DIÁLOGO ESTANCADO

Choque total entre Londres y Bruselas al inicio de las negociaciones del 'brexit'

En la ronda de esta semana, el Reino Unido admite que tiene obligaciones financieras con la UE pero se niega de momento a detallarlas y tampoco disipa dudas sobre los derechos de los ciudadanos

negociación del brexit

negociación del brexit / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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“El precio de la grandeza es la responsabilidad”. El negociador jefe de la Unión Europea para el 'brexit', Michel Barnier, ha vuelto a echar mano de Winston Churchill para recordar a Londres que la partida del divorcio solo podrá jugarse si ambos participantes conocen las cartas de la baraja y el Gobierno de Theresa May sigue resistiéndose a mostrar las suyas sobre la factura del 'brexit'. La segunda ronda de conversaciones entre la UE y el Reino Unido ha concluido este jueves en la capital europea con la sensación de que la semana ha sido “constructiva” pero con muy pocos progresos.

“Ha sido la semana de presentación. La tercera tiene que ser la de la clarificación”, ha resumido Barnier al término de una breve rueda de prensa en compañía de su homólogo británico David Davis. Todos los asuntos han estado sobre la mesa: el acuerdo financiero, los derechos de los ciudadanos, la frontera entre Irlanda e Irlanda del norte, el papel del Tribunal de Justicia de la UE. Pero la ronda no ha servido para despejar ni una sola duda. Es más, el choque entre ambas partes ha sido de nuevo evidente.

Aunque el Reino Unido se ha comprometido a asumir sus “obligaciones financieras” más allá de la fecha de salida prevista -29 de marzo de 2019- lo cierto es que la delegación encabezada por Davis no ha puesto sobre la mesa ningún documento ni ha dado ningún detalle sobre qué consideran que tienen que pagar y que no. Se trata de un ejercicio que Barnier considera clave porque solo tras una identificación precisa de los compromisos a saldar podrán empezar a negociar. “Una clarificación de la postura de Reino Unido es indispensable para negociar y lograr progresos suficientes”, ha recordado el francés.

Las cifras filtradas en Bruselas hasta ahora sitúan esa factura entre 60.000 y 100.000 millones de euros y que deberá cubrir desde los compromisos financieros asumidos en el marco del presupuesto 2014-2020 hasta los derechos de pensión de los ciudadanos europeos y los préstamos y avales en los que Reino Unido participa como los concedidos, por ejemplo, a Ucrania. Todo suma y todo tiene que ser cuantificado para que pueda haber una salida ordenada del club en el que Reino Unido entró hace 44 años. “Queremos una salida ordenada del Reino Unido y una salida ordenada exige saldar las cuentas”, ha reiterado Barnier.

Análisis jurídico

La delegación liderada por el francés sí ha hecho los deberes y durante la ronda negociadora de esta semana ha puesto sobre la mesa un análisis jurídico de los elementos que en opinión de la UE deben formar parte de esta negociación, y al que la delegación británica ha respondido con un extenso cuestionario. “Han hecho una larga lista de preguntas y hemos respondido a todas”, asegura un alto cargo europeo implicado en la negociación.

Más allá de la incertidumbre en la que sigue sumida la UE en materia financiera, la segunda ronda tampoco ha aclarado demasiado el resto de elementos de la negociación. El único asunto en el que Reino Unido ha detallado hasta ahora su postura es el de los derechos de los ciudadanos una vez se consume el 'brexit' pero persisten las discrepancias sobre cuestiones como los derechos de las familias o la exportación de determinados beneficios sociales. La ronda se ha saldado también sin pistas sobre cómo piensa Londres garantizar una frontera blanda entre Irlanda e Irlanda del norte y proteger los acuerdos de viernes santo. 

Frente a la cautela de Barnier ante los escasos avances, Davis se ha mostrado mucho más optimista. “Hemos conducido esto de forma constructiva. Nadie espera un mal acuerdo. Michel y yo apostamos por un buen acuerdo”, se ha despedido. Los negociadores volverán a reunirse la última semana de agosto. 

Discrepancias sobre los tribunales de justicia

Los partes están lejos de alcanzar un acuerdo sobre el papel del Tribunal de Justicia de la UE. Los 27 consideran que la corte europea debe seguir siendo la garante de los derechos una vez se consume el divorcio mientras que el Gobierno de Theresa May exige que sea la justicia británica. “Toda referencia al derecho europeo implica el control del Tribunal de Justicia de la UE. El TJUE y su jurisdicción deben mantenerse”, ha recordado Michel Barnier, el negociador jefe de la UE.