REBAUTIZADA COMO 'SAYUKI'

Una australiana se convierte en la primera geisha no japonesa

Fiona Graham logró ser admitida en una de las pocas escuelas que enseña esa profesión tradicional

Fiona Graham, geisha

Fiona Graham, geisha / periodico

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Fiona Graham, una antropóloga australiana, es la primera mujer no japonesa que ha logrado convertirse en geisha en los últimos 400 años. La mujer, que ejerce desde el 2007, ha recibido como geisha el nombre de 'Sayuki', que significa felicidad transparente. Durante tres años, Graham trabajó en una casa del té en Ayakusa, el 'barrio rojo' deb Tokio. Ahora, trabaja por libre e incluso entrena ella misma a jóvenes que quieren ejercer esa profesión.

Graham se convirtió en geisha  tras lograr ser admitida en una de las escasas escuelas que en Japón enseñan a mujeres ese oficio. Aunque erróneamente se las suele considerar el equivalente tradicional japonés a las prostitutas de lujo, las mujeres que desean ser geishas reciben una extenuante formación que las acaba convirtiendo en artistas capaces de dominar el canto, tocar varios instrumentos y narrar cuentos con maestría, además de hacer la ceremonia del té, entre otros rituales. Las gheishas son contratadas para animar fiestas o banquetes y pueden llegar a cobrar hasta 800 euros por hora.

FASCINADA EN SU JUVENTUD

Esta australiana quedó fascinada por la cultura japonesa durante una visita que hizo con 15 años a Japón. Eso le llevó a trasladarse a vivir a Japón, donde estudió en la universidad de Keio. Tras doctorarse en antropología en Oxford, la mujer comenzó a hacer un documental sobre las geishas. Fue entonces cuando fue admitida en una 'okiya', una de las escuelas de geisha, donde se le enseñaron los rituales, las costumbres y la forma de vida de esas mujeres.

"Las casas del té donde se entretiene a los clientes son lugares de una tradición exquisita y donde todo ha de hacerse a la perfección", ha explicado Graham al 'Daily Mail Australia'. En su caso, según explica, se ha especializado tocar la flauta japonesa, que es de bambú. La mujer insiste en la concepción equivocada que en Occidente se tiene sobre las gueishas. "Esa idea equivocada no existe en Japón. Los japoneses saben que las gueishas son delicadas bailarinas e intérpretes de música".