Bélgica trabaja con la hipótesis de al menos cinco terroristas implicados en el atentado de Bruselas

Un sospechoso es conducido por la policía en el barrio de Molenbeek (Bruselas), ayer.

Un sospechoso es conducido por la policía en el barrio de Molenbeek (Bruselas), ayer.

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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Aunque todavía quedan muchas piezas del puzzle por encajar, los investigadores belgas empiezan a deshacer la madeja entorno a los atentados del pasado martes en Bruselas. De momento ya se ha identificado a tres de los kamikazes que dejaron un reguero de cadáveres y heridos en el aeropuerto de Zaventem y la estación de metro Maelbeek –el belga Najim Laachraoui no de forma oficial- y según las informaciones publicadas hoy por los medios de comunicación belgas se busca a un segundo individuo aún sin identificar.

El primero de ellos es el hombre con gorro y chaqueta blanca registrado por las cámaras de vigilancia del aeropuerto, que acompañada a los dos suicidas que hicieron explotar las bombas que llevaban en sus maletas. Además, la policía cree ahora que habría un segundo individuo junto a Khalid El Bakraoui, el joven de 27 años que supuestamente hizo explotar el artefacto que estalló en el metro de la capital belga dejando, según la única estimación oficial dada hasta ahora por el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, una veintena de muertos.

Según los medios belgas, que citan otra grabación de las cámaras de seguridad, junto a Khalid estaría una segunda persona que llevaría una gran bolsa. Su identidad, lo mismo que la del joven con gorro del aeropuerto, sigue siendo una incógnita. También se desconoce si falleció el martes durante el mayor ataque terrorista contra Bélgica o se dio a la fuga. Lo que sí ha confirmado este jueves la Fiscalía federal de Bélgica es que sobre el kamikaze del metro, Khalid El Bakraoui, ya pesaba desde el 11 de diciembre de 2015 una orden de búsqueda y captura por los atentados de Paris emitida por el juez de instrucción encargado de la parte belga de la investigación. El pequeño de los El Bakraoui era el sospechoso de alquilar una vivienda en la calle du Fort de Charleroi, bajo la identidad falsa de Ibrahim Maaroufi, que sirvió de guarida a los terroristas de París y registrada el pasado 9 de diciembre.

AUDICIÓN A ABDESLAM

Las medidas de seguridad mientras tanto siguen reforzadas, con largas colas en las estaciones de tren, autobuses abarrotados por las limitaciones de la línea de metro y policías registrando bolsos y bolsas en la entrada de edificios públicos. También se han extremado en el Palacio de Justicia de Bruselas. Allí se esperaba esta mañana la comparecencia de Salah Abdeslam, el enemigo público número uno desde los atentados de París y que permanecía huído. Salah fue apresado el pasado viernes en el barrio de Molenbeek, en casa de unos amigos de la infancia donde se escondía de la policía que le seguía la pista a raíz del registro efectuado hace una semana en un apartamento del barrio de Forest donde murió un supuesto terrorista y se encontraron sus huellas dactilares. Según ha informado la Fiscalía federal, la audición prevista con el joven de Molenbeek así como con otros dos sospechosos –Abid A y Monir Alhaj Ahmed alias Amine Choukri, alias Soufien Ayari- se ha retrasado al 7 de abril.

La policía cree ahora que su detención puso al resto de la célula yihadista, vinculada también con los atentados de París, bajo máxima presión y les llevó a dar el golpe en el país que les vio nacer hace menos de una treintena de años. Lo hicieron desde un apartamento de Schaerbeek como base, situado en el número 4 de la calle Max Roos desde donde partieron hacia el aeropuerto al menos tres de ellos según informó un taxista a la policía.

VECINOS "EXTRAÑOS"

La presencia de personas sospechosas en ese apartamento, sin embargo, era conocida por los agentes de barrio, según confirmaba este jueves el alcalde de Schaerbeek, Bernard Clerfayt. Según explicó en una entrevista radiofónica, una persona ya habría denunciado la presencia de vecinos “un poco extraños” en una vivienda vendida hace poco y ocupada desde hace tres semanas por personas que estarían de paso.

Otro dato igual de inquietante publicado hoy por el diario 'La Derniere Heure' apunta a que los hermanos Bakraoui tenían en el punto de mira un posible ataque a una central nuclear y que son estos dos supuestos kamikazes quienes mantuvieron bajo vigilancia al director del centro de investigación nuclear belga, Eric Van Walle. Fue hace unos meses cuando en un registro encontraron una grabación de una casa que los investigadores consiguieron determinar como la vivienda de Van Walle. Una pista que cobra fuerza, según la cadena RTBF, ya que en el testamente dejado por Ibrahim El Bakraoui –y que la policía encontró en un ordenador tirado en una papelera de la calle de Schaerbeek donde hicieron un registro el martes- aparecería mencionado Mohamed Bakkali que habría sido el responsable de espiar al responsable del centro nuclear.