Ultraderecha en Alemania
Pegida endurece su discurso
El grupo xenófobo inicia una agresiva batalla dialéctica contra los socialdemócratas y los refugiados mientras un periodista crítico es atacado en Berlín
El 19 de octubre del 2014 un grupo de ciudadanos se reunió en Dresde bajo el nombre de Patriotas Europeos contra la Islamización de Europa (Pegida) para protestar contra el gobierno por sus medidas y especialmente por las políticas de asilo a los recién llegados.
Aunque el movimiento nació como un acto transversal y pacífico un año después eso parece haberse diluido en un discurso xenófobo cada vez más agresivo que ha crecido a cuesta del incesante flujo de refugiados que llega a Alemania. A cada nueva manifestación Pegida muestra una cara más oscura que alimenta los miedos de las clases populares y las críticas cada vez más contundentes de la oposición.
El lunes por la noche unas 8.000 personas volvieron a ajuntarse en la localidad del este de Alemania para criticar la llegada de miles de personas en busca de asilo y de las medidas impulsadas por la cancillera Angela Merkel. La tensión volvió a dispararse cuando el líder de Pegida, el polémico Lutz Bachmann, comparó al ministro de Justicia, Heiko Maas, con Joseph Goebbels, arquitecto de la propaganda nazi. “Es el peor pirómano espiritual”, lamentó.
El grupo islamófobo ha acentuado su discurso agresivo tras las críticas recibidas por gran parte de la clase política, especialmente de los pesos pesados del Partido Socialdemócrata (SPD), que ayer pidió de inmediato que se investigue a Bachmann por sus palabras. Maas remarcó hace dos semanas que “los que participan en las manifestaciones de Pegida también tienen la responsabilidad moral de los actos que siguen la agitación racial” en una clara vinculación del grupo ultra con los constantes ataques violentos a refugiados.
Batalla contra los socialdemócratas
En el último mes Pegida y los socialdemócratas han cruzado acusaciones, insultos y réplicas casi a diario. El auge de la violencia y los controvertidos mensajes xenófobos que lanzó el movimiento durante la celebración de su primer aniversario añadieron más leña a un fuego que parece no tener fin. Ayer se añadió al debate Thorsten Schäfer-Gümbel, presidente del SPD en el Estado de Hesse, quién remarcó que “los criminales de extrema derecha son enemigos de la Constitución”.
El vicepresidente federal del SPD, Ralph Stegner, fue más contundente y calificó a Bachmann de “Pegidiota” y sus comentarios de “repugnantes e incendiarios”. Stegner ya había pedido anteriormente a los servicios de inteligencia germánicos investigar a Pegida y al partido euroescéptico y populista Alternativa para Alemania (AfD) para saber si estaban violando la Constitución. La secretaria general de los socialdemócratas, Yasmin Fahimi, aseguró que las palabras de Bachmann no fueron un desliz sino propias de un “loco fascista”.
Como remarcó Fahimi, el cada vez más beligerante mensaje de Pegida no es un error sino un signo de su tendencia xenófoba. Según apunta Carsten Koschmieder, especialista en la ultraderecha alemana del Instituto de Ciencias Políticas Otto Suhr, este movimiento sigue los pasos de otros grupos radicales que están creciendo en Europa y que visten de preocupación cultural su odio al Islam y a todas las otras culturas que no son la suya.
“Odian a todos los extranjeros pero no quieren mostrarse así porque en Alemania la ultraderecha tiene muy mala imagen”, apunta. El año pasado Bachmann se refirió a los recién llegados como “bestias”. Pegida se alimenta de las dudas que genera la llegada de refugiados y lo explota para ser cada vez más popular. El presidente del SPD y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, los comparó directamente con los nazis por su constante cuestionamiento del sistema democrático.
Agresión a un periodista
En las últimas semanas se han registrado ataques de la ultraderecha a grupos de refugiados y confrontaciones con manifestantes. El estado de crispación de algunos sectores es cada vez más evidente y parece llegar a todos aquellos que defiendan la ayuda a los refugiados. Eso le pasó el viernes a Helmut Schümann, periodista del diario ‘Tagesspiegel’, que fue atacado en plena calle de Berlín por unos desconocidos que le gritaron “bastardo de izquierdas”. El ataque se ha vinculado con su última columna en la que acusa a Pegida, al AfD y al líder de la CSU, Horst Seehofer, de querer “destruir la democracia y nuestra humanidad” con su discurso antirefugiados. Schümann ha asegurado que no se dejará intimidar y que continuará con su labor.
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