ELECCIONES FEDERALES

La ultraderecha alemana irrumpe en el Bundestag

El éxito electoral de Alternativa para Alemania culmina una trayectoria fulgurante que tuvo la crisis de los refugiados como punto de inflexión

Los candidatos de Alternativa para Alemania (AfD), Alexander Gauland y Alice Weidel, celebran su éxito electoral

Los candidatos de Alternativa para Alemania (AfD), Alexander Gauland y Alice Weidel, celebran su éxito electoral / periodico

Carles Planas Bou / Berlín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"A la derecha de la CSU no puede haber ningún partido democrático legítimo”. Poco caso hicieron este domingo los alemanes a una de las frases más conocidas del histórico líder conservador bávaro Franz Joseph Strauss. Como ya apuntaban las encuestas, el partido ultranacionalista e islamófobo Alternativa para Alemania (AfDha amargado la victoria electoral de la cancillera alemana Angela Merkel y se ha alzado como gran triunfador de estos comicios con un 13,1% de los votos, un resultado que lo sitúa como tercera fuerza del país.

La extrema derecha ha regresado así al Bundestag, el Parlamento alemán, por primera vez desde 1960. Las caras en los cuarteles de AfD en Berlín, donde se ha celebrado el éxito, eran exultantes. “Cazaremos a Merkel. Recuperaremos nuestro país y a nuestro pueblo”, ha asegurado su candidato, Alexander Gauland. Cansados de los acuerdos entre grandes partidos, muchos han votado a los ultras para que sean una “oposición real”.

AfD ha sabido hacerse fuerte a costa de explotar la xenofobia y dar respuesta a las preocupaciones del sector más pobre del país. Así, su apelación a los estados del este, considerados perdedores de la reunificación, ha dado resultado. Sorprendentemente, la formación ultra se ha situado como segunda fuerza en los antiguos ‘land’ comunistas con un 21,5% de los votos, pisándole los talones a la CDU de Merkel, que ahí ha obtenido el 26,5%.

Auge nunca visto

La irrupción de AfD en el Parlamento alemán es la guinda que corona una fulgurante trayectoria política plagada de éxitos electorales. Nacida en el 2013 bajo el auspicio de un grupo de profesores euroescépticos y económicamente ultraliberales, la formación se ha ido amoldando a los sucesos que han golpeado Alemania. Tras la crisis del euro, la llegada de los refugiados fue un punto de inflexión. De la mano del movimiento xenófobo Pegida, AfD viró hacia postulados racistas. Frauke Petry ocupó el liderazgo del partido, consumando el parricidio político de su fundador, Bernd LückeIslam, terrorismo, inmigración e identidad nacional se han convertido desde entonces en pilares de una estrategia que cada vez capta a más gente. La candidata Alice Weidel ha asegurado que AfD impulsará un comité parlamentario para investigar las “rupturas legales” de la cancillera en la gestión de la crisis de los refugiados.

El partido de los profesores navega ahora por el caladero del voto de protesta y capitaliza el descontento con los partidos políticos tradicionales, con el desarrollo de una política económica de la que muchos no ven los beneficios y con la apertura de puertas a los refugiados. También ha dado cabida a simpatizantes neonazis. Actualmente, AfD tiene representación parlamentaria en 14 de los 16 parlamentos regionales, y es la segunda fuerza en los ‘land’ de Sajonia-Anhalt y de Mecklemburgo-Pomerania Occidental con más del 20% de los votos.