PREVENCIÓN ANTITERRORISTA

Antenas humanas para descubrir a yihadistas escondidos en Catalunya

Los Mossos se llevan a uno de los detenidos en Roda de Ter.

Los Mossos se llevan a uno de los detenidos en Roda de Ter. / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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¿En qué instante Khalid Masood -el yihadista del atentado de Londres- tomó la decisión de matar? Por quimérica que resulte la pretensión de averiguar algo así, es precisamente lo que intentan hacer los servicios de inteligencia: detectar personas radicalizadas antes de que lleven a cabo sus ataques.

Los Mossos d’Esquadra han desplegado en un año cuatro PRODERAI distintos. Detrás de este acrónimo se esconden cursos de formación para policías, vigilantes de seguridad, maestros y funcionarios de prisiones. El objetivo es dar instrucciones para que estos profesionales sepan identificar "indicadores" de radicalización en la calle, en las escuelas o dentro de los centros penitenciarios, explican fuentes de la Comisaría de Información de los Mossos d'Esquadra

MENOS MEZQUITAS SALAFISTAS

Las mezquitas salafistas son un foco de interés de los servicios de Información porque son un caladero en el que potencialmente pueden encontrar a yihadistas. El salafismo "comparte con los yihadistas un corpus teórico", reconocen fuentes policiales. Pero vincular 'yihad' y salafismo "es un error" grave, zanjan. El mismo que relacionar a todos los seguidores de un equipo de fútbol con sus facciones violentas. Un yihadista es un salafista que lleva a la esfera política sus ideas y está dispuesto "a defenderlas con armas". 

En los últimos tiempos, la presencia de mezquitas salafistas en Catalunya ha ido descendiendo levemente. Pero para encontrar a todas las personas radicalizadas no basta -ni de lejos- con 'controlar' de cerca mezquitas oratorios. Tampoco sirve "estigmatizar" barrios de mayoría musulmana, porque es una comunidad que lleva años demostrando que busca una "convivencia pacífica". En Catalunya "no hay guetos" como Molenbeek (Bélgica), aclaran los Mossos. 

EDUCAR LA MIRADA

Se han formado más de 11.000 policías, más de 1.500 funcionarios y a casi todos los responsables de colegios para que, en una segunda fase, trasladen estos consejos a los maestros de sus respectivos centros. Educar los ojos de estos funcionarios para que perciban "cambios" en conductas de personas con las que trabajan y que podrían haber caído en manos de la maquinaria de propaganda del Estado Islámico.

"Interesan los cambios porque alguien que lleve diez años predicando las mismas ideas posiblemente sea menos peligroso que alguien que acaba de comenzar a tenerlas. O, por el contrario, si el que lleva diez años defendiendo tesis cercanas al discurso de los yihadistas deja de hacerlo de golpe tal vez esté recurriendo a la ‘takiyya’ para ocultar que pretende dar un paso más", subrayan los Mossos.

EL PLAN FUNCIONA

El conseller d’Interior, Jordi Jané, relacionó la activación de estos PRODERAI con la detección de los arrestados en Roda de Ter. Los Mossos recibieron avisos de un vigilante de seguridad y de la policía local sobre estos dos individuos que estaban intentando convencer a dos mujeres en Osona para que atentaran en Catalunya.

La colaboración ciudadana también está funcionando. Durante el 2016 se recibieron 2.241 avisos de catalanes que vieron algo -o a alguien- sospechoso. Fueron correos a 'mossos.terrorisme@gencat.cat' y llamadas al 93 728 52 20. En 513 casos se trató de un "paquete" abandonado casi siempre en una estación de transporte. El resto fueron "avistamientos" de personas que, por su conducta, podrían haberse radicalizado.

Desde la comisaría de Información se analizan cada uno de estos avisos y se descartan los que no se consideran de interés. La pesadilla más frecuente entre los agentes de esta unidad es menospreciar una alerta que sí suponga una amenaza. "Nadie se va tranquilo a casa si no ha investigado hasta el final una sospecha antes de descartarla", aseguran fuentes de Información