OTRA MIRADA AL MITO

'Porompompero' sin democracia

La vida en Catalunya se dinamiza en 1963. La inmigración y la natalidad disparan el consumo, y los turistas llegan en tropel. Pero el franquismo es de hierro.

Un borrico cargado con objetos de cerámica en la barcelonesa plaza de Colón, en el verano de 1963.

Un borrico cargado con objetos de cerámica en la barcelonesa plaza de Colón, en el verano de 1963.

GABRIEL PERNAU

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El de 1963 es el año en el que Barcelona prohíbe la circulación de vehículos de tracción sangre por el centro de la ciudad, de la inauguración de la plaza de Lesseps y del Museo Picasso. La posguerra comienza a quedar atrás. El Plan de Estabilización de 1959 puso fin a la autarquía y Catalunya retoma la segunda revolución industrial que la guerra civil había truncado. La población crece a un ritmo desbocado gracias a los miles de personas que llegan a Barcelona cada año. Sin embargo, y como en la China de hoy, la prosperidad económica no va acompañada de democracia.

Manolo Escobar, Rocío Jurado y Gracita Morales debutan en el cine con Los guerrilleros y el Coliseum estrena 55 días en Pekín. Un diario cuesta 2 pesetas, la barra de pan de medio kilo, 7'5. Al amparo del Plan Marshall, abren los primeros supermercados y se popularizan los grandes almacenes. En 1962 se había inaugurado en la plaza de Catalunya una sucursal de la cadena nacida en Madrid en 1940, El Corte Inglés, y en 1963 los almacenes Jorba, de Portal de l'Àngel, son adquiridos por su gran rival, Galerías Preciados.

Pese a incorporarse de forma progresiva al mercado de trabajo, la consideración social de la mujer sigue siendo la de mera procreadora y ama de casa. A ella se dirige un sinfín de campañas publicitarias. «Cuando las señoras prefieren Bru, por algo será», reza un anuncio de lavadoras.

Llega el 600

El consumismo irrumpe en la sociedad con la fuerza de un tsunami. Las compras a plazos sustituyen a las cartillas de racionamiento, y ponen al alcance de las clases medias productos hasta ahora reservadas a unas élites. Las familias anhelan adquirir un Seat 600 que les permita salir de la ciudad y bañarse en las playas del Garraf o de la Costa Brava, o escaparse a Andorra a comprar productos prohibidos. Para muchos, el 600 es más que una promesa de libertad; es la libertad misma.

El utilitario cuesta 65.000 pesetas, la mitad que el 1400-C, otro modelo de la casa. Para satisfacer la fuerte demanda, las cadenas de montaje de Seat en la Zona Franca echan humo. De las 2.500 unidades producidas en 1957, el año de su debut, se pasa a las 35.000 en 1963.

En la costa, el biquini y las suecas causan estragos, transformando usos y costumbres de pequeñas poblaciones pesqueras como Lloret de Mar o Platja d'Aro. A pesar de tener ya tres años, El Porompompero de Manolo Escobar sigue sonando en boîtes, chiringuitos playeros y guateques privados. Con la eclosión del turismo de masas, la fiebre constructora invade el litoral y los propietarios de hostales se afanan a levantar grandes complejos hoteleros para acoger a la horda de visitantes nórdicos que nos invade. Durante este año, tres millones y medio de turistas, un 34% más que el año anterior, cruzarán los puestos fronterizos de Girona. En solo cinco años, los ingresos derivados por el turismo en España se habrán triplicado, hasta superar los 70.000 millones de pesetas.

En 1963, Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza son autores aún inéditos. Mercè Rodoreda, en el exilio, acaba de publicar La plaça del Diamant, mientras Salvador Espriu, recién cumplidos los 50, ha sacado Llibre de Sinera y se convierte en un símbolo de las reivindicaciones nacionales catalanas.

El crecimiento económico no va acompañado de unos mayores derechos individuales. Hay prosperidad sin democracia. A nivel político, en Catalunya surge una corriente de fondo contraria al franquismo coincidiendo con el acceso a la edad adulta de las primeras generaciones nacidas después de la guerra, el renacimiento del movimiento obrero y la masificación de la universidad.

1963 marca el fin de la lucha armada contra el franquismo en Catalunya. En agosto, la guardia civil acaba con la vida del último maquis, Ramon Vila, Caracremada, en una emboscada en una masía cercana a Castellnou de Bages. Sectores influyentes de la sociedad, como una parte de la burguesía y de la iglesia de base, han emprendido el camino de oposición no violenta al régimen. A la Joventut Obrera Catòlica, creada en 1956, y a Òmnium Cultural, en 1961, se sumarán las Comisiones Obreras de Catalunya, en 1964.

Eso sí, la visita de dos semanas de Franco a Catalunya en junio del 63 transcurre sin novedad. La llegada a Barcelona del dictador y el desfile en Rolls descubierto es seguida por centenares de miles de personas, después de que los medios de comunicación incitaran a la población a «estar presentes en el triunfal recibimiento que el Caudillo merece» y a expresarle el reconocimiento por su «extraordinaria tarea de gobierno». Para que la afluencia sea máxima, las autoridades ordenan el cierre de las empresas a las tres de la tarde.

Durante un acto en una localidad del Vallès afectada por las inundaciones de 1962, incluso se puede ver una pancarta que proclama «¡Viva Catalunya, visca Espanya!». Tres meses más tarde, Salomé y Raimon ganarán el Festival del Mediterráneo con una canción en catalán, Se'n va anar. Una flor de otoño.

Desde 1960, la ley permitía trasladar peticiones al Gobierno. Aprovechando esa brecha, Òmnium Cultural inicia, en mayo, una campaña de presentación de instancias para que se regularice la enseñanza y el uso del catalán en los medios de comunicación. Se llegarán a presentar más de 10.000 instancias, que el Ejecutivo desestimará con el argumento de que la petición atenta contra el Fuero de los Españoles. Argumentará que, si ceden, el resto de españoles se sentirán vejados y perjudicados, porque en España no puede haber privilegios. Así que Òmnium será clausurada y los principales promotores de la Campanya de les Instàncies, detenidos.

En noviembre, el abad de Montserrat, Aureli Maria Escarré, denuncia en Le Monde la política de Franco contra Catalunya. En 1965 serà obligado a abandonar el país.