Esto es lo que se sabe de los 126 días de fuga del hombre más buscado de Europa

Todo indica que Abdeslam, de quien se pensó que podía haber llegado a Siria, ha estado siempre escondido en Bruselas

Fotos de la huida de Abdeslam

Fotos de la huida de Abdeslam / periodico

ANTONIO BAQUERO

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Durante 126 días, Salah Abdeslam ha sido el hombre más buscado de Europa. Casi cuatro meses de fuga que comenzaran la noche misma del 13 de noviembre. Dos días antes de los atentados, Abdeslam se desplazaba desde Bélgica Francia a cometer en un Renault Clio que él mismo había alquilado.

Los investigadores sospechan que fue él quien llevó al Stade de France a los terroristas que ahí se hicieron estallar. No obstante, Abdeslam decidió, por motivos que aún se desconocen, saltarse el guión que para él se había previsto. En teoría, igual que el resto de miembros del comando que ensangrentó la noche parisina, este joven de 26 años debía hacerse estallar tras haber asesinado al máximo numero de inocentes posible. Pero no lo hizo. En lugar de eso, a las 22.00 horas, en pleno caos, compró una tarjeta SIM y telefoneó a unos conocidos que residían en Molenbeek, el mismo barrio de Bruselas en que este viernes fue arrestado, para que fueran a buscarle en coche a París.

Abandona el coche y cruza, con el cinturón de explosivos puesto, se sube al metro y cruza toda la ciudad en la línea 4. En Montrouge, abandona el cintúrón de explosivos con el que, en teoría, debería haberse hecho estallar. Cerca de ahí le pasan a buscar sus cómplices. 

Se subió al de sus 'salvadores' y emprendió el camino de regreso a Bélgica. Con el país en estado de alerta, el coche fue obligado a pararse en al menos dos ocasiones por la gendarmería francesa. No obstante, a aquella hora, aún no había ninguna alerta sobre su persona. Así que los agentes les dejaron pasar. Horas después, los tres 'viajeros' se paran tranquilamente en un área de servicio a desayunar, donde una cámara de seguridad graba su llegada.

Sus cómplices le dejan en el distrito de Schaerbeek. Ahí, en un apartamento situado en el tercer piso del número 86 de la calle Henri Bergé, pasa 20 días escondido. Hasta el 4 de diciembre, según el diario 'La libre Belgique'. Cinco días después, la policía belga entra en el piso, donde descubren varios cinturones con un habitáculo cosido que se supone que era para llevar explosivo.

Desde entonces se perdió su pista. Durante todo este tiempo, al terrorista que aparecía en un vídeo intentando ejecutar a bocajarro a una mujer inocente en una cafetería -no lo logró porque el kalashnikov se le encasquilló- parecía habérselo tragado la tierra. Incluso se especuló con la posibilidad de que hubiera logrado viajar a Siria, a la zona controlada por el Estado Islámico, donde se gestó el ataque y de donde salieron varios de los terroristas que lo ejecutaron.

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No obstante, el hecho de que no apareciera en ningún vídeo propagandístico haciendo saber que estaba a salvo de las autoridades europeas reforzó la idea de que Abdeslam seguía en Europa. En Bruselas. De donde nunca se había ido.