Kim Jong-un sostiene que Corea del Norte ha logrado miniaturizar una bomba nuclear

Esa reducción de tamaño es fundamental para poder colocar esa ojiva en un misil de larga distancia

Kim Jong un con la bomba nuclear

Kim Jong un con la bomba nuclear / periodico

ADRIÁN FONCILLAS

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Corea del Norte dispone de una ojiva nuclear miniaturizada para calzar en un misil de larga distancia y destruir cualquier punto del planeta. No lo ha asegurado esta vez la prensa nacional sino el dictador Kim Jong-un. Los alardes armamentistas norcoreanos exigen un acto de fe notable. Sólo parecen convencer a Estados Unidos, necesitado de exagerar la amenaza para justificar su presencia en una zona en la que se discute la supremacía global con China. Los expertos suelen fruncir el ceño ante el poder destructor del arsenal de Pyongyang. Kim Jong-un, quizá consciente del escepticismo reinante, se ha hecho fotografiar junto a la presunta ojiva nuclear. Consiste en una esfera plateada con aspecto de adorno discotequero.

La miniaturización de la bomba nuclear supone un paso decisivo en la carrera armamentista que la comunidad internacional no ve factible por el momento. “Algunos opinan que habría podido reducirla hasta media o una tonelada, eso parece factible para mí. Pero el reto consiste en seguir reduciéndola a partir de ahí”, señalaba a este diario recientemente David Wright, experto nuclear y codirector de la Unión de Científicos Concienciados. El tamaño de la esfera mostrada sugiere un peso mucho menor.

“Las cabezas nucleares han sido preparadas para ser colocadas en misiles balísticos tras ser miniaturizadas”, ha asegurado Kim durante una visita a los talleres. “Eso sí que puede llamarse una verdadera arma nuclear disuasoria”, ha añadido.

SEGUIR FABRICANDO ARMAS NUCLEARES

La agencia de noticias oficial KCNA informa de que Kim ha subrayado la necesidad de seguir fabricando armas nucleares miniaturizadas más poderosas y precisas. El dictador también ha inspeccionado las bombas termonucleares como la que Corea del Norte dijo haber detonado en enero. Tampoco escasean las dudas sobre ese logro. Las bombas de hidrógeno son mucho más potentes que las de uranio y plutonio, pero las mediciones internacionales arrojaron lecturas sospechosamente bajas.

“Una vez más sólo tenemos las declaraciones norcoreanas, sin ninguna prueba o indicio que las sustenten”, aseguraba a este diario después del ensayo Markus Schiller, ingeniero aeroespacial y estudioso del programa nuclear norcoreano. “La lista de avances sin pruebas es muy larga”, añadía. Los expertos opinan que Pyongyang utilizó una técnica conocida como “boosting” que consiste en añadir una pequeña cantidad de isótopos de hidrógeno en el núcleo de plutonio para aumentar la fuerza de la explosión.

La puesta en escaparate de su presunta ojiva miniaturizada busca apuntalar el caudal de amenazas recientes. “Si apretamos los botones para aniquilar a nuestros enemigos, todos los provocadores serán reducidos a a mares de llamas y cenizas en un instante”, había advertido esta semana. La acumulación de provocaciones, inusual incluso para los parámetros norcoreanos, responde a un contexto delicado en la península.

Corea del Sur y Estados Unidos han empezado esta semana las mayores maniobras militares desde 1976. Washington aporta 17.000 tropas, el doble que el pasado año, además de submarinos y portaaviones nucleares. Seúl ha concretado que uno de los objetivos es ensayar ataques de precisión contra la élite política.

CRÍTICAS DE RUSIA Y CHINA

La espiral descontrolada ha superado incluso a los más comprensivos con Pyongyang. Rusia ha sugerido que la senda escogida por Corea del Norte podría acabar en una actuación militar global.

“Pyongyang debería ser consciente de que se coloca en una oposición frontal a la comunidad internacional y creará un supuesto en que la ley internacional justifica el uso de la fuerza militar en cumplimiento del derecho de un país a defenderse”, ha asegurado en un comunicado el Ministerio de Exteriores ruso.

Moscú suele aguar la beligerancia de las potencias occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU y tiene varios proyectos económicos con Pyongyang. Rusia también ha criticado las maniobras militares “sin precedentes” de Corea del Sur y Estados Unidos y se ha esforzado en comprender los nervios de Pyongyang. “Naturalmente, como un estado que es directamente señalado como el objetivo de estas maniobras, Corea del Norte no puede más que sentirse razonablemente preocupado por su seguridad”.

También China, algo parecido a un aliado, ha acentuado su presión al prohibir el acceso en sus aguas a uno de los 31 barcos incluidos en la lista negra del Consejo de Seguridad de la ONU.