ESCÁNDALO EN TURQUÍA

Golpe a Erdogan con la detención de tres hijos de ministros del Gobierno turco por corrupción

La operación policial se salda con el arresto de 49 personas, acusadas de recibir sobornos a cambio de permisos de construcción en terrenos protegidos

Erdogan, primer ministro turco, ayer en Ankara.

Erdogan, primer ministro turco, ayer en Ankara. / periodico

ANDRÉS MOURENZA

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El Gobierno del conservador primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sufrido hoy el mayor golpe a su credibilidad desde las protestas del parque de Gezi el junio pasado. Un total de 49 personas, entre ellas tres hijos de los ministros de Economía, Interior y Planificación Urbana, fueron detenidas bajo la acusación de recibir sobornos a cambio de conceder permisos de construcción en terrenos protegidos.

Las detenciones forman parte de tres investigaciones paralelas abiertas por la policía hace un año tras recibir el soplo de que el Ministerio de Medio Ambiente y Planificación Urbana estaba presionando a municipios de la provincia de Estambul para recalificar ciertos terrenos. Los teléfonos de los sospechosos fueron pinchados durante meses y ayer se lanzaron redadas simultáneas en Estambul y Ankara.

Además de los vástagos ministeriales, han sido arrestados el alcalde del distrito estambulí de Fatih, un bastión del partido de Erdogan; el constructor Ali Agaoglu, que en los últimos años ha llenado el país con anuncios de sus promociones urbanísticas; el director general de Halkbank, un banco que EEUU ha señalado como clave en los intentos de Irán de burlar el embargo internacional, y numerosos funcionarios ministeriales y propietarios de empresas del sector inmobiliario.

Un exfutbolista del Galatasaray

Los ministros cuyos hijos se han visto involucrados han cancelado todos los actos que tenían previstos. Preguntado por la prensa, Erdogan se ha negado a valorar la investigación "antes de que concluya el proceso judicial". Sin embargo, en una velada referencia a ella, el primer ministro turco ha acusado a "gente, apoyada por círculos siniestros, bandas mafiosas, grupos mediáticos y empresarios" de querer "cambiar la dirección de Turquía utilizando métodos sucios".

Y es que en Turquía a nadie se le pasa por alto que estas detenciones se enmarcan en la lucha por el poder que Erdogan mantiene con la comunidad religiosa Hizmet, similar al Opus Dei aunque en versión musulmana y dirigida por el teólogo Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos desde finales de los 90 pero que ha tejido estrechos lazos con diversos gobiernos turcos tanto de derecha como de centroizquierda. Hasta hace poco, las relaciones entre Gülen y Erdogan eran inmejorables, pero cuando los medios ligados al movimiento Hizmet comenzaron a criticar la gestión del Gobierno, especialmente a raíz de la desproporcionada represión de los manifestantes de Gezi, el matrimonio se rompió.

El Gobierno ha pagado las críticas atacando uno de los negocios más lucrativos del movimiento Hizmet: las academias privadas, que Erdogan pretende prohibir. Este lunes el divorcio se escenificó en la dimisión del diputado oficialista Hakan Sükür, exfutbolista del Galatasaray y reconocido seguidor de Gülen. Pero la influencia de esta comunidad religiosa es tentacular y se extiende a la Judicatura y la policía. No en vano, el fiscal que supervisa las tres investigaciones contra la corrupción urbanística es el togado estrella Zekeriya Öz, quien ya llevó el macroproceso Ergenekon -sobre supuestos planes golpistas- y a quien se considera muy cercano al movimiento Hizmet.