CRISIS HUMANITARIA MUNDIAL

2017, el año más cruel para los niños en países en guerra

Unicef advierte de que los ataques y la "violencia brutal" contra millones de menores que viven en zonas de conflicto han alcanzado "proporciones alarmantes"

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Judit Figueras / Barcelona

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Las escuelas, las calles o los parques han dejado de ser lugares para niños en muchos países que se encuentran en situación de guerra. Son mutilados, violados, reclutados para entrar en combate y usados como escudos humanos. Esa es su realidad en Irak, Siria, Afganistán o Yemen. Y va a peor. Según Unicef, el 2017 ha sido, probablemente, el año más cruel para la infancia.

La organización humanitaria ha señalado que los ataques contra este colectivo, que sufre las consecuencias directas de la guerra, han alcanzado “proporciones alarmantes” este año. El director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine, denuncia que los niños en países en conflicto “han sido blancos de guerra y han estado expuestos a ataques y a una violencia brutal en sus hogares”.

La responsable de Programas y Emergencia de Unicef España, Blanca Carazo, señala a EL PERIÓDICO que “hay una tendencia cada vez mayor de que los niños sean objeto de ataques y que los países no respeten las leyes internacionales y bombardeen escuelas, hospitales y centros civiles”.

En Yemen, donde según Carazo está teniendo lugar “una de las peores crisis en el mundo”, al menos 1.600 niños han muerto y 2.700 han sido mutilados entre mayo del 2015 y junio del 2017. Una consecuencia directa de los bombardeos aéreos que se producen diariamente por parte de la coalición internacional que lidera Arabia Saudí. 

Según ha informado la organización The Yemen Data Project, de los 8.600 ataques aéreos que se han llevado a cabo durante los últimos años en este país del golfo Pérsico, 1.510 han afectado a zonas civiles como escuelas y hospitales

Reclutamiento militar

El reclutamiento militar de niños por parte de organizaciones terroristas y milicias es cada vez más frecuente. En Sudán del Sur, al menos 19.000 niños han sido alistados en grupos armados desde que se inició el conflicto hace cuatro años, y en Somalia, solo este año, se han registrado más de 1.740 casos de reclutamiento infantil para fines bélicos.

En el nordeste de Camerún Nigeria, más de 135 niños han sido forzados a cometer atentados suicidas por el grupo yihadista Boko Haram, una cifra cinco veces superior a la del 2016. Además, cada vez son más las niñas reclutadas por estos grupos. En ambos países, afirma Carazo, "miles de niñas son secuestradas por Boko Haram y obligadas a convertirse en esposas de combatientes o forzadas a cometer actos terroristas".

Los niños dejan de aprender a escribir para instruirse en la guerra, sustituyen el papel por las armas, los pupitres por los tanques. Las aulas están vacías, algunas son usadas como lugares estratégicos para grupos militares y otras son directamente destrozadas por los bombardeos aéreos.

En abril de este año, un informe de Unicef señalaba que más de 25 millones de niños de entre 6 y 15 años que viven en zonas en conflicto no pueden ir a la escuela. En Yemen, dos millones de niños no han iniciado el curso escolar este año y en el caso de los niños sirios, la cifra alcanza los 2,4 millones. 

Desplazamientos forzados

Los que no son reclutados se ven obligados a abandonar sus hogares para sobrevivir. En la región de Kasai, en la República Democrática del Congo, la violencia ha llevado a 850.000 niños a huir de sus casas. En Birmania, la limpieza étnica que estalló en agosto de este año ha forzado a medio millón de rohinyás a escapar de una masacre que se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias del 2017.

El 60% de los refugiados rohinyás que han huido a Bangladés son niños que han visto como el Ejército birmano quemaba sus casas y asesinaba a sus familiares. Sin embargo, muchos aún siguen en sus aldeas de origen, donde la violencia y el horror es parte de su día a día.

Horror y violencia

Una situación de horror que viven millones de niños en el planeta. Como en Afganistán, donde 700 niños murieron solo en los primeros nueve meses del 2017 o en el este de Ucrania, donde 220.000 niños viven bajo la constante amenaza de las minas que quedan por el conflicto iniciado en el 2014.

En Yemen, el conflicto interno que empezó hace más de tres años, y el bloqueo de suministros por parte de Arabia Saudí ha provocado que 1,8 millones de niños sufran malnutrición y que de ellos, 385.0000 se encuentren en riesgo urgente de muerte si no reciben atención sanitaria inmediata. 

La falta de acceso al agua potable y de suministros médicos ha originado en este país uno de los peores brotes de cólera de la historia. El 56% de los posibles casos de infección afectan a menores de 18 años, y una tercera parte de los fallecidos por esta enfermedad son niños.