Al menos seis muertos

Seis personas muertas, tres israelís y tres palestinos, la mayor escalada de violencia de los últimos años

Palestinian protest against security measures at Al-Aqsa Mosque

Palestinian protest against security measures at Al-Aqsa Mosque / MS jak

ANA ALBA / BARCELONA

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El conflicto israelí-palestino ha subido de decibelios en los últimos días como hacía mucho tiempo. Seis personastres palestinos y tres israelís, perdieron la vida violentamente el viernes en escenarios distintos pero con el trasfondo del histórico enfrentamiento.

Tres civiles israelís fallecieron y otro resutó herido a manos de un palestino de Cisjordania que los apuñaló en el asentamiento de Neve Tsuf, al noroeste de Ramala. El asaltante, según un comunicado militar, se inflitró en una vivienda privada y apuñaló a los ocupantes. Los fallecidos son dos hombres de 40 y 70 años, respectivamente, y una mujer de 40. La herida, de gravedad, es una mujer de 60 años que se encuentra hospitalizada.

Así, el viernes, terminaba con muerte, de la misma manera que empezó. Porque horas antes del ataque en el asentamiento judío, tres palestinos murieron y 400 resultaron heridos en choques con la policía israelí en protesta por las medidas de control impuetas por Israel en la Explanada de las Mezquitas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha deplorado las muertes en los choques con la policía israelí y ha pedido una investigación completa de los incidentes.  A través de un portavoz, ha destacado su preocupación por la violencia en la Ciudad Vieja de Jerusalén y ha urgido a los líderes israelís y palestinos a evitar acciones que puedan empeorar la situación. En ese sentido, ha pedido a todos los líderes, tanto políticos como religiosos, que ayuden a "reducir la tensión". "El secretario general ha reiterado que la santidad de los lugares religiosos debe ser respetada como sitios de reflexión, no de violencia", ha señalado en un breve comunicado su portavoz, Farhan Haq.

"HAMAS BENDICE LA OPERACIÓN"

Mientras tanto, el movimiento islamista Hamás ha celebrado el ataque perpetrado por un palestino en un asentamiento israelí al noroeste de la ciudad de Ramala, en Cisjordania, en el que mató a tres miembros de una familia e hirió a otro. "Hamás bendice y saluda la heroica operación que ha sido una respuesta a las violaciones sionistas y a todos sus crímenes contra nuestra gente en Jerusalén y la Mezquita de Al Aqsa", ha asegurado el portavoz de Hamás en Gaza, Fawzi Barhum.

DETECTORES DE METALES

El ambiente comenzó a caldearse el viernes por la mañana cuando miles de musulmanes se acercaron a las inmediaciones de la Explanada de las Mezquitas, donde se negaron a atravesar los detectores de metales instalados por Israel el pasado día 16, tras el ataque cometido dos días antes por tres árabe-israelís que asesinaron a dos policías y luego fueron abatidos por las fuerzas de seguridad de Israel.

Los palestinos consideran que el refuerzo de las medidas de seguridad (consistentes básicamente en la colocación de arcos detectores de metales) supone un intento de los israelís por apropiarse del lugar, el tercero más sagrado del Islam y el más sagrado para el judaísmo, pues alberga el también denominado Monte del Templo, a cuyos pies se encuentra el Muro de las Lamentaciones.

Los musulmanes se agruparon en señal de protesta en las calles adyacentes a la Explanada de las Mezquitas, tanto dentro como fuera de la ciudadela, donde procedieron a rezar. La tensión se extendió alrededor del recinto, situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén oriental (ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967) y que tanto musulmanes como judíos consideran terreno sagrado. Igualmente, estallaron incidentes en diversos barrios de Jerusalén Este y Cisjordania, donde cientos de palestinos lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad israelíes, que cargaron contra los manifestantes.

Se produjeron forcejeos con las fuerzas de seguridad israelís, que permitían acercarse a la Explanada solo a las mujeres y a los varones mayores de 50 años y negaban la entrada a los más jóvenes. Las calles se llenaron de alfombras de oración y fieles, mayoritariamente hombres, que rezaban y se arrodillaban ante decenas de policías que les cortaban el paso en los puntos de fricción, especialmente en las puertas de Damasco y de los Leones. "Es humillante, nunca lo aceptaremos. Llevamos muchos días llorando por este tema. Nadie ha entrado a rezar dentro, todos estamos fuera para pedir que quiten los detectores", dijo a EFE Fátima, emocionada tras participar en la oración.

REZAR

"¿Por qué tenemos que atravesar los detectores?. Solo venimos a rezar. Queremos acceder libremente a nuestro lugar de rezo", dijo a Efe Ziad, preparado para orar en la calle adyacente a la Explanada. Aseguró que los arcos no son necesarios porque "en todas partes tienen cámaras de seguridad" y denunció que Israel "no está dejando llegar a la gente de (la ciudad cisjordana de) Ramala, ni tampoco del norte del país. Vivo a un kilómetro y tengo que esperar más de una hora para entrar en mi mezquita, es inaceptable".

Por su parte, el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, fue preguntado sobre por qué eran inaceptables los detectores, cuando estos están en muchos lugares sagrados, incluida La Meca, respondió que: "La Meca no está ocupada. Al Aqsa sí está ocupada, es una diferencia sustancial. Los palestinos temen que se quiera aprovechar la situación para cambiar el statu quo".

PALESTINOS FALLECIDOS

En las revueltas fallecieron tres palestinos: Mohamad Sharaf, un joven de 18 años del barro jerosolimitano de Ras Al Amoud, que pereció tras recibir un disparo en el cuello, Mohamad Hasan Abu Ganem, de 19 años, muerto en enfrentamientos en el barrio de A Tur y Mohamad Lafi, de 17 años y herido en el barrio de Abu Dis, en el este del muro de separación que Israel construyó en Cisjordania.

Un vídeo difundido en las redes sociales muestra cómo un grupo de palestinos se lleva a escondidas uno de los cadáveres del Hospital Makased, en el Monte de los Olivos, para enterrarlo de inmediato y evitar que sea confiscado por las autoridades israelís, que en varias ocasiones han tardado meses en entregarlos a las familias.

El servicio de emergencias de la Media Luna Roja confirmó 391 heridos en los disturbios, muchos de ellos por inhalación de gas, pero también decenas por quemaduras y heridas de munición real y de balas recauchutadas.