tensión diplomática

Moscú y Pekín amenazan a Washington tras las sanciones por la venta de armas

EEUU ha anunciado castigos económicos a China por saltarse el embargo impuesto a Rusia por la anexión de Crimea y sus presuntas maniobras turbias en las últimas elecciones presidenciales

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Adrián Foncillas

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Estados Unidos sigue apuntalando el eje Pekín-Moscú. Las sanciones impuestas a China por comprar armas rusas ha provocado una reacción al unísono de dos países hastiados por las políticas arrogantes y hostiles de Washington. “China expresa su tremenda indignación por la irracional decisión estadounidense”, ha clamado este mediodía Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Exteriores. También ha acusado a Washington de “violar las normas básicas de las relaciones internacionales y de perturbar los vínculos entre China y Estados Unidos”. El presidente, Donald Trump, tendrá que “afrontar las consecuencias” si no remedia el error y cancela las sanciones, terminó Geng.

Moscú abundó horas después. Estados Unidos está “jugando con fuego”, advirtió Sergei Ryabkov, viceministro de Exteriores. “Sería aconsejable que recordaran que existe un concepto llamado estabilidad social y que lo están debilitando al espolear las tensiones entre Estados Unidos y Rusia”, terminó.

Detrás está la reciente adquisición china de cazas Su-35 y misiles S-400 tierra-aire. Washington anunció sanciones a Pekín al saltarse el embargo impuesto a Moscú por la anexión de Crimea y sus presuntas maniobras turbias en las últimas elecciones presidenciales. Las sanciones recaen sobre el Departamento de Desarrollo de Armamento (EDD, por sus siglas inglesas) y su director, Li Shangfu. Ambos han sido incluidos en la lista de personas e instituciones bloqueadas, lo que implica el congelamiento de sus bienes en Estados Unidos, la prohibición a sus nacionales de cerrar negocios con ellos y su exclusión del sistema financiero nacional. En esa lista ya figuran 33 personas y compañías rusas con lazos con el estamento militar.

Parámetros occidentales

Estados Unidos, en un interpretación creativa de sus sanciones, se ha apresurado a explicar que no busca castigar a China sino a Rusia. Es dudoso que eso contente a Pekín. El EDD fue creado por el presidente, Xi Jinping, para modernizar su Ejército y acercarlo a los parámetros occidentales. La tecnología china ha avanzado mucho en los últimos años pero aún necesita las aportaciones rusas. Las transacciones alcanzaron 15 mil millones de dólares el pasado año, según la agencia de armamento rusa Rosobonexport. Moscú es el segundo exportador de armas, sólo superado por Washington, mientras China figura como el quinto importador en la lista del Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo.

A China le cuesta comprender la pataleta de Washington por comprarle armas a Moscú cuando las estadounidenses llegan sin freno a Taiwán, la isla que Pekín considera suya, o Japón, con la que está enfrascada en fragorosos pleitos territoriales.

Maniobras militares

La guerra comercial declarada a China y las sanciones económicas a Rusia han acercado a las dos grandes potencias. Su sintonía fue subrayada con la reciente participación de tropas chinas en las mayores maniobras militares rusas desde los tiempos soviéticos. Xi pidió entonces un frente común contra “las acciones económicas hostiles” en un discurso con sobradas alusiones implícitas a Estados Unidos.

Las sanciones estadounidenses se enmarcan en la guerra comercial que libran Pekín y Washington por decisión de Trump. En las últimas semanas ha quedado claro que los aranceles son sólo uno de los campos de batalla. Estados Unidos ha aprovechado para pisarle el callo taiwanés a China, entre otras medidas. También la educación ha quedado afectada. El diario oficialista 'Global Times' tildaba hoy de “histérico” a Estados Unidos por los crecientes impedimentos que sufren los universitarios y científicos chinos para acceder a sus universidades. El editorial alude a una “campaña pública” que atenta contra la ciencia y la moralidad. “Un país debe proteger su propiedad intelectual, pero la ciencia pertenece a todos los seres humanos”, juzgaba.