TENSIÓN EN EL GOLFO PÉRSICO

Los países árabés sunís siguen los pasos de Riad y rompen con Irán

Teherán acusa al régimen saudí de utilizar el ataque a su embajada para atizar las tensiones regionales

Oraciones por la muerte de Nimr al Nimr en Al-Awamiya, en Arabia Saudí

Oraciones por la muerte de Nimr al Nimr en Al-Awamiya, en Arabia Saudí / periodico

EL PERIÓDICO / RIAD

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La onda expansiva por la ejecución en Arabia Saudí del clérigo chí Nimr al-Nimr se extiende peligrosamente por la región del Golfo Pérsico, con una escalada de impredecibles consecuencias entre el Irán chií y los países árabes sunís. El Gobierno de Baréin ha seguido los pasos saudís y ha roto este lunes las relaciones con Irán, dando un plazo de 48 horas para que los diplomáticos iranís abandonen el país. Sudán también ha tomado la misma decisión, mientras que los Emiratos Árabes Unidos han llamado a su embajador en Teherán y han reducido los lazos diplomáticos.

El Gobierno de Arabia Saudí (suní), que rompió el domingo relaciones diplomáticas con Irán (chíí) tras el asalto la noche anterior de su embajada saudí en Teherán, ha anunciado este lunes que pone fin a las relaciones comerciales con su vecino y la prohibición a sus ciudadanos de viajar a la república islámica. El vicepresidente primero iraní, Eshaq Yahanguirí, ha aconsejado a los líderes saudís que dejen de tomar decisiones "apresuradas" . Según el Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Arabia Saudí está utilizando el ataque a su embajada para atizar las tensiones regionales y rivalidades sectarias en beneficio propio.

Protestas en la calle

En la calle también siguen las protestas. Unas 3000 personas se han vuelto a manifestar en Teherán con gritos en contra de la familia real saudí. En el vecino Irak, país de mayoría chií, dos mezquitas sunís han sido objeto de atentados con el resultado de un muerto. 

Ante la escalada en una región muy volátil y de precarios equilibrios, las reacciones se suceden. Rusia se ha ofrecido a ejercer de intermediario mientras Estados Unidos, aliado tradicional saudí pero facilitador del acuerdo nuclear con Irán el pasado verano, ha pedido "medidas positivas para calmar las tensiones".