Cumbre del Clima

Ségolène Royal le declara la guerra a la Nutella

La ministra francesa de Ecología dice que el aceite de palma usado en la famosa crema de avellanas contribuye a la deforestación

Ségolène Royal, la ministra francesa de Ecología, hoy, en el Elíseo.

Ségolène Royal, la ministra francesa de Ecología, hoy, en el Elíseo. / lb/JK

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En el campo de batalla contra los estragos del cambio climático, la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, ha encontrado un nuevo (y dulce) enemigo: la Nutella. Royal sorprendió anoche a los telespectadores de Canal Plus desmarcándose con un consejo singular: “hay que dejar de tomar Nutella”, dijo. La razón es que el fabricante italiano de la famosa crema de avellanas usa aceite de palma y eso contribuye a la deforestación del planeta. 

“Tenemos que preparar la tercera revolución industrial, que será climática, digital y energética”, empezó diciendo la ministra, muy implicada en la promoción de la Cumbre del clima de la ONU que París albergará a finales de este año. 

“Hay que replantar árboles porque ha habido una deforestación masiva que conlleva también un calentamiento climático”, apuntó Royal antes de añadir que “hay que dejar de tomar Nutella, por ejemplo, porque es aceite de palma”.

“¡La Nutella está buena!”, le lanzó sorprendido el presentador del programa sin que la ministra se inmutara lo más mínimo. “Sí, pero no hay que hacerlo porque el aceite de palma sustituye a los árboles y son daños considerables”. 

Royal propone, pues, que se usen otras materias primas para hacer la Nutella. Habrá que ver si los franceses, apasionados de la fórmula italiana, le hacen caso. El 80% no compra otra cosa similar si no encuentra Nutella en el supermercado.

Reacción del fabricante

Aunque evitó comentar las palabras de la ministra, el grupo italiano Ferrero, fabricante de Nutella, ha reaccionado mostrándose completamente consciente de los retos medioambientales y asegurando que el cultivo del aceite de palma se hace respetando el medio ambiente y las poblaciones locales.

En su página web Ferrero reconoce que la crema de avellanas está compuesta en un 20% de aceite de palma, que es lo que da a la receta ese punto untuoso al tiempo que impide la oxidación y por tanto que se ponga rancia.

El fabricante produce el aceite en Malasia y en Papúa Nueva Guinea y jura que cuenta con el certificado de “sostenible” pero algunas organizaciones ecologistas sostienen que el 90% de la deforestación de Malasia tiene su origen en la palma.

En Francia hubo un intento en el 2012 de aplicar un impuesto del 300% al aceite de palma, una iniciativa de dos senadores que esgrimieron el peligro de este producto tanto para la salud como para el medio ambiente, pero la propuesta no llegó a buen puerto.