La UE y los refugiados: poca voluntad política y criterios muy restrictivos

Silvia Martinez / Bruselas

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Este martes se cumplen dos años desde que los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) cerraron su gran pacto migratorio para reubicar a 160.000 personas desde Grecia e Italia en respuesta a la crisis del 2015. La realidad 24 meses después es que los estados miembros no han conseguido trasladar ni a 30.000 personas. ¿Qué ha fallado? ¿Por qué no hay candidatos suficientes? ¿Es que Grecia o Italia ya no necesitan ayuda?

Basta mirar las cifras de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para darse cuenta de que las necesidades no han desaparecido. En los ocho primeros meses del 2017 han llegado a Grecia 15.300 personas y casi 100.000 a Italia. Son menos que las que llegaron en el 2016 -182.534 a Grecia y 181.126 a Italia- y en el 2015 -885.586 y 154.000 respectivamente-, pero un número suficientemente importante como para mantener desbordados los centros de acogida.

Aunque el compromiso inicial de reubicar a 160.000 personas se ha reducido a 98.255 tras el pacto con Turquía, ¿por qué no hay candidatos suficientes a reubicar? Para empezar porque la tasa de elegibilidad es tan estricta que realmente hay pocas personas que cumplan con el criterio clave para ser elegible, ni en Italia ni en Grecia. Además, los sirios que llegaron a la islas griegas a partir del 20 de marzo del 2016 no tienen derecho a pedir asilo y deben ser devueltos a Turquía, y la falta de voluntad sigue siendo evidente.

Tasa de reconocimiento

El principal escollo ha sido el criterio para determinar quién tiene derecho y quién no. Para ser elegible una persona tiene que venir de un país con una tasa de reconocimiento media en las solicitudes de asilo en la UE en primera instancia de al menos el 75%. Esta exigencia hace que el grueso de las personas no superen el listón. Inicialmente fueron tres –sirios, iraquís y eritreos-, pero la situación se reevalúa cada tres meses en función de los datos de Eurostat y actualmente solo dos nacionalidades cumplen el requisito: sirios (95%) y eritreos (93%).

Acuerdo con Turquía

El pacto con Turquía ha permitido a los Veintiocho impermeabilizar la frontera marítima del Egeo y reducir drásticamente el número de llegadas a través de esta ruta, que ha caído un 97%. El acuerdo estableció además que todos los refugiados llegados a las costas griegas a partir del 20 de marzo del 2016, incluidos los sirios, debían ser devueltos a territorio turco, lo que ha limitado enormemente el número de personas elegibles y al tiempo no ha permitido descongestionar las islas, donde los centros de acogida siguen estando colapsados. Hasta el 31 de agosto las autoridades griegas solo habían devuelto a 1.307 personas en el marco del pacto.

Falta de voluntad política

Ha sido otro los grandes problemas. “Desde el inicio de la crisis hemos asistido a una falta de voluntad de los estados miembros para trabajar juntos y la mayoría han tratado de minimizar el número de personas que aceptan”, se lamenta la secretaria general del Consejo Europeo para los Refugiados (ECRE), Catherine Woollard. Hay algunas excepciones, como Malta, que es el único país de la UE que ha cumplido con su cuota -lo mismo que Noruega y Liechtenstein de forma voluntaria-, Finlandia, que prácticamente ha cumplido con su promesa, Irlanda y Suecia. Pero el grueso de países, como Españahan agachado la cabeza y arrastrado los pies al punto de que hasta el 22 de septiembre solo había acogido a 1.279 de las 9.323 personas prometidas. La obligación legal, insisten las distintas organizaciones consultadas, no desaparece y no hay razones legales para que los gobiernos no sigan reubicando más allá del 26 de septiembre hasta cumplir con su cuota asignada.

“El plan, aunque modesto, fue una buena idea pero ha estado mal dibujado, con unos criterios de elegibilidad que no reflejan la realidad  y, sobre todo, falta de voluntad política”, resume decepcionada Judith Sunderland, directora asociada para Europa de Human Rights Watch. La Comisión Europea se defiende: "Ha sido un éxito –responden sus portavoces–. Ha servido para reubicar a 29.000 personas y hay otras 10.000 que podrían ser reubicadas".