Los investigadores del avión del Sinaí avalan la teoría de la bomba

Agentes policiales egipcios inspeccionan los vehículos que se acercan al aeropuerto de Sharm el-Sheikh, esta pasada semana.

Agentes policiales egipcios inspeccionan los vehículos que se acercan al aeropuerto de Sharm el-Sheikh, esta pasada semana.

ANA ALBA / JERUSALÉN

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Los investigadores del siniestro que sufrió un avión en la península egipcia del Sinaí el pasado 31 de octubre están «seguros al 90%» de que el ruido que se oye en el último segundo de la grabación de las cajas negras del aparato es una explosión causada por una bomba, según indicó un miembro del equipo a la agencia Reuters.

Un Airbus 321 de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia) que salió de la localidad egipcia de Sharm el Sheij y se dirigía a la ciudad rusa de San Petesburgo se estrelló 23 minutos después de despegar. Las 224 personas que llevaba a bordo murieron. El grupo yihadista Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), filial egipcia del Estado Islámico (EI), aseguró entonces que había derribado el aparato y difundió un vídeo de muy mala calidad en el que se veía un avión que explotaba en pleno vuelo.

El miércoles pasado, Wilayat Sina reiteró que había destruido la aeronave: «Lo derribamos con la ayuda de Dios, pero no tenemos obligación de revelar el mecanismo que usamos», dijo en una grabación de audio divulgada en redes sociales.

Wilayat Sina alegó que había atentado contra el avión ruso en respuesta a los bombardeos que Rusia está lanzando contra el EI -y otros grupos armados- en Siria. «De momento, las indicaciones y el análisis del sonido de la caja negra muestran que fue una bomba. Estamos seguros al 90%», explicó a Reuters un miembro del equipo egipcio de investigación que pidió mantener el anonimato.

PARTICIÓN EN PLENO VUELO

El jefe de la comisión encargada de esclarecer la tragedia, Aiman al Muqadam, anunció el sábado que los hallazgos apuntaban a que el avión se partió mientras volaba con piloto automático y que se oía un ruido en el último segundo de la grabación de la cabina de pilotaje.

No obstante, Al Muqadam subrayó que era demasiado pronto para determinar las causas del siniestro de la aeronave, cuyos restos quedaron diseminados en un área de 13 kilómetros, hecho «que concuerda con que se destruyera en pleno vuelo», dijo Al Muqadam.

También enumeró otras posibles razones que podrían haber provocado el estallido del avión, entre ellas, una explosión de combustible, una fatiga del metal del aparato o un recalentamiento excesivo de las baterías de litio.

La Liga Árabe rechazó ayer lo que considera una «ofensiva» contra Egipto por parte de países occidentales que manifestaron sus sospechas de que una bomba fue la causante del desastre aéreo. «Algunos sectores intentan aprovechar esa tragedia para perjudicar a Egipto», afirmó el vicesecretario general de la Liga, Ahmed ben Heli.

Si se confirma que la tragedia es un atentado, Egipto podría ver aún más perjudicada una de sus principales fuentes de ingresos: el turismo. La revolución del 2011, que derrocó al presidente egipcio Hosni Mubarak, causó una caída en picado del número de turistas, que se recuperó luego un poco, volvió a hundirse con el golpe de Estado militar que depuso al presidente islamista Mohamed Mursi el verano del 2013, y resurgió de nuevo más tarde.

En el Sinaí, el turismo disminuyó de forma proporcional al aumento de la violencia de grupos yihadistas en los últimos cuatro años y especialmente desde el 2013. La caída de Mubarak comportó el caos de parte de las fuerzas de seguridad, que dejaron de mantener su férreo control sobre el Sinaí.

Tras la deposición de Mursi, grupos salafistas del Sinaí iniciaron una lucha intensa contra las fuerzas de seguridad del nuevo régimen, liderado por Abdelfatá Al-Sisi, al que acusan de haber declarado la guerra al Islam.

El viernes pasado, Rusia decidió suspender los vuelos a Egipto y evacuar de forma escalonada a los 80.000 turistas rusos que se encontraban en este país. Ayer, 11.000 regresaron a casa.