LA NUEVA ADMINISTRACIÓN DE EEUU

Dimite el asesor de seguridad nacional de Trump

Michael Flynn deja el cargo tras agravarse el escándalo de sus contactos con la embajada rusa en Washington

Michael Flynn, antes de la rueda de prensa de Trump y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el lunes.

Michael Flynn, antes de la rueda de prensa de Trump y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el lunes. / CB

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Cuando no se ha cumplido si quiera un mes desde que llegó a la Casa BlancaDonald Trump se ha quedado ya sin su asesor de seguridad nacional, uno de los cargos más importantes del organigrama de gobierno. Michael Flynn ha presentado esta madrugada su dimisión tras conocerse que engañó a los altos cargos de la Administración respecto a las conversaciones que mantuvo con el embajador ruso en Washington antes de que el nuevo presidente tomara posesión, unas conversaciones en las que discutió las sanciones que pesan sobre Moscú. El escándalo llevaba días sacudiendo los cimientos de la Casa Blanca, convertida en un nido de intrigas y en un coladero imparable de filtraciones.

General retirado y exdirector de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, Flynn fue una de las primeras figuras prominentes en subirse al barco de Trump durante la campaña y su visión del mundo ha sido crucial para reorientar la política exterior de Estados Unidos. "Desafortunadamente, debido al ritmo de los acontecimientos, di una información incompleta al vicepresidente electo y a otros respecto a mis llamadas telefónicas con el embajador ruso", ha escrito Flynn en su carta de dimisión hecha pública por la Casa Blanca. "He pedido disculpas sinceras al presidente y el vicepresidente y ellos las han aceptado".

RELACIÓN CON RUSIA

Las sospechas sobre su estrecha relación con Rusia llevaban tiempo acechando a Flynn, que fue investigado por el FBI después de que las agencias de inteligencia acusaran formalmente al Kremlin de haber interferido en las pasadas elecciones para beneficiar a la candidatura de Trump y socavar la democracia estadounidense. Pero en varias entrevistas, el ya exasesor de seguridad nacional negó que hubiera discutido las sanciones impuestas por la Administración de Obama en las llamadas telefónicas que mantuvo en diciembre con el embajador Sergey Kislyak. Esa es la misma posición que transmitió al vicepresidente, Mike Pence, y a otros miembros de la Administración, que más tarde se dedicaron a defender al general en las cadenas de televisión.  

Lo que no sabía Flynn es que el espionaje de su país había grabado esas conversaciones y que la prensa acabaría enterándose de su verdadera naturaleza de estas. Según publicó ayer 'The Washington Post', el fiscal general interino llegó a informar a finales del mes pasado a la Casa Blanca de que Flynn no les había dicho toda la verdad sobre sus contactos con el embajador y les advirtió de que, al no hacerlo, se había expuesto al chantaje ruso. Y es que al menos, en principio, la embajada lo tendría muy fácil para amenazar a Flynn con revelar el contenido de las conversaciones a menos que obtuviera alguna contrapartida. 

Al enterarse de que el general le había engañado, Mike Pence enfureció y se sintió humillado al haberlo defendido en televisión, según han publicado los medios estadounidenses. Aparentemente, Flynn no le pidió inmediatamente disculpas, lo que solo sirvió para agravar las tensiones en la Casa Blanca. "El presidente está evaluando la situación!, dijo el lunes el portavoz, Sean Spicer. Apenas unas horas antes, la consejera de Trump, Kellyane Conway, había dicho que Flynn "tiene toda la confianza del presidente".

Tras la dimisión de Flynn, ha ocupado de forma interina su cargo el general retirado, Joseph Keith Kellogg, un veterano de Vietnam. En los próximos días se le buscará sustituto. Uno de los nombres que suena como posibles es también general jubilado David Petraeus, quien fuera director de la CIA hasta que tuvo que dimitir por entregar material clasificado a una periodista que era a la vez su amante.