El Papa Francisco clama en México contra la corrupción y el narcotráfico

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, recibe al Pontífice en la primera visita de un Papa al país

El Papa Francisco, a su llegada al aeropuerto internacional de México recibido por el presidente Enrique Peña Nieto.

El Papa Francisco, a su llegada al aeropuerto internacional de México recibido por el presidente Enrique Peña Nieto. / jm at cs

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Francisco ha entrado el sábado en el Palacio Nacional de Ciudad de México, cuna del laicismo mexicano, algo que antes  no había logrado ningún Papa. El Pontífice argentino lo ha hecho siendo recibido por el presidente Enrique Peña Nieto, católico de religión, con todos los honores. Esto, a pesar de que, incluso tras 1992 -cuando se restablecieron relaciones diplomáticas entre ambos Estados-, las diferencias y distancias no han faltado.

En el discurso pronunciado en el histórico edificio, el Papa, serio, decidió empezar fuerte y dedicó el primer discurso de su estadía mexicana a denunciar los males que padece México. “Cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos […] la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión”, argumentó el Papa.

En este clima de tensa calma, Peña Nieto recalcó que México es “un Estado laico” y que eso seguirá así, aunque, dijo, se “vela por la libertad religiosa”. Calificó al Papa de “líder sensible y visionario” y afirmó, sin citar caso alguno, que las batallas que promueve el Papa “son las mismas de México”. 

PAÍS ENSANGRENTADO

En un país ensangrentado por las desapariciones forzosas, actos de torturas y miles de muertes que rara vez llegan a resolverse, el encuentro supuso el comienzo de un periplo en el que Francisco quiere ir hasta lo más hondo del dolor. Por eso, en otro encuentro, con los obispos, clamó contra el dividido clero mexicano. Lo hizo con palabras durísimas, en la catedral del arzobispo de Ciudad de México, Norberto Rivera, ya acusado de haber encubierto casos de pederastia clerical.  

“Si tienen que pelearse, peléense. Si se tienen que decir cosas, díganselas, ¡pero como hombres! ¡En la cara!”, afirmó. “Si luego se pasan de la raya, piden perdón, pero mantengan la unión”, agregó en una intervención en la que también se preguntó si las enfermedades del clero contribuyen a las plagas que sufre México. Por ello, pidió no caer en la tentación “de los acuerdos bajo la mesa” o ponerse en las mayores de los “faraones” de hoy.