ELECCIONES PRESIDENCIALES

Piñera gana la primera vuelta por margen menor de lo esperado

El expresidente y candidato Sebastián Piñera junto a su esposa tras votar en Santiago de Chile.

El expresidente y candidato Sebastián Piñera junto a su esposa tras votar en Santiago de Chile. / periodico

Abel Gilbert / Buenos Aires

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Sebastián Piñera ganó la primera vuelta electoral pero fu festejo en la noche de Santiago fue contenido, de caras largas, amargura. El 36,67% de los votos estuvo lejos de los pronósticos de la coalición de derecha Vamos Chile. Calculaban perforar la barrera de los 40 puntos y esperar con tranquilidad el segundo turno del 17 de diciembre. Sucedió lo imprevisto, aquello que las encuestas no avizoraron, y el magnate deberá enfrentar a Alejandro Guillier, el candidato de Fuerza de Mayoría, la entente que reclama la deshilachada herencia de Michelle Bachelet, quien obtuvo el 22,63% de las adhesiones. Escrutadas más del 90% de las mesas electorales, los analistas políticos coinciden: final abierto. “Se instala la incertidumbre”, señaló el portal El Mostrador. Piñera lanzó la primera advertencia de lo que está en juego: “vamos a tener que optar entre el cambio y la continuidad; entre la unidad y la división; entre el futuro y el pasado; entre el progreso y el estancamiento; entre igualar hacia arriba y no igualar hacia abajo”.Todavía falta casi un mes, pero el magnate, que gobernó entre 2010 y 2014, y Guillier saben dónde ir a buscar los apoyos que le faltan. Por lo pronto, el multimillonario ya tiene de su lado a José Antonio Kast, el único pinochetista confeso de esta contienda, dueño de un sorpresivo 7,8% de las adhesiones. “Chile no resiste otro Gobierno de Izquierda”, dijo el ultraconservador, y no puso ninguna condición para apoyar al potentado. Pero con eso no le alcanza. Necesitará del sector más moderado de la población, aquel que representa la Democracia Cristiana (DC), que tuvo una verdadera debacle electoral este domingo. Su candidata, Carolina Goic, quedó por debajo de los seis puntos. Ya saludo a Guillier. Todo un dato: habrá que ver si la DC, que aún es Gobierno pero en estos comicios decidió separarse de la alianza que sostiene al bacheletismo, la sigue en su decisión. Fuerza de Mayoría sabe que no tiene todas las de ganar. La chance de una victoria el 17 de diciembre dependerá en gran parte de lo que suceda con los votos de Frente Amplio (FA), la nueva fuerza de izquierda que, bajo el liderazgo de la periodista Beatriz Sánchez, recibió el 20,34% de los sufragios y tendrá un importante protagonismo en un Congreso de impronta juvenil. El FA deberá ratificar si, como dijo durante la campaña, Piñera y Guillier son caras de una misma moneda, o opta por frenar a la derecha. Fuerza de Mayoría seguramente conseguirá el respaldo de otra agrupación cercana que reúne el 6% de los votos. 

Transformaicón y desencanto

Entre el 2000, cuando Eduardo Frei abandonó la presidencia, y 2016, el PIB de Chile se incrementó un 64,6%. La economía, que depende del precio internacional del cobre, la sociedad y la misma Santiago, se han modernizado a paso veloz. Aunque la política no ha seguido este mismo ritmo transformador, buena parte de las estructuras heredadas de la dictadura han sido desterradas. De hecho, en estas elecciones se ha dejado atrás el viejo esquema diseñado por Augusto Pinochet que cerraba paso a las minorías políticas en el Congreso. Se ha mejorado sustancialmente el cupo femenino. Por primera vez, y como consecuencia de las escandalosas revelaciones de financiamiento ilegal de la política, los partidos se han visto obligados a aceptar nuevas reglas para realizar su propaganda. El año cierra con crecimiento del 1,4%, una inflación menor a los tres puntos y un paro del 6,7%. Nada de esto ha logrado sacar de la apatía a la sociedad. La lucha por el derecho al voto galvanizó a los chilenos en 1990. Al comienzo de esa década en la que se recuperó la democracia, votó un 86% de las personas, pero 16 años más tarde lo hicieron un 36%. El próximo presidente será en cierto sentido el fruto de un profundo desencanto. La participación electoral este domingo no superaría el 45%. Bachelet pidió a los ocho millones que se abstuvieron participar del segundo turno para fortalecer la democracia.

Otra vez el país partido

En un país con uno de los mayores índices de desigualdad en el reparto de la renta, donde la mitad de los trabajadores percibe 470 euros al mes, 11,3 millones de personas tienen deudas crediticias y 4,5 millones son morosos, Piñera ha prometido no solo ponerle freno al ideario progresista al que atribuyó el fracaso de llevar a Chile al inexorable “desarrollo”. También ha insistido en aquello que su electores más quieren escuchar: seguridad, consumo y la promesa de enriquecerse como él. “Hoy ha quedado claro que en el progresismo. Por lo tanto, ganaremos en diciembre”, dijo Guillier, ex presidente del colegio de Periodistas y presentador televisivo. El ex mandatario Ricardo Lagos salió a darle su aval. Bachelet, en su primer pronunciamiento, pidió “la unidad de todos los que quieren las transformaciones” y recordó que “es el momento de la generosidad”.  Claramente le habló a los seguidores de Sánchez: “el progresismo ha permitido a Chile avanzar”.Aunque en las elecciones el voto se ha fragmentado, las proporciones ya son conocidas para los chilenos. Si se suman todos los que rechazan a Piñera, se llega a casi el 53%, un número cercano al NO a Pinochet en el plebiscito de 1988 y un poco menos a los sufragios que le permitieron a Lagos vencer a la derecha hace 17 años.

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