ESO del colegio Betània Patmos (Mare de Dèu Lorda, 2-16, en Pedralbes) se refiere a una de las muchas pantallas que hay en las aulas y pasillos de la escuela y transmiten en directo cómo crece una familia de herrerillos comunes, aves nacidas en el pequeño bosque del colegio.

"Han vuelto aquí después de tres años de ausencia -relata Santi Ruiz, profesor de biología-, aunque llevamos desde el 2009 con el proyecto". Desde hace ocho años, la escuela ha convertido sus clases de biología en una asignatura práctica. "Hacemos un seguimiento de las aves que ponen sus nidos en el recinto del colegio", cuenta Nicolás Pasqual P.. "Es mucho más divertido que estudiar las cosas en los libros", añade Georgina.

NACIMIENTO DE LOS POLLUELOS

Desde que el herrerillo común, especie típica de Europa y Asia, ha vuelto al bosque de la escuela, los alumnos no han parado de estudiarlos. Los vieron montar un nido, poner los huevos, cuidarlos y vieron cómo nacían de los pajaritos, el 6 de mayo. "El nacimiento ha concidido este año con la fiesta del colegio, un sábado. Y aquí había mucha gente pegada a las pantallas para ver nacer los pajaritos"., afirma Ruiz.

Ferran C. Y Alba C., alumnos de primero de ESO, son unos expertos en el herrerillo común. "Apuntamos en inglés todo lo que aprendemos. Por ejemplo, hemos descubierto que si los pajaritos consumen más orugas, sus plumas serán más brillantes", afirman.

Los alumnos de primero de ESO hacen maquetas de los nidos y realizan investigaciones en casa. Además, dibujan las aves para adornar el mural del pasillo. Los de primaria también les siguen la corriente. Todos están enamorados de los pajaritos. Elena B., de 6 años, los mira después de la clase de lectura. Bruno B., en cambio, de tercero de Primaria, se lleva los deberes a casa: "Los miro en directo por Youtube, junto con mis padres", cuenta.

TECNOLOGÍA Y NATURALEZA

El colegio, desde siempre interesado en la ornitología, compró los nidos en los años 70 y los ha ido restaurando con el tiempo. El nido actual tiene un sobreático donde está escondida la cámara. "El primer año utilizamos el dibujo de una cámara para ver cómo reaccionaban las aves. Al ver que no la rechazaban, compramos cámaras de verdad", explica Ruiz. A su lado, Ferrán Romeu, del departamento técnico del colegio, sonríe. "Las cámaras se alimentan y transmiten con un solo cable. Las protegemos con botellas de plástico para que no le pase nada", dice.