RELACIONES BILATERALES

Erdogan visita este jueves Grecia en un viaje histórico

Hacía 65 años que un presidente turco no pisaba suelo griego

zentauroepp41212886 file   in this wednesday  sept  21  2016 file photo turkish 171206174025

zentauroepp41212886 file in this wednesday sept 21 2016 file photo turkish 171206174025 / periodico

Adrià Rocha Cutiller

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La última vez que pasó, el mundo era en blanco y negro, la República de Turquía apenas cumplía 29 años y Grecia aún tenía familia real. En 1952, Celal Bayar, el tercer presidente turco, visitó Atenas para demostrar —o intentarlo— que los años de guerras y deportaciones entre los dos países habían acabado, que Turquía y Grecia, ya aliados de la OTAN, dejaban sus diferencias atrás.

Pero esa visita, hace 65 años, fue la última: desde entonces, ningún presidente turco ha pisado Grecia.

Fue un rumor, tres años después, en 1955, el que lo rompió todo. A inicios de septiembre de este año apareció la noticia en Turquía de que la casa donde había nacido Mustafá Kemal Atatürk —que se encuentra en Salónica, Grecia— había sido atacada.

Era mentira, pero dio igual. Grupos de nacionalistas turcos salieron a la calle en Estambul y en otras ciudades y atacaron y destrozaron y quemaron casas, negocios iglesias y escuelas; la mayoría regentadas o de propiedad de ciudadanos turcos de la minoría griega. El pogromo sirvió para que los más de 110.000 griegos que, entonces, vivían en Turquía, se marchasen a Grecia. Ahora, en la península de Anatolia, viven sólo unos 3.500 turcos de origen griego, según el Gobierno. Menos del 3%.

En respuesta, Grecia aprobó una ley que permitía quitarle la nacionalidad griega a un ciudadano griego que no fuese de etnia griega y que decidiese salir del país.

Y su mala relación continuó: en 1974, tras un golpe de estado, el gobierno ultranacionalista de Chipre aprobó la 'enosis' (unión) de la isla a Grecia. Turquía no lo aceptó y, para proteger a los turcos que habitaban y habitan en Chipre, invadió el norte del país. Desde entonces Chipre vive partida en dos; separada por un muro que, hasta 2003, nadie podía cruzar.

Buenas perspectivas

Buenas perspectivasPero en la década de los noventa, Turquía empezó los trámites de entrada a la Unión Europea, y Grecia, miembro de la UE desde 1981, acaba aceptándola como candidata.

Desde entonces, la tensión se ha ido rebajando. Erdogan visitó Atenas en 2004 y 2010, cuando era primer ministro, y ahora, tras 65 años de la última vez con Celal Bayar, lo hará como presidente.

Erdogan se reunirá con el presidente griego, Prokopios Pavlopoulos, y con el primer ministro Alexis Tsipras, con quien, se espera, pueda llegar a algún tipo de acuerdo que sirva para avanzar en el proceso de paz en Chipre. Las negociaciones entre turcochipriotas y grecochipriotas están, ahora mismo, completamente paradas hasta que se celebren elecciones en febrero de 2018 en la parte griega de la isla.

Grecia y Turquía —junto con el Reino Unido, la anterior metrópoli—, como países garantes de Chipre, deben ponerse de acuerdo si la isla quiere, después de más de 40 años, ser reunificada.

Durante el encuentro entre Erdogan y Tsipras, además, está programada la discusión de proyectos de infraestructura comunes, como la creación de nuevas rutas de barco en el Egeo y la construcción de una línea de tren de alta velocidad que una Estambul y Atenas.

Pero también habrá problemas: se espera que Erdogan le pida personalmente a Tsipras que extradite a ocho militares turcos que, durante la noche del golpe de estado de julio de 2016, huyeron en helicóptero a Grecia. Una vez en territorio de la UE, pidieron asilo.

Turquía protestó y pidió la extradición de sus militares, pero el Tribunal Supremo griego estipuló que, si eran enviados de vuelta a Turquía no se les garantizaría un juicio justo.  Los ocho, por el momento, siguen refugiados en Grecia.