ÚLTIMA JORNADA DEL VIAJE A MÉXICO

El papa denuncia la "explotación laboral" y visita una cárcel en la castigada Ciudad Juárez

Francisco clama ante empresarios y trabajadores mexicanos contra "los esclavistas de nuestros días"

El Papa visita un centro penitenciario en Ciudad Juárez, este miércoles.

El Papa visita un centro penitenciario en Ciudad Juárez, este miércoles. / AFP / GABRIEL BOUYS

IRENE SAVIO

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Ciudad Juárez es una urbe extensa y baja, una ciudad poblada edificaciones polvorientas y sin acabar, como aplastada por un pasado criminal que sigue provocando controversia. Un testimonio de ello son las cruces rosas sobre fondo negro (en memoria de las muertas vivas de Juárez, las centenares de mujeres que desaparecieron por estos pagos) que el Gobierno cubrió en los días previos a la llegada del papa Francisco, para que luego las pintadas volviesen a aparecer. 

Para terminar su gira mexicana, Francisco no sólo fue hasta esta ciudad fronteriza de 1,3 millones de habitantes, fuertemente golpeada por el crimen organizado y que hoy lucha para volver a levantarse. También el Papa argentino eligió como primera parada una cárcel, el Cereso n. 3, habitada por 3.000 reclusos, algunos de los cuales lo esperaron bajo un feroz sol y lloraron al verlo.

“La mayoría tenemos la esperanza de la redención y en algunos casos la voluntad de conseguirla”, le dijeron los detenidos al papa Francisco. “En nuestro país, hay alrededor de 400 cárceles, cerca de 250.000 internos, incluidas más de 8.000 mujeres; consecuencia dramática del gran negocio de la violencia”, añadió el capellán Andrés Vargas Peña, hablando en esta prisión antaño símbolo del poder de los narcos.

RESERVAS SOBRE LAS PRISIONES

Hablando con voz pausada, Francisco empezó su discurso lanzando su último órdago: sus reservas sobre las prisiones. “El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando”, denunció. Es necesario resolver “las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social”, precisó. El papa pidió una verdadera reinserción de los presos y, bajo estas coordenadas, instó a los detenidos a dar su contribución. “Luchen desde acá dentro para revertir las situaciones que causan mayor sufrimiento. Quien ha sufrido el dolor al máximo, y ha experimentado el infierno, puede convertirse en un profeta”, afirmó.

En el último día de su viaje, los actos de Francisco en el estado de Chihuahua fueron también un repaso de todas las denuncias hechas durante la visita a México, ante todo la situación de los migrantes y las perversiones del capitalismo salvaje. Por eso, ante 3.000 empresarios y trabajadores en el Colegio de Bachilleres, pidió “humanizar” el futuro, despojándolo de “explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral”. Y también lanzó otra seca advertencia: “Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días”. "La pobreza es el caldo de cultivo del narcotráfico", subrayó.

El gran final, muy escenográfico, fue, en cambio, en el área de la feria de Ciudad Juárez, a pocos metros de la frontera con la ciudad estadounidense de El Paso, donde el 80% de sus habitantes son de origen latinoamericano. Allí, en un lugar donde han muerto miles en busca de una mejor vida, el Papa celebró una multitudinaria misa, alzando la voz contra los cárteles de la droga, que convierten en “carne de cañón” a miles de migrantes y “han arrebatado injustamente la vida” a las tantas mujeres asesinadas en la zona.

AÑORANZA

El efecto visual fue impresionante. De un lado, el mexicano, había centenares de rostros mulatos, muchos con ropas sucias de trabajo y aspecto cabizbajo. Del otro, separados por una valla y el río Bravo, se hallaban otros tantos, con ojos que delataban añoranza por sus orígenes. En el fondo, la montaña Franklin, en el extremo oeste de Texas, Estados Unidos.

El clima lo completaba el humor de los juarenses, muy esperanzados de que la visita del Papa abra una nueva etapa de paz, cuando en la ciudad desde hace tres años se dispara menos. No obstante, el túnel en el cual Ciudad Juárez fue engullida todavía parece estar lejos de haberse terminado. Tanto que, en el 2015, Chihuahua fue el tercer estado con más homicidios dolosos (1.151), detrás de Guerrero y el estado de México.