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Macron sufre la mayor caída de un presidente al principio de mandato de las dos últimas décadas

Un 54% de franceses no está satisfecho con la gestión del nuevo mandatario francés

Macron Francia

Macron Francia / periodico

Irene Casado / París

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Setenta días en el Palacio del Elíseo han sido suficientes para que Emmanuel Macron se enfrente al primer batacazo de los sondeos. Según la encuesta realizada por el instituto demoscópico IFOP, publicada en el semanario 'Journal Du Dimanche', sólo el 54% de los franceses está satisfecho con la gestión del recién presidente electo, perdiendo 10 puntos de popularidad en los últimos 30 días de mandato. Un descalabro que se extiende hasta su primer ministro, Édouard Philippe, cuya popularidad cae de un 64% al 56%.

Quien se presentaba como un líder a las antípodas del impopular expresidente François Hollande, se enfrenta ahora a una caída espectacular. Pocos son los predecesores que han conocido tal descalabro tras su llegada al Palacio del Elíseo. Sólo Jacques Chirac, en 1995, vio caer su popularidad 15 puntos en sus primeros tres meses de mandato. En términos comparativos, su más reciente predecesor, François Hollande, contaba con el visto bueno del 56% de los franceses en el mismo periodo; mientras que Nicolas Sarkozy consiguió la aprobación del 66% de los ciudadanos en su primer trimestre como jefe de Estado.

Conflictos laborales

El fin del estado de gracia de Macron parece estar ligado a los principales pilares de su política centrista. La reforma del Código Laboral prevista para finales del verano -que prevé priorizar los acuerdos alcanzados entre los propietarios de las empresas y los empleados en detrimento de los acuerdos sectoriales-, se anuncia difícil para el Ejecutivo, que deberá enfrentarse a las movilizaciones y protestas de los sindicatos previstas para el próximo mes de septiembre.

Pero esta no es la única medida que preocupa a los franceses, “la subida del impuesto destinado a financiar la protección social” es una cuestión que preocupa especialmente a los jubilados, recuerda Jérôme Fourquet, director del departamento de Opinión del IFOP. La dimisión del jefe del Estado Mayor, Pierre de Villiers, tras su contienda con Emmanuel Macron por criticar la reducción del presupuesto para las fuerzas armadas previsto por el Ejecutivo, parece también haber ensombrecido la imagen del nuevo presidente. Para el analista, “el autoritarismo de Macron frente al ya exjefe del Estado Mayor del Ejército”, criticado por todas las facciones políticas y juzgado inapropiado por la prensa francesa, es un motivo más del rápido descontento de los franceses.

Comunicación y poco más

En este contexto, Fourquet asegura que “la entrada de Macron en la atmósfera política ha sido brutal”, su presidencia es considerada, según los sondeos, como una mera estrategia de “comunicación”. En este contexto de desencanto y crítica, el presidente centrista continúa con su agenda diplomática. Tras recibir a Vladimir PutinDonald Trump y Benjamin Natanyahou, Macron se dará cita esta semana con dos estrellas de la escena musical internacional. Bono, líder de la banda U2, atravesará este lunes las puertas del Elíseo, el miércoles será el turno de la cantante estadounidense Rihanna

Lejos de los escenarios, ambas estrellas se reunirán con Macron como representantes y activistas de diferentes oenegés. Según la agencia francesa AFP, el vocalista de U2 y cofundador de la oenegé One, pedirá al presidente galo “apoyar la propuesta” de Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, destinada a establecer “una instancia de financiación internacional para la educación”.

En su turno, Rihanna, fundadora de la ONG Clara Lionel Foundation –quien contactó al presidente galo a través de Twitter- tratará de convencer a Macron para que Francia se comprometa a financiar el Fondo para la Educación que ella misma representa.