SOBREPOBLACIÓN EN LA TUNDRA

La pelea de un pastor noruego para no sacrificar a sus renos

El afectado amenaza a las autoridades con llevar el caso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU porque asegura que las medidas estatales violan los derechos de los indígenas

Un reno en la ciudad finlandesa de Rovaniemi, en una foto de archivo.

Un reno en la ciudad finlandesa de Rovaniemi, en una foto de archivo. / JNK/ao

Judit Figueras

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Un pastor de renos de la comunidad indígena de Sami, en el norte de Noruega, ha perdido un polémico juicio y tendrá que sacrificar 41 de los 116 renos que posee, es decir un 30% de su rebaño. El Tribunal Supremo de Noruega ha dictado la sentencia después de que Jovsset Ante Sara, el pastor afectado, recurriera hasta dos veces a una orden que le obliga a reducir el número de su manada. Esta vez, Sara amenaza con llevar el caso a los tribunales de las Naciones Unidas (ONU). 

Ante Sara alegó que no podría mantener a su familia si finalmente se sometía al reglamento y sacrificaba a una parte de su rebaño. Esta es la tercera vez que el Gobierno noruego decide llevar el caso de Ante Sara ante el Tribunal Supremo. La nueva legislación del país lapón quiere prevenir el excesivo pastoreo en la tundra, la región polar, donde la población de renos noruegos es de 220.000.

Violación a los derechos indígenas

El abogado de Sara, Trond Pedersen, ha asegurado que la medida viola los derechos de las comunidades indígenas como los Sami, donde la cría de renos es la principal actividad económica. La Corte Suprema ha negado que el dictamen viole los derechos humanos de esta comunidad y Pedersen ha asegurado que llevará el caso al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. 

A inicios de este mes, la hermana del afectado, Maret Anne Sara, una artista y activista creó una especie de cortina formada por más de 400 cráneos de renos delante del Parlamento noruego, como acción reivindicativa en contra de la nueva política estatal.

No es la primera vez que Anne Sara organiza una protesta de este tipo contra las autoridades. En el 2016, cuando Sara llevó por primera vez el caso al Tribunal de Distrito de Finnmark, su hermana arrojó con la ayuda de un camión una montaña de cabezas sangrientas de renos en la entrada del juzgado. 

Sostenibilidad ecológica, económica y cultural

El abogado que defiende la postura del Gobierno, Stein-Erik Jahr Dahl, declaró a través de un comunicado que "el derecho a la cría de renos no le da a Sara el derecho a tener un número concreto de renos para obtener un retorno económico". Además, Jahr Dahl también afirmó que el objetivo de la medida es "garantizar que la cantidad de renos se reduzca a un nivel ecológico, económico y culturalmente sostenible". 

La comunidad Sami, que también tiene presencia en algunas partes de Rusia, Finlandia y Suecia, dispone de Parlamento y presidente propio, aunque se trata de figuras simbólicas, ya que sus competencias son mínimas. El Gobierno noruego integró a los Samis, que alcanzan los 100.000 habitantes en el país, en la década de 1960 y les concedió derechos lingüísticos.