LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Clinton corteja al voto negro denunciando el "racismo sistémico" en EEUU

La exsecretaria de Estado afila su retórica pensando en las primarias de Carolina del Sur

Hillary Clinton saluda al representante demócrata por Nueva York Charles Rangel, ante el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio (izquierda) y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.

Hillary Clinton saluda al representante demócrata por Nueva York Charles Rangel, ante el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio (izquierda) y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. / js jak cda

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Con la vista puesta en Carolina del Sur, el estado al que se trasladará la batalla demócrata después del caucus del próximo sábado en Nevada, los dos aspirantes a la nominación siguen afilando su retórica para ganarse al voto negroHillary Clinton acudió el martes al Harlem neoyorkino, donde su marido instaló temporalmente sus oficinas tras abandonar la Casa Blanca, para hablar de la "injusticia racial" que impregna la vida estadounidense y tratar de recuperar el favor de un electorado que le dio la espalda hace ocho años para apostar por Barack Obama. Clinton propuso un plan multimillonario para romper esa suerte de determinismo que lleva a cientos de miles de jóvenes negros a la cárcel tras fracasar en la escuela y aprovechó la ocasión para lanzar varios ataques indirectos a Bernie Sanders.

Los constantes abusos policiales grabados con las cámaras de los teléfonos móviles y la irrupción en la vida pública del movimiento de protesta Black Live Matters han convertido la cuestión racial en uno de los temas insoslayables de esta campaña en el bando demócrata. Como se vio en los disturbios de Baltimore del año pasado, hay tensión en las calles y urgencia de soluciones, lo que ha provocado que un tema tan delicado se esté abordando con una crudeza que, según algunos observadores, no se escuchaba desde que el reverendo Jesse Jackson compitió por la presidencia en 1988. "Tenemos que empezar a enfrentarnos a la realidad de un racismo sistémico", dijo ayer Clinton en el Centro Schomburg para la Investigación de la Cultura Negra.

"Para muchos americanos es tentador pensar que el odio es en gran medida cosa del pasado. Pero la raza sigue jugando un papel significativo a la hora de determinar quién progresa y quién se queda atrás en este país". Clinton tiró de estadísticas para ilustrar la situación. Habló del 35% de niños negros que viven bajo el umbral de pobreza, del 55% de paro juvenil o de las dificultades de los afroamericanos para obtener una hipoteca. "Imaginen si los niños blancos tuvieran un 500% más de probabilidades de morir de asma que los negros. Imaginen si un bebé blanco de Carolina del Sur tuviera el doble de probabilidades de morir antes de su primer cumpleaños que un bebé afroamericano. Estas inequidades no solo son malas sino que son inmorales".

Hasta la fecha Clinton ha obtenido bastantes más respaldos de la élite negra que Sanders. Y la platea estaba ayer llena de figuras destacadas de la comunidad, como el el reverendo Al Sharpton, el exfiscal general del Estado Eric Holder o el congresista Charles Rangel. En una de las múltiples referencias a su rival, la exsecretaria de Estado sugirió que para acabar con la discriminación racial hace falta algo más que romper a los grandes bancos de Wall Street y abordar el problema como si fuera una ramificación más de la desigualdad económica. "Estos no son solo problemas de desigualdad económica", dijo refiriéndose a la complicada relación con la policía o a la violencia armada que desangra numerosos barrios negros del país. "Son problemas de inequidad racial, y debemos decirlo alto y claro". Pese a la claridad de su discurso, sus palabras recibieron en gran medida aplausos tímidos.

PENSANDO EN NEVADA

En la campaña de la exsecretaria de Estado hay nervios después de haber empatado en Iowa con Sanders y haber perdido estrepitosamente en New Hampshire. Pero la ansiedad se centra especialmente en Nevada, donde la contienda parece estar muy igualada pese a la diferencia abismal que existía hace solo unos meses. Eso ha hecho que sus asesores estén tratando de rebajar las expectativas para amortiguar el golpe en caso de que pierda. "El pánico es palpable", escribía ayer 'The Washington Post'.

Carolina del Sur es otra historia. Hace ocho años, los negros representaron más de la mitad de los votantes en las primarias demócratas y, según las últimas encuestas, el 65% se inclina ahora por Hillary. Parte de la explicación se debe al recuerdo que la presidencia de su marido, Bill Clinton, una época de exuberancia económica que impulsó el bienestar de los afroamericanos. Otras tienen tendrían que ver con el hecho de que Sanders suena posiblemente demasiado izquierdista para un estado sureño y sigue siendo en gran medida un desconocido entre los negros. El senador por Vermont va 18 puntos por detrás en los sondeos, pero no tira la toalla por que llegó a estar a más de 50.

Ayer hizo campaña en la Universidad de Carolina del Sur, en Columbia. Falta ver si esta vez le dará tiempo para remontar. ¿La respuesta? El próximo 27 de febrero.