PENA CAPITAL

Arabia Saudí condena a muerte a un poeta palestino

Ashraf Fayadh, el palestino acusado de apostasía por un poemario.

Ashraf Fayadh, el palestino acusado de apostasía por un poemario. / AP

ANA ALBA / JERUSALÉN

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"El petróleo es inofensivo, excepto por el rastro de pobreza que deja atrás”. Este es el principio de uno de los poemas de la colección 'Instructions Within' (Instrucciones en el interior) del poeta palestino Ashraf Fayadh, publicada en el 2008 en el Líbano y prohibida en Arabia Saudí, país donde el autor nació, aunque pertenece a una familia de refugiados palestinos de Jan Yunis, en Gaza.

El Tribunal General de Abha (ciudad de Fayadh) ordenó el pasado 17 de noviembre que el poeta, de 35 años, fuera decapitado “por renunciar al islam”, acusación que él niega.

'Instructions Within' es “sobre mí como refugiado palestino, sobre temas culturales y filosóficos, pero los extremistas religiosos explicaron que trataba de ideas destructivas contra Dios", dijo el poeta al diario británico 'The Guardian', a través de un amigo que consiguió hablar con él.

Fayadh -una figura importante de la escena artística de Arabia Saudí- fue detenido el 6 de agosto del 2013 por una denuncia de Shahin bin Ali Abu Mismar, un saudí con el que mantuvo una disputa y que lo acusó de promover el ateísmo y propagar ideas blasfemas entre los jóvenes.

DELITO INFORMÁTICO

Lo liberaron al día siguiente, pero lo detuvieron de nuevo el 1 de enero del 2014 por apostasía y por utilizar su poesía para poner en duda la religión e infringir el artículo 6 de la ley de delitos informáticos por haber tomado fotos de mujeres y almacenarlas en su teléfono.

El 30 de abril, el tribunal lo condenó a cuatro años de prisión y 800 latigazos por la presunta infracción de la ley, pero consideró satisfactorio su arrepentimiento respecto a la apostasía. No obstante, el tribunal de apelación recomendó que fuera condenado por este cargo y remitió la causa al Tribunal General, que le impuso la pena de muerte.

A Fayadh, comisario de exposiciones y organizador de eventos culturales en Yeda (Arabia Saudí) y la Bienal de Venecia, le confiscaron el carnet de identidad y le negaron el acceso a un abogado, según denunció la oenegé Amnistía Internacional (AI).

El abogado Abdulrahman al Lahem, especializado en derechos humanos, presentó una apelación que argumenta que el primer arresto de Fayadh fue ilegal y que las acusaciones de apostasía de Abu Mismar no fueron confirmadas con otras pruebas, hecho que contraviene los principios de la sharia (ley islámica). La sentencia a muerte ignoró a testigos en el juicio que aseguraron que Abu Mismar mentía.

CONVERSIONES

Los jueces no tuvieron en cuenta un informe que documentaba una enfermedad mental de Fayadh, según 'The Guardian', e hicieron caso omiso del arrepentimiento del poeta. La apelación también sostiene que Fayadh, que niega ser ateo, convirtió a algunas personas al islam.

Decenas de grupos artísticos, oenegés y la ONU han pedido la liberación del poeta, cuyo padre falleció de un derrame cerebral poco después de saber que su hijo había sido condenado a muerte.

“Aún no tenemos ninguna noticia respecto a que se haya derogado la pena de muerte. Hemos escrito una petición al rey de Arabia Saudí y al Consejo de Derechos Humanos de este país”, explica a 'El Periódico' el abogado Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos Humanos.

“Es un preso de conciencia. Incluso si hubiera hecho lo que le imputan oficialmente, su condena sería totalmente inaceptable. Arabia Saudí dice que lucha contra el Estado Islámico (EI), pero si emite estas condenas a muerte, ¿qué la diferencia del EI?”, indica Sourani.

DERECHO A LA DEFENSA

“En Arabia Saudí no existe un sistema legal adecuado para garantizar un juicio justo ni el derecho a la defensa y tener un abogado allí es muy caro”, denuncia Sourani.

Poetas de todo el mundo firmaron una carta del PEN International (asociación de escritores) en la que se condena la sentencia a muerte contra Fayadh, miembro de la organización artística saudí-británica 'Edge of Arabia', y se exige su liberación.

Arabia Saudí es uno de los verdugos más activos del mundo. Ha ejecutado a más de 2.200 personas entre 1985 y 2015, según AI. Del 1 de enero al 9 de noviembre pasados ejecutó al menos a 151 personas.