EN EUROPA
La ultraderecha saca tajada del atentado en Barcelona
Las formaciones ultranacionalistas y xenófobas aprovechan la masacre para reivindicar su agenda contra el islam y la multiculturalidad
Carles Planas Bou
Periodista
Periodista tecnológico entre el mundo digital y la política internacional. Centrado en capitalismo de plataformas, IA, vigilancia y derechos digitales. Excorresponsal en Berlín durante más de cuatro años, cubrió los gobiernos de Merkel, la crisis de los refugiados y el auge de la extrema derecha. También ha trabajado en Europa Central y en Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con TV3, TVE, Deutsche Welle, Catalunya Ràdio, El Orden Mundial o El Salto.
CARLES PLANAS BOU / BERLÍN
Tan solo un día después del atentado terrorista de la Rambla de Barcelona, una veintena de militantes de la ultraderecha se concentraron en la Rambla al grito de "España cristiana y no musulmana". Sus proclamas racistas no tardaron en quedar ahogadas por una contramanifestación antifascista con cientos de personas pidiendo paz y tolerancia. La ciudad condal silenció por un momento la islamofobia oportunista, pero en el resto del mundo la masacre ya ha sido utilizada como arma ultra contra la comunidad musulmana.
En Alemania, la cancillera Angela Merkel ha acordado con los otros partidos políticos ser implacables contra el terrorismo y no aprovechar la tragedia con fines electorales. Aún así, la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) no ha querido dejar pasar una oportunidad tan jugosa para relanzar su mensaje en un momento en el que pelea por ser la tercera fuerza más votada del país. "El atentado de Barcelona demuestra que hay una política fallida de apertura de fronteras y una política migratoria débil", ha criticado su candidata, Alice Weidel.
De esa manera, el partido islamófobo espera sacar tajada de cara a las elecciones generales del próximo 24 de septiembre. Hasta ahora, AfD ha sido el partido que mejor ha sabido capitalizar el miedo tras los atentados. Si tras el ataque de diciembre en Berlín el ala más radical aseguró que las víctimas eran "los muertos de Merkel", ahora han acusado a la cancillera de defender un Islam contra el que han centrado su campaña electoral. A pesar de ser el foco de las críticas, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que preside Merkel también ha utilizado, en menor grado, el miedo al terrorismo con fines electoralistas.
La Europa reaccionaria, contra el Islam
La Europa reaccionaria, contra el IslamMarine Le Pen, la cara más visible de la ultraderecha europea, no ha tardado en señalar al Islam como culpable del ataque y en pedir la reintroducción de controles más agresivos en las fronteras, agilizar las deportaciones y vincular la llegada de terroristas a "un flujo de inmigrantes sin sentido". Ese foco etnonacionalista en la seguridad y en la criminalización de otras religiones también ha sido adoptado por otras figuras políticas como el presidente húngaro Víktor Orbán o el líder de la ultraderecha austríaca Heinz Christian Strache, quien ha pedido "prohibir el Islam político".
Desde La Haya, el líder xenófobo Geert Wilders, una de las voces más feroces contra el Islam en toda Europa, ha aprovechado para pedir al parlamento holandés que debata sobre el atentado y las medidas antiterroristas en los Países Bajos. "No más Islam. Ya es suficiente", tuiteó pocas horas después del ataque en la ciudad condal. Durante el viernes también utilizó su cuenta personal para subrayar que tres de los cuatro detenidos por la policía catalana son de nacionalidad marroquí. Tras el atentado del pasado diciembre en Berlín, Wilders ya colgó una imagen de la canciller alemana Angela Merkel teñida de sangre para señalar a los refugiados como culpables.
Trump aprovecha
Trump aprovechaAl otro lado del Atlántico, el presidente estadounidense Donald Trump no ha sido menos. Envuelto en otra grave polémica por su falta de condena a las acciones violentas de grupos supremacistas blancos y neonazis, el magnate ha querido volver a centrar la atención en la seguridad y en señalar al terrorismo y al radicalismo islámico como enemigo. "Nuestras fronteras están más fuertes que nunca antes", ha asegurado en su cuenta de Twitter.
Pero una de las imágenes más claras de como la ultraderecha está intentando aprovechar este momento de pánico y shock en el mundo occidental para relanzar su discurso racista se ha visto en Australia. Reunida en el Parlamento, la senadora Pauline Hanso ha aparecido vestida en burka para denunciar esta prenda y pedir la ilegalización sobre cualquier tipo de vestimenta islámica.
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