CRISIS EN VENEZUELA

La oposición desata la guerra contra Maduro con una nueva huelga general

Un manifestante frente a una barricada durante la huelga, en Caracas, el 26 de julio.

Un manifestante frente a una barricada durante la huelga, en Caracas, el 26 de julio. / periodico

Abel Gilbert

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Venezuela vive horas de un desacuerdo tan profundo y peligroso que una nueva “huelga cívica nacional” convocada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para arrinconar a Nicolás Maduro no podía hacer otra cosa que poner en marcha la máquina del encono recíproco entre opositores y chavistas. La MUD volvió a considerar altamente exitosa la nueva protesta, que forma parte de una hoja de ruta con la que se busca hundir la Asamblea Constituyente y forzar una salida electoral o del mismo Maduro. Las autoridades informaron de la muerte de un hombre de 30 años en una manifestación en la localidad de Ejida, en el estado de Mérida.

Las imágenes del este y sudeste de Caracas, donde viven los sectores medios y altos, fueron de nuevo elocuentes: las principales avenidas y carreteras se vaciaron. Los pequeños negocios estuvieron cerrados. Muchas barricadas y carteles contra el Gobierno. Las muestras del malestar social llegaron también a hacerse visibles en el oeste popular de la capital. Ahí es donde se siente con mayor agudeza la escasez y los otros efectos del desmadre económico que las autoridades solo atribuyen a conspiraciones.

La televisión oficial solo habló de la “alegría chavista” en los trabajos. El centro de la ciudad, y en los alrededores de las oficinas públicas, la vida de los venezolanos parecía seguir su ritmo de siempre: parsimonioso, atravesado por la crisis y la lógica del mercado negro. El metro que cruza bajo tierra una ciudad colapsada en sus emociones y sus bolsillos funcionó sin mayores percances, salvo algunas estaciones que fueron cerradas por estar cerca de algunas zonas más calientes, como Chacao y Bello Monte. La oposición denunció la “agresión” de grupos armados chavistas, conocidos como “colectivos”, contra personas que se manifestaban en el espacio público. A la inversa, el Gobierno dijo que los grupos radicalizados de la oposición “secuestran” a los ciudadanos que quieren trabajar.

Toma de Caracas

La “huelga cívica nacional” seguirá hasta el jueves. Pero la ofensiva de la MUD es más ambiciosa. Para el viernes tiene prevista  la “toma de Caracas”.  A pocas horas de las elecciones constituyentes, el chavismo descartó toda posibilidad de suspenderla como moneda de cambio para retomar el diálogo con sus adversarios. La intransigencia de Maduro tiene que ver con la percepción de que el rechazo a su proyecto es apenas un fenómeno epidérmico de “los ricos”.  Las encuestas que hablan de un alto porcentaje de venezolanos en contra de reescribir el texto fundamental del país no son tenidas en cuenta. “Ha quedado claro una vez más que no ha habido huelga”, dijo el ministro de Transporte, Francisco Torrealba. El titular de la cartera de Trabajo, Néstor Ovalles, negó los trabajadores estatales hayan ocupado sus puestos por amenazas o coacción.

“El 30 de julio vamos a decidir entre la paz y la guerra, entre el futuro y el pasado o entre la independencia y la colonia”, dijo Maduro. El chavismo realizó un mitin preelectoral en la ciudad de Guatire, el estado de Miranda, gobernado por el opositor Henrique Capriles, y lo transmitió por televisión para demostrar cuánta adhesión tiene en uno de los bastiones de la MUD. “Freddy Guevara, aquí está tu trancazo. Aquí hay  amor a Venezuela”, dijo la exministra de Exteriores Delcy Rodríguez, la “cancillera eterna”, como la presentaron ante los asistentes. A su lado, la “primera combatiente” y primera dama, Cilia Flores, no dejaba festejar el mensaje que le dio a uno de los dirigentes más duros de la MUD.

Por su parte, el Gobierno de EEUU cumplió con sus amenazas para presionar al régimen de Maduro e impuso este miércoles sanciones económicas contra 13 funcionarios y exfuncionarios venezolanos por abusos de derechos humanos, corrupción y acciones para minar la democracia. Entre los sancionados, que verán congelada cualquier propiedad que puedan tener en EEUU, están el jefe de la Comisión Presidencial para la Constituyente y exvicepresidente de Venezuela, Elías Jaua; la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena; el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol; el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, y el Tesorero de la Nación, Carlos Malpica Flores, entre otros.

Habla Leopoldo López

El opositor Leopoldo López habló por primera vez a los venezolanos desde su casa, donde cumple prisión domiciliaria. A través de un vídeo, calificó la situación de urgente: “Estamos frente a una amenaza muy clara de Maduro”, afirmó, considerando que “hay que frenarlo [al presidente] con acciones de lucha pacífica”.

El matiz no ha pasado inadvertido. López no parece estar de acuerdo con la radicalización de ciertas acciones que promueven círculos próximos a Freddy Guevara, el dirigente que dirigió su partido, Voluntad Popular, mientras estaba en la cárcel. No obstante, López cree que la responsabilidad de un escenario violento es esencialmente responsabilidad del Gobierno.

PRESIÓN DE WASHINGTON

Con el propósito de obligar a Caracas a suspender la votación del domingo, la Casa Blanca, en tanto, decidió congelar los activos que tengan en EE.UU 13 dirigentes importantes del chavismo, entre ellos el ministro del Interior, Néstor Reverol; Elías Jaua, uno de los organizadores de la constituyente, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena y el defensor del pueblo, Tarek William Saab. Es la tercera vez que Donald Trump sanciona a Venezuela. Queda a su vez latente la amenaza de suspender las importaciones de petróleo. Estados Unidos es el primer receptor de crudo venezolano. Una medida de esa naturaleza tendría efectos letales para la ya agrietada economía de este país.