CRUCE DE REPROCHES

Trump y el Vaticano suavizan su enfrentamiento

Trump reacciona tras los resultados en las primarias de Nuevo Hampshire, el 9 de febrero.

Trump reacciona tras los resultados en las primarias de Nuevo Hampshire, el 9 de febrero. / periodico

IDOYA NOAIN

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Las aguas se han calmado pronto y, como en una misa, Donald Trump y el papa Francisco se han mostrado decididos a darse la paz. Un día después de que la tensión se disparara por unas declaraciones del Pontífice asegurando que “una persona que solo piensa en levantar muros y no en construir puentes no es cristiano”, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha aclarado este viernes en una entrevista con Radio Vaticana que esas palabras “no querían ser de ningún modo un ataque personal” al candidato republicano, que ha propuesto levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, “ni una indicación de voto” en el reñido proceso electoral estadounidense.

Trump, que inicialmente respondió a las declaraciones del Papa con un comunicado en el que calificó de “desgracia” que un líder religioso cuestionara su fe, tampoco tardó en matizar sus críticas. “El Papa es un tipo fabuloso”, dijo el empresario el mismo jueves por la noche en un encuentro con votantes organizado por la CNN. “Creo que dijo algo mucho más suave de lo que inicialmente difundieron los medios (…) que se le malinterpretó mucho y que fue mal informado”. “Tiene mucha personalidad, es un tipo diferente, y creo que está haciendo un muy buen trabajo”, declaró en otro momento. “(Tiene) Mucha energía”.

PASIONES Y REACCIONES

El enfrentamiento dialéctico entre ambos fue breve pero intenso y Trump, que es presbiteriano, abrió su comunicado diciendo: “Si el Vaticano fuera atacado por el Estado Islámico o cuando lo sea (…) puedo prometer que el Papa habría deseado y rezado para que Donald Trump fuera presidente, porque eso no habría pasado, el EI habría sido erradicado”.

Era la última muestra de las pasiones que desatan las propuestas ultra del favorito republicano, que ya ha provocado antes reacciones críticas de líderes políticos mundiales. Cuando planteó, por ejemplo, vetar la entrada a todos los musulmanes en EEUU, el primer ministro británico David Cameron calificó la idea de “estúpida”. El primer ministro francés, Manuel Valls, le ha acusado de “alimentar el odio” y el príncipe saudí Alwaleed bin Talal ha llegado a definirlo en Twitter como “una desgracia para EEUU”.

Nada ha cambiado el mensaje ni el tono de Trump. De hecho, la atención mundial reafirma su capacidad para acaparar la atención y dominar la conversación mediática y el jueves con su enfrentamiento con el Papa logró restar atención al apoyo público de la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, a uno de sus principales rivales en la carrera, Marco Rubio.

Inicialmente, además, podría pensarse que el pulso con el Papa podría afectar a Trump con el sector más religioso entre los votantes que este sábado van a las urnas en las primarias republicanas en Carolina del Sur, pero ese probablemente es un planteamiento equivocado. En el 2012, el 65% de esos votantes republicanos de primarias en el estado sureño fueron evangélicos, un grupo cristiano tendente al ultraconservadurismo social que no comulga con algunas de las posturas más progresistas adoptadas por el Papa, por ejemplo respecto a la homosexualidad.

También hace cuatro años, solo un 13% de esos votantes de las primarias republicanas fueron católicos, el grupo religioso que tiene menos confianza en una presidencia del magnate inmobiliario. Según un sondeo reciente del centro Pew, el 53% de los católicos piensan que Trump sería un presidente terrible (39%) o mediocre (14%), mientras que solo un 20% piensa que lo haría bien y un mero 10% cree que su presidencia sería fabulosa.