DRAMA HUMANO EN EL MEDITERRÁNEO

Merkel pide que la OTAN se implique en el control de los refugiados en Turquía

Merkel estrecha la mano del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Ankara, en febrero.

Merkel estrecha la mano del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Ankara, en febrero. / periodico

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Tanto Alemania como Turquía se sienten tan desbordadas por la crisis migratoria que la cancillera alemana, Angela Merkel, y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, han decidido pedir ayuda a la OTAN para contener el flujo en las fronteras turcas, una de las principales entradas a Europa.

Merkel ha visitado el lunes Ankara en plena crisis en la frontera turca donde, desde hace unos días, se agolpan miles de sirios que han huido de los últimos bombardeos en la ciudad de Alepo. En situación de debilidad en su país por haber autorizado la acogida de más de un millón de inmigrantes, Merkel ha sacado a colación en su entrevista con Davutoglu la necesidad de que entre en escena la Alianza Atlántica para controlar las costas turcas, desde donde cada día zarpan decenas de personas con el objetivo de alcanzar la costa griega. Cientos han muerto ahogados en su intento.

"Vamos a aprovechar el encuentro de los ministros de Defensa de la OTAN para hablar de las posibilidades y en qué medida la alianza puede ayudar en la vigilancia por mar para apoyar el trabajo de Frontex y de los guardacostas turcos", ha detallado Merkel. Turquía y Alemania se han  comprometido a "cooperar mejor".

Turquía y la Unión Europea (UE) firmaron a finales de noviembre un "plan de acción" que prevé una ayuda europea de 3.000 millones de euros a las autoridades turcas a cambio de mejorar el control de sus fronteras y la persecución de las redes delincuenciales que controlan el flujo. Pero el fenómeno, lejos de decrecer, cada día se cobra nuevas víctimas y las que llegan a destino malviven a la espera de asilo.

UN NUEVO NAUFRAGIO

Sin ir más lejos, el lunes, el mismo día del encuentro, otro naufragio ha causado 24 muertos, entre ellos al menos 11 niños, cerca de la localidad turca de Edremit.

Las últimas estadísticas publicadas por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) reflejan que unos 68.000 inmigrantes han logrado entrar en Grecia procedentes de Turquía desde principios de año. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha contabilizado 284 fallecidos en el mismo periodo de tiempo y en la misma ruta.

En este contexto, las peticiones presentadas por la UE a Turquía para que abra sus fronteras y acoja a los sirios que huyen de Alepo ha enojado al Ejecutivo de Ankara. "¿Nos tomáis por idiotas?", ha reaccionado, airado, el viceprimer ministro Yalçin Akdogan, que ha añadido: "Pedís a Turquía contener el flujo de refugiados hacia vuestros países y ahora nos pedís que abramos la frontera siria". En la frontera turco-siria se agolpan más de 30.000 personas.

"Nadie debe pensar -ha añadido el viceprimer ministro- que como Turquía acepta a los refugiados, debe aguantar el peso sola", mientras Ankara recibe las presiones de la UE. "Como siempre vamos a ayudar a subsanar las necesidades de nuestros hermanos sirios y aceptarlas cuando sea necesario", ha asegurado el miembro del Ejecutivo, recordando que Turquía ya acoge a 2,7 millones de sirios.

Mientras Merkel reconocía en Ankara estar "horrorizada" por los sufrimientos humanos de los sirios bloqueados en la frontera turco-siria, sobre el terreno las oenegés y el Gobierno turco trabajan para dar asistencia a miles de personas pero en la parte siria, sin abrir la frontera. Desde el viernes, la Fundación para la Ayuda Humanitaria -oenegé islámica turca cercana a las autoridades- y la Cruz Roja han entregado en Bab al-Salama, localidad en la frontera siria, toneladas de material y alimentos. "Tenemos hambre y frío". Es la frase más repetida por los sirios huidos de las bombas en la frontera turca.